Marcel Pena

Erromo se queda sin gaztetxe ni Nagusien Etxea para poder construir un centro intergeneracional

El Ayuntamiento de Getxo ha cerrado Nagusien Etxea de Erromo, al igual que hicieron en 2020 con el anexo Itzubaltzeta Gaztetxea. Por el camino queda la batalla librada por los mayores del barrio para evitar el derribo de su local, donde PNV y PSE quieren construir un centro intergeneracional.

Edificio de la calle Lope de Vega, espacio de Nagusien Etxea e Itzubaltzeta Gaztetxea.
Edificio de la calle Lope de Vega, espacio de Nagusien Etxea e Itzubaltzeta Gaztetxea. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

El último capítulo de la batalla entre el Ayuntamiento de Getxo –encabezado por la coalición PNV-PSE– e Ibar Nagusien Etxea Elkartea se vivió este miércoles con el desalojo y tapiado de Nagusien Etxea de Erromo, confirmando así el objetivo final de derruirlo para construir un «centro intergeneracional». Sin embargo, la resistencia de los mayores de Erromo viene de años atrás, llevando a cabo un «envejecimiento activo» pero también «activista».

Desde el año 1987, el local situado en el número 12 de la calle Lope de Vega de Erromo alberga Nagusien Etxea, un espacio «destinado a prestar la atención y asistencia necesaria, así como a facilitar la convivencia y a propiciar la participación e integración social a las personas mayores y su ámbito territorial de intervención comprende el municipio de Getxo». De su gestión se encargaba desde 2001 la asociación Ibar Nagusien Etxea, mediante convenio con el Ayuntamiento.

Este convenio permaneció vigente hasta el año 2013, momento en que el Consistorio gobernado por el PNV traslada a la asociación de personas mayores que tienen que irse. «Hay una serie de negociaciones, pero en septiembre de ese año la junta de Ibar Nagusien Etxea Elkartea le comunica al Ayuntamiento que no acepta el traslado», explica el expresidente del colectivo, Rafa Martín.

Las razones esgrimidas por los socios de Nagusien Etxea, presentadas al alcalde a través de una carta, son que en el espacio de Romoko Kultur Etxea (RKE) al que los querían trasladar «sería aproximadamente la cuarta parte», pasando de los actuales 1.500m², incluyendo 500m² de patio, a los 300m² del tercer piso del complejo municipal, un espacio insuficiente desarrollar todas las actividades con las que cuentan en Nagusien Etxea.

Además del poco espacio para el gimnasio y sus aparatos, los socios de Nagusien Etxea criticaban que «alguna sala sería a compartir con otros usuarios», creyendo que «los locales de mayores deberían estar separados de otros para tener más tranquilidad».

Finalmente, argumentaban que un tercer piso «no es el mejor para nuestros usuarios, ya que, a pesar de los ascensores, las personas muy mayores o impedidas se sentirán incómodas», por lo que defendían «seguir en los actuales locales con algunos arreglos».

Sin negociación

A pesar de la carta donde Ibar Nagusien Etxea Elkartea rechaza el traslado, en enero de 2014 el Ayuntamiento de Getxo publica un informe firmado por la concejala de Servicios Sociales, Elena Coria, y el responsable técnico de Servicios Sociales, Mikel Kerexeta, informando que «la sede del nuevo Nagusien Etxea será ubicado en la tercera planta de la Kultur Etxea de Romo», especificando la distribución y el tipo de uso de los distintos espacios.

«No hubo negociación posible», critica Martín, quien explica que finalmente no pudieron completar ese plan debido a que la obra de la RKE tardó todavía un tiempo en completarse, aunque una vez acabada trasladaron al nuevo edificio el Euskaltegi y la Casa de la Cultura, ambos alojados previamente en el local de la calle Lope de Vega. En cambio, con el 84% de los votos en contra, los socios de Nagusien Etxea rechazaron moverse.

Los mayores de Erromo pueden disfrutar de un patio de 500m² en el edificio de Nagusien Etxea. (Aritz LOIOLA | FOKU)

Para corroborar que el cambio de ubicación era una mala idea, los mayores de Erromo contaron con la valoración de la Comisión de Patrimonio de los Arquitectos de Bizkaia, que destacó el «valor arquitectónico» del edificio. «La Comisión de Patrimonio de Arquitectos de Bizkaia entiende que esta actividad, que no tiene carácter cultural sino socio-asistencial, tiene difícil encaje en el nuevo edificio Romo Kultur Etxea, sin menoscabo de las excepcionales condiciones actuales: accesibilidad en planta baja, amplio espacio ajardinado propio y superficie mucho mayor a la allí asignada», defendía un informe publicado en febrero de 2015.

