
Dos casas. La de Mercedes y la de la reconocida escritora María Carolina Geel, interpretadas por Elisa Zulueta y Francisca Lewin, respectivamente. Dos casas que representan dos vidas diferentes, dos mujeres diferentes; una invisible para su familia, para el tribunal donde trabaja y para la sociedad. La otra una mujer emancipada, cuya amplia casa es reflejo de la libertad con que se mueve y decide. Las vidas de Mercedes y Carolina se cruzan cuando esta última mata de cinco disparos a su amante en el céntrico hotel Crillón de Santiago de Chile en 1955 y Mercedes trabaja para el juez encargado de juzgar a esta mujer.
‘El lugar de la otra’ es el primer largometraje de ficción de la directora chilena Maite Alberdi que se ha estrenado en el Zinemaldia y que el próximo 11 de octubre lo hará en la plataforma Netflix. Seleccionado por la Academia de Cine de Chile para representar al país en los premios Óscar y Goya también se exhibirá este mes en algunos cines chilenos.
En la rueda de prensa que parte del elenco ha ofrecido esta mañana en el Kursaal, Alberdi ha explicado que la película se inspira en el libro ‘Las Homicidas’ de Alicia Trabucco, una investigación sobre los crímenes de cuatro mujeres chilenas –Corina Rojas, Rosa Faúndez, María Teresa Alfaro y la propia María Carolina Geel– entre 1920 y 1970.
Para la directora chilena fue «un desafío hacerse eco de una época», para lo que buceó en los archivos, testimonios, documentos sobre Geel, quien ocupó titulares sensacionalistas y sobre quien todos opinaron sin realmente preguntarse o preguntarle por qué mató a su amante frente a decenas de clientes que almorzaban en este histórico hotel.
En esta cinta, revive un caso de homicidio para «hacernos preguntas sobre la justicia. Hay una pregunta importante que parte también del libro y que tiene que ver con el derecho a ser mala. La tesis original que a mí me encanta es que a las mujeres se les perdonaba por el hecho de ser mujeres porque condenarlas era visibilizarlas. Las trataban como las locas, que mataron porque tenían problemas psiquiátricos, nadie realmente quería escuchar las razones que tenían estas mujeres para matar. Eso es lo que a mí me cautivó y es una pregunta constante que plantea la película. Al mismo tiempo, vemos muchas polémicas que se perpetúan hasta hoy como es la justicia de clase. El de María Carolina es también un indulto de clase». Geel fue indultada por el presidente chileno a petición de Gabriela Mistral.
«Tenemos una Mercedes que nos está mirando, no solo a la asesina sino a todas estas mujeres que están en la cárcel, está mirando a una mujer –Carolina Geel– que era libre incluso en su cautiverio, una libertad de espíritu. Para mí, no es una película sobre un crimen sino sobre la búsqueda del cuarto propio y el espacio personal en el que todos necesitamos encontrar y defenderlo», ha incidido Alberdi.
Para Elisa Zulueta fue «muy difícil construir un personaje que nadie ve, que no existe, pero existe y gracias a ellas se come en su casa, gracias a ella funciona el tribunal. Ella es como la gran artífice pero que nadie ve. La mirada de documentalista de Maite, que busca la verdad hasta que la encuentra, me ayudó mucho a construir un personaje desaparecido y a entender cómo Mercedes mira a Carolina. Yo me entregué a las manos de Maite. Fue una concentración 100% pero poca energía. Sin ser vista por el equipo, que no me ofrecieran tanto café, sin teléfono todo el tiempo para no estar en la velocidad en la que vivimos ahora. Leía novelas de la época, eso me ayudó mucho a entender cómo mira y vive Mercedes».

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