
Bajo el lema '‘Empresarien eta agintarien erasoaldiaren aurrean, gazte langileok borrokara', alrededor de 4.500 personas han participado este sábado a la tarde en sendas movilizaciones convocadas por Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) en Bilbo e Iruñea. Los promotores pretenden así impulsar la acumulación de fuerzas en el seno de la juventud trabajadora «para la construcción de un movimiento de clase, frente a la ofensiva de empresarios y gobernantes».
Los convocantes estiman que la movilización de este sábado es un «paso necesario» en la organización de la clase obrera frente a la ofensiva del capital en el «largo proceso hacia la construcción del socialismo».
Estiman que se dan las condiciones para «una política comunista de masas en Euskal Herria y otros lugares», aunque reconocen que las movilizaciones de hoy, en las que han conseguido reunir a cerca de 3.000 personas en la capital vizcaina y a unas 1.500 en la navarra, no van a frenar la ofensiva de empresarios y gobernantes.
La de Bilbo ha sido la más numerosa de las citas. Ha partido pasadas las 18.10 del Sagrado Corazón, recorriendo la Gran Vía hasta llegar a la Casa Consistorial. Al frente de la marcha, vigilada por un importante operativo de la Ertzaintza, una pancarta con el lema ''Burgesiaren ofentsibaren aurrean, gazte langileok borrokara!''.
Desde su inicio se han repetido consignas como «borroka da bide bakarra», «gora iraultza sozialista», «gora gora gora langileok borroka» o «gazte langile antolatu», al tiempo que se arrojaban potentes petardo y se encendían bengalas.
Presencia policial
A lo largo del recorrido se han ido desplegando pancartas y colocado carteles ante la atenta mirada de la Policía autonómica, que ha llegado al menos a retener a un joven en la plaza Elíptica tras haber sido extraído del cortejo por agentes de paisano. Fuentes de la Ertzaintza informaron posteriomente de que hubo un detenido por quemar dos contenedores de basura en la Gran Vía, por la que discurría la manifestación.
Al final de la manifestación de Bilbo, los portavoces de GKS han denunciado el «acoso policial» sufrido en las últimos semanas, «donde decenas de sus militantes han sido identificados y multados por su labor política».
En esa lectura final, Iker Apraiz y Jone Sarrionandia-Ibarra han insistido en la necesidad de organizarse y movilizarse «fuera» del bloque que entienden que conforman «banqueros, grandes empresarios y políticos profesionales».
En referencia al «gobierno más progresista de la historia», han dicho que su «escudo social para defender y ayudar a la clase trabajadora» solo son «migajas». «Esas migajas –han añadido– no tienen como objetivo contrarrestar la ofensiva de los empresarios, sino rebajar la impotencia y el enfado de los trabajadores, tratando de canalizar electoralmente el malestar que existe».
Consideran imprescindible construir a nivel internacional un movimiento que articule como «sujeto politico independiente» a la clase trabajadora. «Es necesario construir una alternativa de trabajadores que haga frente a los grandes empresarios», han remarcado.

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