Elecciones y encierros

Como medida de presión, en mayo de 2018 el Ayuntamiento de Getxo trasladó los servicios de peluquería y barbería, podología y masajes terapéuticos a RKE. «Pero el día que se fueron, nosotros nos encerramos dentro para que no nos pudieran echar, y desde entonces nos hemos gestionado nosotros mismos con personal voluntario, haciendo tantas actividades como antes o incluso más», recuerda Martín. El expresidente de la asociación también apunta que hasta el pasado año, Ibar Nagusien Etxea Elkartea ha seguido recibiendo la subvención del Ayuntamiento.

En 2019 se celebraron las elecciones locales, y con ellas la sombra del derribo de Nagusien Etxea comenzó a planear sobre sus usuarios. «En un mitin del PNV celebrado en la plaza Santa Eugenia, a escasos metros de Nagusien Etxea, participan la futura alcaldesa, Amaia Agirre, y el Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria. La alcaldesa dijo que ‘muy cerca de aquí’ se construiría el centro intergeneracional, pero no concretó ni dónde se haría ni que para ello se tendría que derribar Nagusien Etxea. Estábamos en periodo electoral y de esas cosas no se podía hablar», explica Martín.

Hasta aquel momento, el PNV era el único grupo municipal que defendía el desalojo de Nagusien Etxea, aunque tras las elecciones el PSE cambió de postura para poder acceder al equipo de gobierno. Así se demostró en una mesa redonda celebrada el 16 de mayo de 2019 en la que, sin la presencia del PNV, todos los partidos representados –incluido el PSE– se mostraron favorables a la continuidad de Nagusien Etxea.

Este 2022, de nuevo, el Ayuntamiento mandó la orden de desalojo a los socios de Nagusien Etxea, que lejos de aceptar abandonar el edificio, anunciaron que resistirían y ocuparían el edificio para evitar que lo vaciaran. Desde el pasado 24 de junio, fecha prevista para el primer desalojo, los mayores de Erromo han pernoctado en el edificio de Nagusien Etxea durante semanas, haciendo turnos para que el edificio siempre permaneciera ocupado.

Sin embargo, la noche del pasado martes al miércoles no había nadie. «Ayer nos quedamos, pero hoy no. Es agosto, la gente está de vacaciones… Y ellos se enteran de todo», lamentaba este miércoles el presidente de la asociación, Paco Rama.

El mismo día del desalojo y a instancia del abogado de Ibar Nagusien Etxea Elkartea, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Bilbo ordenó la paralización de las obras «de derribo o actuación semejante» hasta que el mismo tribunal no levante las medidas cautelares, previsiblemente durante el próximo mes de septiembre.

Cafetería de Nagusien Etxea. (Aritz LOIOLA | FOKU)

Desalojo de Itzubaltzeta Gaztetxea

Las concentraciones de estos días contra el desalojo de Nagusien Etxea han contado con la presencia de muchos jóvenes de Erromo, los mismos que en su día vieron como el mismo Ayuntamiento tapiaba Itzubaltzeta Gaztetxea –ubicado en el antiguo Euskaltegi, en el edificio anexo a Nagusien Etxea– aprovechado el confinamiento por la pandemia.

«Nosotros les apoyamos cuando los echaron del gaztetxe, son gente con conciencia de barrio», analizaba Martín sobre la relación entre jóvenes y mayores. En cuanto a Itzubaltzeta Gaztetxea, cerrado en mayo de 2020, el expresidente de la asociación de mayores, explicaba que «es un espacio en el que se podrían hacer cosas para jóvenes. Hay que tener morro para tenerlo dos años cerrados cuando en el barrio hay falta de espacios para hacer actividades».

Aprovechando el desalojo del gaztetxe, el Ayuntamiento de Getxo también intentó cambiar la cerradura de Nagusien Etxea, «aumentando considerablemente la tensión que ya existía en la calle Lope de Vega», tal como explicaron en aquel momento en una rueda de prensa ofrecida por ambos colectivos.

Todo ello con el objetivo de derruir un edificio que albergaba distintas asociaciones vecinales para construir un «centro intergeneracional», sin que la mayoría formada por el PNV y el PSE se haya dado cuenta de que el auténtico «centro intergeneracional» de Erromo lo comenzaron a destruir en 2020 con el desalojo del gaztetxe y termina este 2022 con el tapiado de Nagusien Etxea.