Ibai Azparren
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Max, estás hecho una pena

No hace falta mirar a Wall Street para avistar buitres que convierten el agua valor bursátil; en el oasis vasco, el IBEX se beneficia de su liberalización.

Este tórrido verano se presentaba como la antesala de un invierno complicado en cuanto a suministro energético, una temporada estival prometida, inundada por el deseo entusiasta de unas vacaciones sin incertidumbre pandémica. El largo estío se ha visto empañado, sin embargo, no por los nefastos pronósticos que apuntan a setiembre, sino por las amenazas climáticas que ni siquiera aguardan al inicio del curso.

Los incendios proliferan, las hojas amarillean, y varias localidades de Euskal Herria padecen restricciones de agua. Nunca desde que empezó el siglo XXI ha habido tan poca agua recogida en el Estado español en el mes agosto. Los embalses están al 39% de su capacidad total y, según la Comisión Europea, el rendimiento de los cultivos de la mitad de la Unión Europea sufrirá una importante caída.

No llueve, y el poco agua que cae del cielo ya no es potable, ni siquiera en la Antártida o en la meseta tibetana. Así lo anunciaron investigadores de la Universidad de Estocolmo. No llueve, y el poco agua que subsiste en la Tierra se envenena. El consumo de agua del regadío se dispara, y la ganadería industrial intoxica el agua subterránea, ese bien tan preciado que cotiza en bolsa.
No hace falta mirar a Wall Street para avistar buitres convirtiendo la escasez de agua en valor bursátil, mientras, según la ONU, a más de 2.300 millones de personas les falta agua. En este oasis vasco, valga la redundancia, el IBEX es el únicó beneficiario de la liberalización de este recurso.

El agua está en el centro de la intriga en "Mad Max: Fury Road", cuarta entrega de una saga ambientada en un mundo repleto de conflictos por acceso a recursos y a la que Siniestro Total dedicó uno de sus temas: "Max, estás hecho una pena". Hoy, más que producto de una imaginación desatada, el film se aproxima a una realidad factible pero aún evitable de acuerdo incluso con el IPCC, órgano de la ONU, que reconoce la imposibilidad de mantener el modelo capitalista de consumo para no traspasar los límites planetarios y conservar el agua.