Ainara Lertxundi
GARAren edizio taldeko kidea / Miembro del equipo de edición de GARA

La mesa con el ELN enfrenta una nueva crisis tras las últimas declaraciones de Petro

Tras las declaraciones del presidente Gustavo Petro, quien afirmó que «ya no hay conflicto de ideológicas ni conflicto social, sino lucha contra las economías ilícitas», el Comando Central del ELN exige «claridad» al Gobierno colombiano y advierte de que la mesa «ha entrado en crisis».

Foto de familia de las delegaciones del Gobierno colombiano y del ELN en el inicio el pasado 2 de mayo del tercer ciclo de conversaciones.
Foto de familia de las delegaciones del Gobierno colombiano y del ELN en el inicio el pasado 2 de mayo del tercer ciclo de conversaciones. (Yamil lAGUE | AFP)

En una reunión el viernes pasado con generales y almirantes de las Fuerzas Militares, el presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmó refiriéndose a las FARC-EP que tras la caída del bloque soviético decidió cobrar «un impuesto a los cultivos de hoja de coca y crecieron como nunca.​​ Las guerrillas se contaban por miles, estas empezaban a hablar ya de una cifra por encima de 10 mil como Guadalupe Salcedo, solo que a través de un sistema que es lo que marca esta fase, o sea, poder construir un ejército a partir del dinero de la hoja de coca o de la coca».

Incidió en que «eso fue ascendiendo. El gramaje fue primero sobre la hoja de coca, después sobre la pasta, después sobre los kilos de coca, y paulatinamente en el tiempo fueron ascendiendo en la cadena del narcotráfico. No fueron los únicos, todo lo demás empezó a construirse, lo que quedó de los paramilitares, lo que quedaron de otras guerrillas, las nuevas formaciones, toda empezó a girar alrededor de lo que llamamos la economía ilícita. Y esa es la tercera fase, algunos todavía tienen La Estrella Roja o cosas de esas, pero son ecos del pasado, este es el corazón de la tercera fase, la economía ilícita».

«La economía ilícita es el corazón de la tercera fase»

«La economía ilícita es el corazón de la tercera fase, es dinero puro, simple y sucio, ya no es la ideología, ya no es la tradición política, y entonces, cómo varían las estrategias desde el punto de vista de la fuerza pública que es el interrogante, o sea, no es lo mismo que cuando la política era la tradición, no es lo mismo cuando el conflicto era la ideología, y el conflicto social ahora es la economía ilícita», insistió.

Y en esa «tercera fase» situó al ELN actual, sobre el cual dijo lo siguiente: «El ELN tiene unas personas de edad que vienen de atrás de la segunda fase: metimos a Gabino en Cuba, Gabino casi que viene de la primera fase, campesino de Santander, recorre toda la segunda, se vuelve jefe comandante del ELN, se enferma y ahora lo metimos. Ellos mismos quisieron, porque todavía es como recoger lo que queda de la segunda fase que todos son viejos, bueno, cada persona es diferente y eso se sientan en la mesa y hablan, algunos de ustedes habrán visto eso».

«Pero, ¿mandan? Ahí cada uno de nosotros tiene muchos interrogantes; ¿realmente mandan o el ELN de hoy, Antonio García le llama la nueva generación? Eso tiene otra lógica que es la de ellos, ellos tratan de ‘acomodarse’ pero la otra lógica parece ser muy diferente, los frentes son autónomos, son federales, giran todos alrededor de la economía ilícita».

«Poco tienen que ver con el padre Camilo Torres»

«Poco tienen que ver con el padre Camilo Torres, eso es segunda fase, tienen la misma bandera, eso sí, pero su razón de ser es la economía ilícita. Algunos de esos frentes por su autonomía se podrían acercar a nuestra posición, es decir, bueno hablemos de paz, pero hay que resolver el tema de la economía ilícita porque si no, no, pues ¿para qué?», añadió.

En un tono similar, el sábado, pero esta vez con organizaciones campesinas y étnicas en el litoral Pacífico y Piedemonte Costero, donde la siembra de coca está presente, reiteró que el ELN que «no es lo mismo lo que había antaño a lo que hay hoy. Así se tenga la misma bandera, las cosas cambian. No es lo mismo con cuando se está pensando en cómo hacer una revolución para cambiar un poder por otro poder, a cuando se está pensando en cómo mantener el control sobre una economía ilegalizada en un territorio concreto, sin afectar en realidad las fuentes del poder político de Colombia». 

Subrayó que «el Ejército de Liberación Nacional reclama un estatus político, y sobre cuál nosotros tenemos que conocer y saber, que la fase del conflicto que se vivió hace unos años, muy ideológico, muy ligado a las banderas, que hacían que un grupo se levantara en armas contra un Estado con el objetivo de cambiarlo, de cambiar el poder a través de las armas, que esas fases han cambiado hacia otras, que son propiamente las del control de la economía ilegalizada».

«Nosotros sí queremos darles estatus político al ELN, pero reconociendo estas nuevas realidades de la lucha violenta en Colombia. Les propongo que trabajemos en serio un cese al fuego», añadió Petro.

«Un irrespeto»

En respuesta a estas declaraciones, el Comando Central de la guerrilla hecho público un duro comunicado en el que considera que son «un irrespeto al ELN, a su comandancia, a su unidad interna y cada uno de sus frentes de guerra. Además, continúa con la vieja práctica de estigmatizar al adversario y para nada contribuyen a la construcción de un ambiente para la paz».

Ve en estos pronunciamientos del presidente «un espaldarazo a la doctrina de guerra de baja intensidad imperialista, que prioriza atacar al ‘enemigo interno’ diciendo ahora que se encuentra camuflado en las ‘economías ilegales’. A lo largo de su historia, el ELN ha manifestado y practicado el deslinde categórico con todos los eslabones de la cadena del narcotráfico».

«De plano hay un desconocimiento del ELN como una organización político-militar insurgente. La estrategia gubernamental no es construir un acuerdo de paz, sino sacar adelante lo que ya tiene prefigurado, sin contar con lo que se pueda acordar en la mesa de diálogo», remarca.

«Las declaraciones del presidente interrogan de manera pública a nuestra delegación, se cuestiona su representatividad, por tanto el Gobierno debe aclarar públicamente si esta es un interlocutor válido para adelantar el proceso de paz», destaca.

Por ello, la dirección del ELN alerta que la mesa de diálogos «ha entrado en crisis» y exige «claridad» al Gobierno y hablar un lenguaje «coherente».