
Varsovia no invocará finalmente ante sus socios de la Alianza el artículo IV del Tratado del Atlántico Norte que prevé consultas entre aliados cuando esté amenazada «la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las Partes», después de confirmar que el misil que mató a dos personas en la frontera polaca era ucraniano.
El Ejecutivo polaco se ha puesto ya en contacto con sus aliados de la OTAN para confirmarles esta información, según la cual se trató de un misil antiaéreo ucraniano que se desvió de su trayectoria.
Ya en una comparecencia ante la prensa la pasada madrugada, el presidente polaco, Andrzej Duda, ha declarado que «es probable» que el misil que impactó en su territorio «fuera lanzado por Ucrania». Ha apuntado que «nada indica» que se tratara de «un ataque organizado o intencionado contra Polonia», lo que apunta a la hipótesis del «error».
La OTAN tampoco cree que Rusia haya atacado a Polonia y cree que el misil que cayó en ese país procedía de la defensa aérea de Ucrania, según el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.
«No tenemos indicios de que esto haya sido el resultado de un ataque deliberado y no tenemos indicios de que Rusia esté preparando acciones militares ofensivas contra la OTAN», ha afirmado Stoltenberg en una rueda de prensa tras una reunión de emergencia del Consejo del Atlántico Norte, el principal órgano de toma de decisiones de la organización.
El análisis preliminar de la OTAN coincide «en que el incidente fue probablemente causado por el misil de defensa aérea ucraniano disparado para defender el territorio ucraniano contra los ataques de misiles de crucero rusos».
En cualquier caso, el jefe aliado ha asegurado que la «última responsabilidad» la tiene Rusia, por haber iniciado la guerra contra Ucrania, y que Kiev «no es culpable».
Ha asegurado además que la «máxima prioridad» de la OTAN «ahora es proporcionar más sistemas de defensa aérea para Ucrania».
La comparecencia de Stoltenberg llega después de la reunión a puerta cerrada que los líderes del G7 y de la OTAN han mantenido en el hotel Grand Hyatt de Bali, tras la cual han emitido un comunicado conjunto en el que predominaba la cautela sobre la explosión y reafirmaban su «firme apoyo» a Ucrania y al pueblo ucraniano frente a la «agresión rusa en marcha», así como su «continuada disposición a hacer a Rusia responsable» por sus ataques, y justo en un momento en que el G20 «se reúne para lidiar con el amplio impacto de la guerra».
Biden
Horas antes de todo ello, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha sido el primero en apuntar que había «indicios» de que los misiles que han impactado en Polonia y se han cobrado la vida de dos personas podrían haber sido lanzados desde Ucrania.
«Hay indicios de que el cohete que golpeó una aldea en el este de Polonia era un misil antiaéreo de Ucrania», ha detallado el mandatario estadounidense a sus homólogos durante una reunión de emergencia de líderes del G7 y la OTAN.
Biden ya había señalado que era «poco probable» que los misiles que han alcanzado el pueblo polaco de Przewodow hayan sido disparados desde Rusia debido a su trayectoria. «Hay información preliminar que lo desmiente. No quiero decir eso hasta que investiguemos completamente. Pero es poco probable, teniendo en cuenta la trayectoria, que haya sido disparado desde Rusia. Pero ya veremos. Ya veremos», ha dicho el presidente estadounidense en declaraciones a la prensa tras la reunión con los líderes mundiales.
A su vez, Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, ha achacado a un «error técnico» la explosión. Ha explicado que, en los próximos días, se examinarán los misiles y entonces se sabrá mejor su procedencia, aunque ha asegurado que no son de fabricación rusa, como sostiene Polonia. «Debo respetar la declaración hecha por Rusia. Este incidente no tuvo nada que ver con ellos», ha remarcado Erdogan.
Rusia: «Polonia tenía todos los medios para informar»
De hecho, Rusia ha calificado de «histérica» la reacción de Polonia y de otros países al incidente del misil. «Tiene sentido destacar la reacción contenida y más profesional de Estados Unidos y su presidente (Joe Biden)», que ha contrastado con la «absolutamente histérica de Polonia y una serie de otros países», ha señalado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov ha subrayao que «los polacos tuvieron todos los medios posibles para informar de inmediato de que se trataba del resto de un cohete S-300, y por tanto todos los especialistas hubieran entendido inmediatamente que no podía ser un misil relacionado con las Fuerzas Armadas de Rusia».
«Seguramente habrá que pedirles a las autoridades polacas que sean más mesuradas, equilibradas y profesionales cuando hablen de temas tan sensibles y peligrosos», ha añadido el portavoz.
Ucrania insiste en culpar a Rusia
El secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, ha anunciado que Kiev solicita «acceso inmediato» al lugar de los hechos para los representantes del Ministerio de Defensa y de la guardia de fronteras ucraniana. El Consejo señaló en un comunicado que el Gobierno ucraniano aboga por una investigación conjunta con sus aliados.
Empeñado en culpar a Rusia, Kiev asegura que dispone de pruebas que demuestran un «rastro ruso». «Sólo Rusia tiene la culpa de lo que ocurrió», insiste el Consejo en su comunicado. Además, insta a Occidente a poner en marcha un escudo aéreo eficaz sobre el territorio de Ucrania, «para proteger Europa Central de los misiles rusos».
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que el martes había corrido a señalar a Rusia, sigue insistiendo este miércoles en apuntar en esa dirección. Y añade que «no tengo ninguna duda de que no fue nuestro misil».
Su única fuente serían los informes de su equipo militar, del que ha dicho que «no tiene sentido desconfiar. Pasé la guerra junto a ellos».
En ese sentido, Zelenski ha subrayado que la investigación sobre lo ocurrido no ha acabado y ha pedido a Polonia que permita a los representantes ucranianos acudir al lugar de los hechos para llevar a cabo sus propias pesquisas. «¿No podemos presentar las conclusiones finales? Creo que es justo», ha valorado.

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