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Tiago Splitter volverá a su casa para ver cómo Saski Baskonia retira su camiseta

El número 21 del ‘Caminante’ de Joinville penderá del Buesa Arena junto con las camisetas de Luis Scola, Pablo Prigioni, Sergi Vidal e Igor Rakocevic. La ceremonia tendrá lugar el domingo 5 de mayo, en el duelo que Saski Baskonia jugará a las 12.30 ante Bàsquet Girona.

Tiago Splitter, en la balconada de San Miguel celebrando el título de Liga ACB de 2010.
Tiago Splitter, en la balconada de San Miguel celebrando el título de Liga ACB de 2010. (Juanan RUIZ | FOKU)

El Baskonia significa para mí un concepto de familia que está desapareciendo en el mundo. Tengo la certeza de que Tiago cayó en el lugar correcto.

Cassio Splitter

Tiago Splitter, que el pasado 1 de enero cumplió los 39 años, solo era un adolescente cuando recaló en Gasteiz, ciudad en la que se hizo hombre y fue ascendiendo en la cantera de Saski Baskonia, incluida una fugaz cesión a Bilbao Basket, hasta convertirse en el mayor referente del baskonismo cuando otros iconos como Luis Scola, Macijauskas, Nocioni, Prigioni, Rakocevic, Vidal y demás fueron desapareciendo de escena.

Y precisamente formando quinteto con Prigioni, Rakocevic, Vidal y Scola, Tiago Splitter verá pender su camiseta con el número 21 el próximo 5 de mayo. Lo que en principio quizá fuese un partido sin demasiada historia en la pelea de Saski Baskonia por meterse en los play-offs de la Liga ACB, frente a Bàsquet Girona a partir de las 12.30 en el Buesa Arena, se convertirá en el retorno del hijo pródigo, que regresa a su casa para quedarse en ella por toda la eternidad.

Nacido y crecido en Joinville, ‘Cidade das Flores’, al sur de Brasil, en el estado de Santa Catarina, Tiago se volvió tan gasteiztarra que desde mucho antes de su marcha a la NBA se ganó el apodo de ‘El Caminante’, por su extraño parecido a la estatua larguirucha y desgarbada que camina pesado en el corazón de la calle Eduardo Dato. Estuvo en la capital alavesa hasta junio de 2010, para marcharse a los San Antonio Spurs de la NBA por todo lo alto: ganando la Liga ACB con el galardón de MVP de las Finales –tras haber conquistado el MVP de aquella misma temporada–, después de derrotar a un Barcelona de leyenda que venía de conquistar la Copa y la Euroliga.

En el camino, con Splitter en la primera plantilla baskonista, quedaban en las vitrinas además de la Liga ACB de 2008 –con Pete Mickeal arrebatándole el MVP a Splitter por milímetros– las Copas de 2004, 2006 y 2009 –la más emotiva, con el golpe de la muerte de su hermana pequeña Michelle por culpa de una leucemia todavía a flor de piel y la visita por sorpresa de sus padres al vestuario baskonista después de acabada la finalísima–, las cuatro Supercopas consecutivas entre 2005 y 2008 y también las cuatro presencias seguidas en la Final Four de la Euroliga de esos mismos cuatro años, con un Splitter destacadísimo en Madrid 2008, al punto que solo a puros golpes y la miopía arbitral pudo la defensa del CSKA de Moscú frenar al gasteiztarra de Joinville.

El pívot brasileño debutó el 3 de octubre de 2004 con la camiseta de Baskonia con aquella paliza de 57-104 ante un Bilbao Basket que se estrenaba en la Liga ACB. Disputó un total de 413 partidos, 276 en la competición doméstica y 137 en Euroliga con el equipo baskonista y actualmente es el sexto jugador con más partidos en la historia de la entidad.

La vida más allá de Gasteiz

Después llegó su marcha a la NBA y su retorno a la Liga ACB con la camiseta de Valencia Basket durante el lockout de la NBA de 2011, una «traición» que le costó no pocos silbidos en su visita al Iradier Arena –con triunfo taronja, por cierto–, explicada por el propio Splitter en términos de exigencia. «Sabía que no estaba en condiciones de ofrecer lo que Dusko me iba a pedir, por lo que decidí ser honesto y no venir a Gasteiz», dijo.

En la NBA, fue ganándose los minutos poco a poco a las órdenes de Greg Popovich, al punto de estar en la rotación habitual de aquellos Spurs finalistas en 2013 y campeones de 2014, siendo el primer jugadro nacido en Brasil en enfundarse el anillo de campeón de la NBA. El de Joinville, pese a no poseer ningún talento especial a nivel técnico, siempre hizo gala de una capacidad defensiva, movilidad y pase dignas de meción, lo cual le sirvió para ir mejorando así en Gasteiz –el «juguete preferido» de Iñaki Iriarte– y en la propia NBA, hasta las lesiones de cadera comenzaron a lastrar su carrera.

Después de ganar el anillo con los Spurs y traspasado a Philadelphia, se tuvo que colocar una prótesis en la cadera derecha, operación de la que tardó en recuperarse poco más de un año.  Tras la operación, el brasileño participó en ocho partidos con los Sixers, pero poco después volvieron los dolores y los médicos concluyeron que para seguir jugando a tan alto nivel debía someterse a la misma operación, esta vez en su cadera izquierda, lo cual precipitó su retirada a los 33 años.

Hasta 2023 ha ejercido de entrenador ayudante de los Brooklyn Nets y ahora ejerce de seleccionador u23 de Brasil. El 5 de mayo, por su parte, será en Gasteiz el hijo pródigo que regresa para siempre a su casa.