
Apesar de que el cineasta Cristian Mungiu no es muy prolífico, con solo cinco largometrajes en veinte años, sigue siendo el abanderado del nuevo cine rumano gracias a los premios obtenidos de Cannes con ‘4 meses, 3 semanas, 2 días’ (2007), ‘Más allá de las colinas’ (2012) y ‘Los exámenes’ (2016). Su nueva realización, titulada ‘R.M.N.’ (2022) toma sus siglas de Resonancia Magnética Nuclear, que es la prueba médica a la cual es sometido el anciano padre (Andrei Finti) del protagónico Matthias (Marin Grigore). Es uno de los síntomas graves con los que este inmigrante se encuentra a su regreso de Alemania, donde había trabajado en un matadero. Pero en su Transilvania natal también se ha instalado el rechazo a quienes proceden de otros países.
El conflicto local estalla cuando su exnovia Csilla (Judith State) decide contratar a tres inmigrantes de Sri Lanka en su panificadora, ya que para tener acceso a las ayudas europeas ha de hacer un número mínimo de nuevos contratos. Como los sueldos son bajos no encuentra mano de obra barata en su entorno, y de ahí que le tensión desemboque en una asamblea.

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