La Diputación reconoce que el túnel bajo la Ría disparará hasta un 33% el uso del coche

El gran túnel bajo la Ría, entre Getxo y Portugalete, no solo no va a contener la movilidad por carretera en el área metropolitana de Bilbo, sino que va a contribuir, según la propia Diputación de Bizkaia, a disparar hasta un 33% el uso del vehículo privado, en contra de las directrices europeas.

El diputado foral Imanol Pradales dando detalles del proyecto del túnel subfluvial.
El diputado foral Imanol Pradales dando detalles del proyecto del túnel subfluvial. (Bizkaiko Foru Aldundia)

El túnel bajo la Ría entre Getxo y Portugalete, la gran obra de infraestructura viaria en la que la Diputación prevé invertir al menos 450 millones de euros, disparará el uso del vehículo privado hasta un 33%, según admite la propia Administración foral en su Declaración de Impacto Ambiental.

La gran galería subterránea bajo las aguas del Ibaizabal, desde la rotonda de Artatza, en Getxo, hasta la de Ballonti, en Portugalete, es la solución que impulsa el Departamento foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial para resolver la «vulnerabilidad» de la red viaria entre ambas márgenes de la Ría, que pende del puente de Rontegi por el que a diario circulan en torno a 165.000 vehículos.

Con el gran túnel, según defiende el diputado foral Imanol Pradales, disminuirá el tráfico en puntos críticos como el tramo de la A-8 en Ezkerraldea, La Avanzada y el corredor del Txorierri, eliminando los «sobrerrecorridos» entre márgenes. «Más de cinco millones de personas cruzan al año entre ambas márgenes y a través del túnel lo harán de forma más cómoda», argumentó en enero Pradales en un encuentro internacional sobre túneles subfluviales que se desarrolló en el Palacio Euskalduna.

Es la justificación principal, la de aumentar «la robustez y seguridad» de la red viaria del área metropolitana de Bilbo, mediante una «conexión alternativa» al viaducto de Rontegi. Se trata, según se expone en el proyecto, de disminuir la «congestión» actual, aunque lo cierto es que, tal y como se recoge en la Declaración de Impacto Ambiental, provocará un «efecto llamada» que incrementará aún más el uso del vehículo privado.

El propio informe del Departamento foral de Medio Natural y Agricultura apunta a que la documentación del proyecto reconoce que la mejora de las condiciones de circulación «producirá un efecto de inducción y un incremento de la movilidad en vehículo privado».

Se indica que el modelo usado por el proyecto asume un aumento continuado del tráfico y estima que en 2038 se incremente la movilidad en vehículo privado en un 21% respecto a la movilidad de 2019 en Bizkaia. «Esto supone una tasa de crecimiento medio anual del 1% aproximadamente. En 2048, los viajes en vehículo privado llegarían a ser un 33% superiores a los observados en 2019», exponen los técnicos.

La consecuencia de la ejecución de esta gran infraestructura no parece, por tanto, que vaya a reducir los problemas de la red viaria de alta capacidad, más bien los incrementará. El propio informe recuerda que el Plan Territorial Sectorial de Carreteras de Bizkaia estableció que «es necesario, por tanto, adoptar un cambio de modelo dirigido a alcanzar el objetivo de la Unión Europea, compartido por la Diputación Foral de Bizkaia y ya contemplado en sus políticas de gestión de la funcionalidad de la red viaria, de contener el crecimiento de la movilidad».

Contra las directrices europeas

Aunque en el documento se acepta que algunas políticas de la Diputación van orientadas a contener la movilidad del tráfico por carretera, se alerta de que este proyecto «no es una de ellas ya que contribuye a facilitar el uso del vehículo privado en la movilidad del Bilbao Metropolitano». «Con carácter general está demostrado que el aumento de la oferta de infraestructura viaria genera un efecto llamada para el usuario del coche particular», subrayan los técnicos.

Según las estimaciones del departamento que dirige Pradales, la puesta en marcha del túnel subfluvial hará que unos 35.000 vehículos en día laboral dejen de transitar por Rontegi, siendo en el caso de La Avanzada de 19.000 y 13.500 en la recta de Ugarte, en la A8.

El tráfico previsto en el subfluvial es de 54.000 vehículos diarios en 2028, cuando se prevé que se ponga en marcha, llegando a 62.000 para 2048.

Pese a que los expertos pronostican «un progresivo aumento del tráfico», el informe foral apunta a «la necesidad de llevar a cabo una planificación integral de la movilidad y del transporte en el ámbito del Bilbao Metropolitano, que aún no ha sido abordada con la necesaria profundidad».

El proyecto también contempla la construcción, en colaboración con el Consorcio de Transportes de Bizkaia, de un tren lanzadera que aprovechará el túnel para unir las actuales líneas de metro. Una conexión ferroviaria con un trazado de 2.600 metros que convivirá junto con uno de los tubos del subfluvial a lo largo de más de 300 metros.

«Una conexión que dará servicio a miles de personas cada día con frecuencias de del entorno de los 5 minutos y un tiempo de viaje entre estaciones de 4 minutos», ha explicado Pradales. Hace un año se barajaba una inversión de 185 millones de euros adicionales para poner en marcha esta nueva conexión ferroviaria.

Moción de EH Bildu en Getxo

La priorización del uso del vehículo privado, así como las afecciones al parque de Artaza, «actual pulmón verde entre Getxo y Leioa», serán abordados en la moción que EH Bildu ha presentado para su debate en el pleno ordinario de diciembre del Ayuntamiento getxotarra, en la que exige la paralización del proyecto. 

Sostienen que esta infraestructura ha generado malestar y preocupación en el vecindario que reside en las inmediaciones de la rotonda de Artatza y también en el Instituto Artatza-Romo, por cómo serán las conexiones peatonales, cómo afectarán las obras, en qué situación quedará el parque, el impacto de muros y pantallas en las inmediaciones de las viviendas, entre otros aspectos.

Los soberanistas de izquierda critican que este proyecto se ha materializado sin ningún tipo de participación ciudadana. «Los vecinos y vecinas que viven en la zona de Artatza desconocen cómo quedará el entorno de sus viviendas, cómo les afectará el túnel y la obra previa...», exponen.

Desde EH Bildu comparten esa preocupación y creen que las prioridades en movilidad deberían ser otras, «más aún teniendo en cuesta el coste (o despilfarro) de más de 400 millones de euros, sin sumar los sobrecostes». «Con ese presupuesto, se podría mejorar el servicio de transporte público, aumentar las frecuencias del metro en Uribe Kosta, nuevas conexiones al aeropuerto o al parque tecnológico de Zamudio, soterrar el trazado del metro, seguir ampliando la red de bidegorris...», sostienen.

«En el contexto de la emergencia climática que vivimos, aún tiene menos sentido construir esta macro-infraestructura, puesto que sigue priorizando el uso del vehículo privado y todo esto para 'ahorrar' teóricamente 10 minutos de recorrido en coche. Mientras en varias ciudades europeas se están definiendo ya zonas de bajas emisiones y se ponen trabas al uso del vehículo privado... aquí en Bizkaia se le sigue poniendo la alfombra roja», manifiestan.