
Eres uno más. Una de las 50.000 almas que acaban de recibir a Celedón en la plaza de la Virgen Blanca. Y tienes una misión: Llegar a un lugar seguro y confortable, donde tomar el primer trago de las fiestas de La Blanca. La bebida que has traído a la plaza no cuenta. El kalimotxo de brick y la cerveza tibia son para los guiris.
Estas delante del monumento, frente a la balconada de San Miguel. El movimiento de la masa te empuja hacia arriba, y la cuadrilla, que hasta hace unos minutos estaba desplegada en formación de tortuga, ha pasado a convertirse en un gusano, que busca una vía de escape a la desesperada.
Las escalinatas de San Miguel están tomadas por la Policía Local, y Mateo Moraza se ha convertido en una trampa. Las posibilidades más realistas pasan por avanzar a través de la Corre o de la Zapa. Cruzar las cascadas de agua que caen desde los balcones y llegar al primer cantón para subir hasta Montehermoso. De ahí al Gaztetxe, un remanso de paz donde recuperar viejas tradiciones. Si es que se puede llamar tradición a utilizar el katxi a modo de porrón.

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Llaman a celebrar el 7 de febrero en Gernika la victoria popular frente al Guggenheim Urdaibai

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