
Cuando se siente la cercanía de una fiera, pero no se la ve ni se la oye, da más miedo. Joan Peñarroya ha dicho este miércoles que «somos los mejores clasificados de nuestro grupo», y tiene razón. Saski Baskonia ocupa la tercera plaza de la Liga ACB con un balance de 16-4, con solo una victoria menos que Real Madrid y Barcelona, y que a su vez suma dos triunfos más que Lenovo Tenerife, tres más que Joventut de Badalona y cuatro más que Gran Canaria.
¿Pero por qué se habla tan poco de Lenovo Tenerife?
Es cierto que de los ocho participantes de la Copa, el único que no ha jugado aún una final del torneo del KO es el conjunto que dirige Txus Vidorreta. Gran Canaria no tiene ningún título copero en su haber, pero al menos jugó la finalísima de 2016 en A Coruña y plantó cara a un Real Madrid contra el que perdió por 81-85. Por ende, sin experiencia en una final de Copa y con la ausencia de última hora sde Joan Sastre –el alero balear sufre una fractura de radio en la muñeca de la mano izquierda con lo que tendrá que estar de baja entre 10 y 12 semanas–, Lenovo Tenerife debiera ser uno de los rivales descartables en ese camino de tratar de romper el duopolio del Barça y el Real Madrid.
Sin embargo, ¿por qué este escalofrío?
Cierto es que el cuadro aurinegro no está alineado con la Euroliga y eso lo aleja de los más grandes escaparates del baloncesto continental. Ello supone que sus éxitos en la FIBA BCL o la Copa Intercontinental, trofeos que han ganado sucesivamente en estos últimos seis meses, pasen casi desapercibidos.
Cierto es que no son un equipo joven, con Marcelinho Huertas a punto de cumplir los 40 años –los cumplirá en mayo–, 33 para Georgi Shermadini –serán 34 el 2 de abril– y por encima de la treintena los Sasu Salin, Bruno Fitipaldo, Aaron Doornekamp –cumplirá 38 en diciembre–, Abromaitis, Fran Guerra o Elgin Cook. Por fuerza ello debe suponer que los esfuerzos continuados los debe pagar con fatiga, molestias, desacierto, errores y en último término, derrota, porque además los de Txus Vidorreta también juegan el viernes –a partir de las 18.30 frente a Gran Canaria–.
No es solo eso. Todo el mundo sabe cómo juegan los aurinegros. Bloqueo directo central para Shermadini para que Huertas decida si pasársela al georgiano, mientras que los aleros y demás tiradores se abren para amenazar con el tiro, dar un pase extra o romper el desequilibrio defensivo con una penetración.
Todo el mundo conoce los entresijos del juego de Lenovo Tenerife, y sin embargo suma un balance de 14-5 –debe jugar un partido ante Manresa–, pero verlo en las semifinales de la Copa y la Liga ACB es cada vez más habitual, y como casi nunca parte como favorito, juega sin presión.
Genio y figura
Y si juega con la presión por ejercer de favorito, ahí está Txus Vidorreta, genio y figura, al quite. «Llegaremos al partido con once jugadores y trataremos de limitar el impacto de su baja», ha dicho este miércoles el técnico de Indautxu en referencia a Joan Sastre, tras recordar que en la edición copera del año pasado ya tuvieron la ausencia del base uruguayo Bruno Fitipaldo.
El técnico bilbaino ha añadido que los equipos con plantillas amplias tienen «una gran ventaja« y cree que todos deberían «jugar con los mismas cartas, con doce jugadores», porque las plantillas con quince o más jugadores «favorece» a esos equipos para ganar un título en tres días, «y entre esos favoritos no están Lenovo Tenerife, Gran Canaria, Unicaja y Joventut», ha subrayado.
Con la venda bien puesta –sin menospreciar la ausencia de Joan Sastre, ya que conseguir continuidad en las rotaciones de Txus Vidorreta implica ganarse la confianza del de Indautxu, cosa que no es nada fácil–, el cuadro aurinegro llega a la Copa, en todo caso, de celebración, después de conquistar el pasado domingo la Copa Intercontinental.
Jugando en su casa aunque ejerciendo de visitante, superó por 68-89 al Sao Paulo brasileño. Dicen las crónicas que el duelo se rompió con el parcial de 15-24 del último cuarto, pero no dicen que los de Vidorreta ganaron los cuatro períodos, logrando no desgastar en exceso a Marcelinho Huertas ni Shermadini, pero con el propio Shermadini, Sasu Salin, Doornekamp y Fitipaldo anotando al menos 12 puntos.
Tampoco dicen esas crónicas que ha sido el cuadro tinerfeño el único capaz, en la Liga ACB, de salir victorioso del Buesa Arena, en la tercera jornada de Liga Regular, 79-85, un partido conocido tanto por los comentarios despectivos del de Indautxu sobre Maik Kotsar en un tiempo muerto y porque Dani Díez se negó a darle la mano tras el final del partido.
Un partido en el que Jaime Fernández –alguien a quien Joan Peñarroya conoce de sobra, ya que fue su entrenador en Andorra, mejorando a sus órdenes notablemente el jugador madrileño en su transición de jugar de escolta a ejercer también de base– fue un martirio para la escuadra gasteiztarra con sus 19 puntos –18 de Sasu Salin–, con varios triples y otras penetraciones hacia su mano derecha.
La defensa isleña dejó a Markus Howard en 1 de 7 en tiros de campo, siendo un sorprendente Sander Raieste el principal artillero gasteiztarra con 15 tantos, amén de los 14 puntos y 8 asistencias de un Darius Thompson, pero que erró un lanzamiento en los segundos finales con el que tal vez hubiera podido forzar la prórroga.
Los de Vidorreta han caído dos veces ante el Real Madrid, y una vez ante el Barça, Joventut y UCAM Murcia, por lo que se denota que ante un mayor empuje físico, los aurinegros deben caer. Pero llegan a esta Copa sin presión, de celebración, con la venda puesta por la lesión de Sastre y casi de puntillas. Es más, como Saski Baskonia, vana demorar su aparición por Badalona hasta el jueves, y por eso nadie habla de ellos.
Y por eso dan mucho miedo si el Baskonia se los encuentra en semifinales.

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