La última vez que Bilbao Basket jugó en Zaragoza, el pasado 1 de mayo, ganó. Fue un ajustado 80-82, pero ganó, con un tiro decisivo anotado por el base Rafa Luz. Los hombres de negro rompían así una mala racha en «el Felipe» –como llaman los propios zaragozanos a su pabellón– en el que, peor aún que las derrotas, salían a paliza por partido desde 2016.

Después de ganar por 69-75 en octubre de 2016, la paliza por 81-61 de la campaña 2017/18 fue la más liviana que encajó el cuadro bilbaino. Luego de su regreso a la Liga ACB, la «bienvenida» maña, con Porfi Fisac en el banquillo aragonés, llegaba en octubre de 2019, con un 84-61 todavía peor, aunque nada comparable al «regalo de la feria de Santa Lucía» del 13 de sisiembre de 2020: 105-76, con un Alex Mumbrú fuera de sí, preguntando a sus jugadores «¿quiere alguien jugar a baloncesto?» en un tiempo muerto.

A esa serie de correctivos, antes de volver a batir al conjunto aragonés el pasado 1 de mayo, hay que añadirles los resultados de 73-96 del 23 de enero de 2021 y el 76-100 que Basket Zaragoza –con Jaume Ponsarnau en su banquillo– le endosó a los a los hombres de negro en el primer partido con un poco de público –2.747 valientes– que acogió el Bilbao Arena, el 23 de septiembre del año pasado.

Así pues, definitivamente, Basket Zaragoza es un rival que se atraganta a los bilbainos –por no volver a mencionar del triple aquel de Joan Sastre desde más de 20 metros que dejó a los bilbainos sin play-offs el día de la despedida de Raül López, el 22 de mayo de 2016–, pese a que los bilbainos se han impuesto en 12 de las 23 veces que se han visto las caras. Pero ante ello deberá pelear el cuadro bilbaino este sábado a las 20.45 en tierras zaragozanas. Pero ya que los bilbainos disputan su partido número 600 en la Liga ACB, Jaume Ponsarnau ha subrayado este viernes la importancia para los suyos de ser tan competitivos fuera de casa como lo son en Miribilla.

«Debemos encontrar la forma de ser competitivos fuera, sin nuestro público, aunque sí vamos a tener aficionados a favor», ha indicado el técnico de Tárrega, recordando a los más de 200 seguidores bilbainos que se esperan en las gradas.

La paliza sobre el Fuenlabrada fue un bálsamo que la familia de Bilbao Basket agradeció gustosa, pero con apenas un cuerto de temporada disputado, aún queda mucho en el recorrido de los hombres de negro, como bien ha indicado su entrenador.

«Sabemos que tenemos que crecer y crecer, porque si no cualquier equipo te puede ganar», ha apuntado el preparador catalán, ilusionado con poder celebrar el partido 600 del Bilbao Basket en la ACB con una victoria que «sería un buen reconocimiento a toda la gente que ha hecho posible esta historia, entrañable y sólida».

«Ha habido superéxitos, se ha estado en la LEB, se ha vuelto a subir y eso hace más consistente y fuerte la historia de este club. Con esta fuerza le quedan aún muchos años», ha augurado Ponsarnau.

Pero lo primero es lo primero, sobre todo ante un rival que, después del cambio de entrenador, ha espabilado y ha encadenado dos victorias, alejándose de momento de las plazas de descenso, por más que su balance sea de 2-6, aún un poco lejos del 4-4 vizcaino.

«Han encontrado más inspiración, más jugadores, más acierto y más energía. Y además es un equipo con calidad. Tenemos que hacer muy bien las cosas para poder competir», ha insistido el técnico bilbaino antes de destacar la labor de «(Justinian) Jessup, su líder anotador, (Dino) Radoncic y Tryggvi (Hlinason)». El pívot islandés estará en el partido después de haberse recuperado de sus problemas físicos.

«Imitado» por Fisac

Sabido es, por otra parte, que Jaume Ponsarnau comenzó la camapañ 2021/22 al frente del cuadro zaragozano, pero que a cuenta de los malos resultados, fue destituido. El de Tárrega ha mantenido su habitual discreción, limitando su experiencia maña a un hecho habitual en la vida de un entrenador, sin buscar mayor polémica.

«Vuelvo a un sitio donde trabajé y donde está claro que no acerté en cosas y las cosas salieron mal, pero así es la vida del entrenador», ha dicho, sin entrar a valorar las decisiones del club maño «por máximo respeto a la gente que trabaja allí».

Saliera bien o mal de Zaragoza, el técnico actual maño, Porfi Fisac, ha mostrado su admiración por Jaume Ponsarnau, de quien ha indicado que «copia» e «imita» algunas cuestiones tácticas.

«Es una persona con un concepto del trabajo al cual me gusta a veces imitar y copiar ciertas cosas, porque tiene mucho sentido de la realidad, de hacer las cosas con criterio y creo que es un persona, no solo a nivel deportivo sino humano, entrañable», ha indicado el técnico segoviano.

Por otro lado, en el habitual juego de pasarle el favoritismo al vecino, Fisac se ha puesto la piel de cordero aduciendo que Bilbao Basket es «mejor equipo» en estos momentos. «Tiene más victorias, está jugando mejor y lleva más partidos siendo sólido. Ellos están demostrando en la pista que son superiores. Tenemos un reto importante de ver si podemos acercarnos a ellos», ha indicado.