
Este miércoles, a modo de aperitivo del campeonato mundial de ajedrez que arrancará el 20 de noviembre en Singapur, tenían que enfrentarse el campeón Ding Liren contra el aspirante, Dommaraju Gukesh. Pero no ha sido así, porque Ding no ha concurrido a la sala de juego. Mientras, Gukesh se ha erigido por su atronadora victoria sobre Wei Yi en el protagonista de la séptima jornada de las Olimpiadas del Ajedrez, un torneo entre selecciones de carácter bianual que este 2024 se está disputando en Budapest.
La India lidera la clasificación absoluta y femenina, con 14 puntos de los 14 posibles, al imponerse en estas siete primeras rondas de las once que consta este torneo que reúne a la flor y nata del ajedrez mundial. La India y China han vivido este miércoles un duelo en categoría absoluta en la que Ding y Gukesh tenían que verse las caras, pero no ha sido así porque el campeón mundial ha renunciado a ello.
Las selecciones están compuestas por cuatro titulares, un suplente y un capitán y China, después de que Ding Liren aún no haya sumado una sola victoria en estas Olimpiadas y tras caer el lunes frente al vietnamita Le Quang Liem, ha decidido darle descanso al campeón mundial y hacerle «correr turno» al primer tablero a un Wei Yi que, si es por puntuación ELO, con sus 2.762, está por encima de los 2.736 de Ding, de forma que, en términos estrictamente deportivos, a Gukesh le ha correspondido enfrentarse a un rival todavía más fuerte que el vigente campeón mundial.
La danza de los caballos
Las tres primeras partidas entre India y China han terminado en tablas, y la cuarta, a disputarse entre Gukesh y Wei Yi, con el jugador indio con las piezas blancas, iba camino del mismo desenlace.
Un final con dos peones por cabeza en flancos opuestos, dos caballos para Gukesh y una torre para Wei Yi, ideal para encaminar el duelo a unas tablas a menos que alguno de los contendientes cometiera algún error grosero o hubiera alguna secuencia genial para desnivelar la balanza.
La secuencia de jaques y protección contra los jaques defensivos de Gukesh con sus caballos ha sido digno de un ballet. El excampeón Magnus Carlsen, también presente en Budapest c on la selección noruega, es el principal especialista en este tipo de finales tan técnicos, donde la precisión ha de ser milimétrica para provocar errores al rival. Lo que algunos dicen sobre Carlsen de su capacidad de «sacar agua de una piedra», cualidad que en otros tiempos compartieron excampeones mundiales como Capablanca o Karpov, es la que ha hecho gala Gukesh en un final absolutamente hechizante por la precisión mostrada por el adolescente de Chennai.
A sus 18 años recién cumplidos a finales de mayo, y con unos nervios a flor de piel en vista de su expresión y su continuo vaivén sobre el tablero, Gukesh ha conseguido amenazas múltiples y simultáneas por la peculiar forma de moverse de los caballos –esa curiosa forma de «ele» en cualquier dirección– de forma que a pesar de que Wei Yi tenía a su disposición filas y columnas para hacer correr a su torre, de pronto el chino se ha encontrado con que su torre no ha podido con dos caballos capaces de acorralar a su rey, más un peón que se encaminaba derecho a coronar dama y decidir la partida.
Con el reloj agotando el tiempo de los dos contendientes y tras una partida de más de cinco horas, Gukesh ha llevado a Wei Yi al límite, quien tras varios jaques a la defensiva con su torre, no ha podido continuar con la partida y ha decidido rendirse.
La reacción
La reacción ha sido espectacular por parte de todos. Gukesh ha resoplado muy aliviado, como si hubiera superado una reválida que lo ubica en una posición cada vez más favorita de cara a la cita de noviembre en Singapur, amén de que ha mantenido el pleno con su seleccionado. Los compañeros de selección de Gukesh, habitualmente tan comedidos y discretos, se han ido directos a abrazarlo, ya que la India, país que nunca ha ganado todavía el oro en unas Olimpiadas del Ajedrez, ha salvado uno de los escollos más duros en el camino a la cima.
Pero el propio Wei Yi ha reaccionado también de forma curiosa. El chino, a sus 25 años, y de vuelta a la élite del ajedrez tras varios años de estancamiento a cuenta de terminar sus estudios universitarios, es un ejemplo palmario de persona hierática, con una concentrada expresión que no deja lugar a la especulación. Tan preciso es su juego cuando está concentrado que parece un autómata. Pero en la derrota, sin que por ello haya perdido su hieratismo durante las cinco horas de pelea, ha sacado su cara más humana y amable. Por un lado, ha sido el más efusivo en felicitar a Gukesh, precisamente confirmando al jugador de Chennai que ha superado la reválida que se le ha planteado.
Por el otro, la pena por la derrota por la cual no ha querido seguir con el análisis de una partida que, más allá de que sigue confirmando a la India como gran favorita para suceder a China para el oro olímpico, ha salido de la sala de juego de la capital magiar como un sucesor de los mejores campeones del mundo de la historia del ajedrez, con el único lunar de que esta exhibición no haya tenido lugar frente a Ding Liren quien, bajo de forma y con claros problemas de salud desde que el 1 de mayo de 2023 conquistara el cetro mundial –ha tenido que medicarse durante meses para luchar contra el insomnio, y aunque por ahora parezca haberse restablecido, su forma deportiva está a años luz de su mejor nivel–.
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