«En la primera partida estaba un poco nervioso y eso me llevó a tomar alguna mala decisión que me costó la derrota. Lo sé, pero al mismo tiempo, no me sentía tan mal; es decir, era consciente de mis nervios y veía que podía remontar mi juego si me centraba en el tablero y templaba mis nervios. Ahora puedo afrontar la jornada de descanso más tranquilo y más contento, porque me ha salido una buena partida, y con victoria». Dommaraju Gukesh ya sabe lo que es ganar una partida en el Mundial de Ajedrez. El joven indio ha empatado a 1,5 puntos con Ding Liren luego de superar al ajedrecista chino con las piezas blancas, en la partida a la primera jornada de descanso que disfrutarán los dos contendientes este jueves.

En rigor, la derrota de Ding Liren se ha producido por tiempo. Este campeonato prevé dos horas para que los contendientes realicen 40 movimientos, sin que haya incremento de tiempo tras cada uno de ellos. Una vez pasado el control de la jugada 40, los ajedrecistas tienen 30 minutos más, con un incremento de 30 segundos por cada movida.

Dicho esto, la posición de Ding Liren en estos instantes finales, antes de que se le cayera la bandera del reloj tras el movimiento 35, era agónica. El Gambito de Dama aceptado que le ha preparado Gukesh ha obligado al chino a gastarse muchos minutos en los primeros movimientos de la apertura, y luego de una jugada dudosa un Torre a h5 de la jugada 18, Ding Liren ha padecido un calvario de partida, en el que, a pesar de haber conseguido cambiar las damas en la jugada 12, en vano ha intentado crear una fortaleza de posición frente a su rival, que pese a sus 18 años y su derrota del lunes, ha sido más que preciso para ir apretando las tuercas poco a poco.

De hecho, los módulos de silicio indican que Gukesh ha tenido una precisión al 96%, cosa nada fácil pero no solo por el contexto competitivo y de la edad del protagonista, sino porque las posiciones inferidas en el tablero escondían trampas diabólicas, toda vez que Ding Liren ha buscado una defensa sibilina que facilitaba el contragolpe en caso de imprecisión de las piezas blancas, haciendo valer la mayoría de pones de las negras y la actividad de piezas como el alfil «infiltrado» en las filas enemigas en c2 o el «caballo bloqueador» en la casilla d5, una pieza capaz de frenar al peón central y amenazar a los alfiles y las torres blancas.

Sin embargo, Gukesh ha sabido ir inmovilizando a Ding Liren, que a pesar de los apuros de tiempo se ha defendido como gato panza arriba, muy alejada su imagen, afortunadamente, al triste Ding que ha pululado por los tableros como alma en pena durante tantos y tantos meses. Lo mejor de este Mundial, pese a los errores innegables que cada contendiente ha ido cometiendo, es que el nivel de precisión y combatividad de los dos está dando lugar un nivel de juego mucho mayor que el que los agoreros vaticinaban en la víspera del arranque de esta cita de Singapur.

«Seguro que esta derrota influirá un poco en mi estado de humor en la jornada de descanso, pero hay que seguir», se ha limitado a decir un Ding Liren serio pero calmado tras la derrota, luego de justificar su dudoso movimiento de torre como una especie de movimiento profiláctico –«profilaxis» en el sentido de asumir una precaución posicional antes de afrontar el ataque del rival– antes de afrontar un potencial ataque de Gukesh por el flanco de rey. No obstante, ese movimiento ha causado debilidades adicionales que el joven prodigio indio, que hasta la fecha jamás había ganado a Ding Liren con piezas blancas en una partida a ritmo clásico, ha aprovechado con una frialdad digna de aplauso, distinguiendo además con mucha lucidez los momentos en los que jugar rápido y en los que pararse, valorar distintas variantes y actuar en consecuencia.

Será Ding Liren quien, el viernes, afronte la partida con piezas blancas, a partir de las 10.00 en Euskal Herria. Hay que recordar que el chino sorprendió a Gukesh en su primer envite con las blancas y si el indio salvó las tablas fue, en buena medida, a que el propio Ding no quiso arriesgar cuando tenía una posición ventajosa.