Hay éxitos que pueden llegar a cambiar la carrera de un director; eso es, indudablemente, lo que le ha pasado a Galder Gaztelu-Urrutia con ‘El Hoyo’. ¿Fue el resultado de la combinación de una narrativa original, un contexto social relevante y su distribución accesible a nivel mundial lo que le llevaron a batir todos los récords de visionado? El estreno mundial de la esperada ‘El Hoyo 2’ clausurará, fuera de concurso, Culinary Cinema este viernes. ¿Repetirá el éxito de la primera?

Posibles razones del éxito

Acumuló 56 millones de visualizaciones en sus primeras cuatro semanas a nivel mundial. Este dato la colocó entre las películas más vistas de la plataforma durante ese año, un logro significativo e impresionante.

Puestos a intentar desgranar las posibles razones del éxito, puede que la clave se encuentre en el mensaje de la propia película: es una poderosa alegoría sobre la desigualdad socioeconómica. La plataforma, que desciende a través de los niveles de la prisión con comida que va disminuyendo, refleja la realidad de las sociedades modernas donde los recursos no se distribuyen equitativamente. Los de arriba consumen en exceso, mientras los de abajo luchan por sobrevivir con lo poco que queda. Este paralelismo con la injusticia social fue especialmente relevante en un momento en que las brechas de riqueza, la falta de solidaridad y la pobreza eran –y siguen siendo– temas candentes. A lo largo de la película, los personajes son confrontados con la elección entre actuar de manera altruista o sucumbir a la desesperación y el egoísmo. Esto genera un debate sobre cómo la naturaleza humana responde a situaciones de crisis.

Supongamos que no es el mensaje. Tal vez sea la forma en la que está rodada lo que enganchó a millones de espectadores. El entorno minimalista de la película, con sus estructuras frías y repetitivas, refuerza la sensación de claustrofobia e impotencia. Este uso austero de los escenarios subraya la deshumanización de los personajes, atrapados en una estructura física y social opresiva. El diseño de la plataforma y los distintos niveles contribuyen a la sensación de descenso moral y físico. Además la película no evita mostrar de manera explícita la violencia y la crueldad de las situaciones, lo que resuena con su atmósfera nihilista y distópica. Este enfoque le dio a ‘El Hoyo’ un estilo visual distintivo que capturó la atención de quienes disfrutan de contenido más visceral y oscuro.

Tampoco podemos pasar por alto el contexto en el que se estrenó: la película llegó a Netflix poco antes de que la pandemia del covid-19. Este contexto global hizo que su narrativa fuera aún más impactante, ya que el confinamiento y la desesperación de los personajes reflejaba de manera inquietante las nuevas experiencias de aislamiento social y la lucha por los recursos esenciales (como el papel higiénico o la comida). El hecho de que fuera lanzada en la mencionada plataforma le dio acceso inmediato a una audiencia global, mucho más amplia de lo que podría haber logrado con un estreno en cines limitado.

Pero más allá de la crítica especializada, fue el boca a boca y las redes sociales lo que impulsó su éxito. Los debates sobre su final abierto, el simbolismo de la niña, y las implicaciones de los temas de desigualdad y altruismo generaron mucha discusión en foros y plataformas de video.

‘El hoyo 2’

«Con ganas de extender el universo de ‘El Hoyo’ de la mano de una trama plagada de sorpresas, obstáculos, nuevos personajes... y viejos amigos. Queremos que esta segunda entrega sea un emocionante viaje físico que nos permita adentrarnos en la oscuridad, en ese lugar donde nos da miedo mirar» afirmó Gaztelu-Urrutia en la rueda de prensa previa que dio al arrancar el rodaje. El objetivo, pues, es expandir la historia y ampliar lo que conocemos de él, pero también reencontrarse con «viejos amigos». Esta vez la protagonizan Milena Smit y Hovik Keuchkerian.

¿Será capaz de repetir el éxito de la primera? Lo comprobaremos en las próximas semanas. Lo que si sabemos seguro es que tras pasar por Zinemaldia ‘El Hoyo 2’ aterrizará en Netflix el 4 de octubre. Acto seguido Gaztelu-Urrutia estrenará –también este año y en Sitges–, ‘Rich Flu’, que podríamos traducir literalmente como ‘La gripe de los ricos’; nos contará la peculiar historia de una sociedad en la que las personas ricas empiezan a verse afectadas por una enfermedad mortal que va arrasando con la población por estratos socioeconómicos.