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La explanada de las Mezquitas, lugar santo y explosivo

La Explanada de las Mezquitas es un enclave ultrasensible en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El tercer lugar más sagrado del islam y el más sagrado del judaísmo («Monte del Templo»), es un polvorín que puede estallar con el más mínimo incidente. No digamos con las periódicas provocaciones israelíes.

La Explanada, con la mezquita Al Aqsa.
La Explanada, con la mezquita Al Aqsa. (Ahmad GHARABLI | AFP)

La Xxplanada de las Mezquitas cubre 14 hectáreas con vistas a la Ciudad Vieja de Jerusalén. Se encuentra en el sector palestino de la ciudad, ocupada por Israel desde 1967 y luego anexionada, y que los palestinos reivindican como la capital del Estado al que aspiran.

Llamado Al-Haram al-Sharif («Santuario Noble») o simplemente Al-Aqsa por los musulmanes, el sitio alberga la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al-Aqsa («La Más Lejana»), el santuario más alejado donde, según la tradición musulmana, se despidió el profeta Mahoma. La Cúpula de la Roca se alza sobre la piedra desde la que se dice que ascendió al cielo sobre su yegua alada.

La explanada es el tercer lugar más sagrado del islam después de la Gran Mezquita en La Meca y la Mezquita del Profeta en Medina, Arabia Saudí.

Su construcción comenzó en el siglo VII, tras la toma de Jerusalén por el califa Omar. Está levantado sobre el solar del Templo Judío destruido por los romanos en el año 70 y cuyo vestigio más importante conocido, el Muro de las Lamentaciones, se sitúa justo debajo.

Llamada Har HaBayit («Monte del Templo») por los judíos, la explanada es el lugar más sagrado del judaísmo.

Múltiples enfrentamientos

Israel asegura que no quiere cambiar el statu quo heredado del conflicto de 1967 y su ocupación de la parte oriental de Jerusalén. Las normas permiten a los musulmanes subir a la explanada a cualquier hora del día y de la noche y a los no musulmanes entrar en ella a determinadas horas pero sin rezar.

Pero en los últimos años ha aumentado el número de judíos que visitan la explanada y en ocasiones rezan allí a escondidas después de haber subido allí como simples visitantes.

Esto crea frecuentemente tensión con los fieles musulmanes que temen que el Estado judío intente cambiar las normas que rigen el acceso a la Explanada de las Mezquitas, administrada por Jordania pero cuyo acceso está controlado por la Policía y el Ejército israelí.

El sitio es todo un polvorín.

En 1996, la decisión israelí de abrir una nueva entrada al oeste de la explanada provocó protestas reprimidas a sangre y fuego con más de 80 personas muertas en tres días.

El 28 de septiembre de 2000, la visita a la explanada de Ariel Sharon, entonces líder de la oposición de derecha israelí, fue toda una provocación para los palestinos. Al día siguiente, la Policía israelí disparó y mató a siete manifestantes, lo que marcó el inicio de la segunda Intifada, o levantamiento palestino contra la ocupación israelí, después de la de 1987-1993.

En julio de 2017, dos palestinos murieron a manos de la Policía israelí cerca de Jerusalén, tras una semana de protestas por la imposición de nuevas medidas de seguridad en la entrada a la explanada.

En agosto de 2019, los enfrentamientos entre la Policía israelí y los fieles en la Explanada de las Mezquitas dejaron decenas de palestinos heridos

En 2021, la represión de las protestas fue el preludio de los 11 días de guerra entre el movimiento islamista palestino Hamas, en el poder en la Franja de Gaza, e Israel.

En la primavera de 2022 centenares de palestinos resultaron heridos en protestas contra las provocaciones israelíes.