
Era evidente el cabreo y la decepción en el rostro de Jaume Ponsarnau la noche del miércoles, tras el 73-98 encajado ante el Niners Chemnitz en la ida de semifinales de la FIBA Eurocup. El técnico de Tárrega opinaba que «había una exigencia mental muy grande y no estuvimos a la altura de lo que merecía una entrada tan buena como la que había en Miribilla. Enseguida nos pusimos nerviosos. Ahora me preocupa que pasemos este bache y vayamos a Lugo con la mejor mentalidad. Toca pasar el luto de un mal partido».
Porque esa es la cuestión. Antes de afrontar el trámite del próximo miércoles en tierras alemanas, Surne Bilbao Baslet juega este sábado a las 18.00 en Lugo ante un Breogán que, con siete victorias, pelea como gato panza arriba para huir de la penúltima plaza. Por el momento, los entrenados por Veljko Mrsic están fuera del descenso, pero están empatados con el Granada, penúltimo clasificado en estos instantes, así como el Obradoiro, que precisamente sumó su séptimo triunfo al batir a Breogán en el derbi gallego del pasado fin de semana.
Por muchos motivos, ganar sería algo más que una buena noticia para los hombres de negro. Por un lado, la duodécima victoria supondría certificar de forma casi matemática la salvación, al abrir una brecha de cinco victorias sobre el descenso a falta de siete jornadas. Supondría romper una mala racha de ausencia de victorias lejos de casa, que se remonta al 3 de diciembre en La Fonteta. Y sobre todo, arrancaría de cuajo el pésimo sabor de boca que quedó tras lo sucedido el miércoles.
«Lo que haremos es que cada uno esté con los suyos a pasar esto a nivel personal y pasado mañana –por el viernes– nos vamos a volver a encontrar y a juntarnos de verdad en lo que es el juego, el baloncesto, el plan de partido, e intentar hacerlo lo mejor posible en Lugo», explicó el técnico catalán.
Un mal precedente
Aunque clasificatoriamente el Breogán de Lugo no dudaría en cambiarse por Bilbao Basket, lo cierto es que en la primera vuelta superó a los hombres de negro en Miribilla. En un duelo con alguna similitud con lo vivido ante el Niners Chemnitz, los hombres de negro caían el 9 de diciembre por 68-76 luego de haber aventajado hasta por 13 puntos al Breogán.
Sin embargo, el buen inicio se fue enturbiando con un rival cada vez más cómodo en esa «táctica del conejo» que ideó el llorado Manel Comas. Los de Veljko Mrsic se mantuvieron por detrás, pero a la estela de los hombres de negro, hasta que en el último cuarto adelantaron por la izquierda a los bilbainos con un parcial de 15-27.
Ni estos precedentes ni la catástrofe del miércoles relajan a Veljko Mrsic. El exentrenador de los hombres de negro ha querido centrarse en que «Bilbao Basket viene de ganar de 20 puntos al Joventut y de derrotar a un equipo de Euroliga como el Baskonia en el derbi, eso ya lo dice todo».

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