El debut en la ficción de Maite Alberdi (‘El agente topo’) se aleja del intimismo sentido de sus best hits documentales para adaptar un proceso judicial protofeminista de sobras conocido en Chile, ahora recubierto de azúcar para las sensibilidades de Netflix y los Oscar. A pesar de todo, ‘El lugar de la otra’ sorprende con algún derrotero más que interesante. Primero, entrega el testigo a Mercedes (Elisa Zulueta), secretaria del juzgado y madre de familia que escapa –y la película con ella– ensoñándose con ocupar el lugar de la elegante escritora a la que encausa. Literaria hasta lo delicioso, la subjetividad a la que Alberdi aspira lleva al mismo tiempo a una mirada discretamente neófita en el cine, casi amateur, con más planos detalles y ocurrencias en voz alta que cualquier película “respetable”.

Zulueta anda y gesticula alicaída como Chaplin, resistiendo a las tentaciones del thriller de sucesos, a la par que el mundo recreado por Alberdi… O por los ejecutivos de Netflix, porque hay en la recreación de época algunas decisiones cercanas al telefilm: los salones de la alta sociedad son marmóreos, los juzgados marrón oscuro y de fondo suena Ella Fitzgerald. La película será algo estándar, ligeramente edificante, pero ello no le quita maña. De la misma forma que el asesinato cometido por la escritora María Carolina Geel fue leído como cita de otro célebre crimen literario, también Alberdi reconoce su contexto y lo enriquece. Las ideas no mueren en el audiovisual de plataformas.