Iñaki Irigoien

Sinn Féin aumenta su apuesta de cara a los comicios generales

Sinn Féin ha decidido doblar su apuesta en las elecciones generales en Irlanda, aunque las encuestas rebajan sus previsiones en intención de voto al presentar casi el doble de candidatos que en los últimos comicios, una apuesta arriesgada que puede suponer perder representación y alejar el Gobierno.

Micheal Martin (Fianna Fail), Mary Lou McDonald (Sinn Féin) y el actual primer ministro Simon Harris (Fine Gael), durante el debate en la TV irlandesa.
Micheal Martin (Fianna Fail), Mary Lou McDonald (Sinn Féin) y el actual primer ministro Simon Harris (Fine Gael), durante el debate en la TV irlandesa. (Nial CARSON | EUROPA PRESS)

Hace falta explicar primero las peculiaridades del sistema electoral irlandés para entender el alcance del reto al que se enfrenta hoy Sinn Féin. En Irlanda, la elección de los 174 diputados del Parlamento dublinés se lleva a cabo en 43 circunscripciones, en las que se presentan casi 700 candidatos, con el récord para las del condado de Louth, donde 25 aspirantes compiten por tres escaños.

El sistema de votación se realiza con una papeleta única por distrito electoral, en la que aparecen todos candidatos de cada distrito por orden alfabético. El elector debe marcar los candidatos en base a sus preferencias, de forma que, para salir elegido, el aspirante debe alcanzar una cuota o un mínimo de votos necesarios en cada circunscripción, y si ninguno alcanza la cuota necesaria en el primer recuento, el menos votado queda eliminados y sus votos se transfieren a los indicados como segunda preferencia. Esto requiere largas horas de recuento, cuando no días o incluso semanas, antes de que se conozcan los resultados definitivos.

Ningún partido presenta suficientes candidatos para poder gobernar en solitario, 87, así que la coalición de Gobierno es inevitable y es más que probable que, como en la última legislatura, sea de más de dos formaciones. Fianna Fáil es el partido que presenta más candidatos, 82, mientras que por su tradicional rival y socio de coalición, Fine Gael, concurren 80. En el caso de Sinn Féin se presentan 72, lo que supone un incremento cuantitativo respecto a las últimas elecciones generales de 2020, cuando solo fueron 42. Por el resto de partidos concurren menos de una cincuentena de candidatos, además de una plétora de independientes.

Así, el principal cambio es el número de candidatos de Sinn Féin, aunque no son suficientes para gobernar en solitario. En 2020, podría haber obtenido hasta seis diputados más si hubiera tenido candidatos suficientes en las papeletas electorales. De esta manera perdió la oportunidad ser el partido con más escaños en el Parlamento de Dublín. Tras haber conseguido por primera vez ser la opción preferida al acumular el 24% de los votos emitidos, se quedó con 37 diputados, mientras Fianna Fáil obtuvo 38 con un 22% de los sufragios.

Presentar más candidatos es una decisión que conlleva peligro. Aparte del riesgo económico, por el gasto que suponen los candidatos extras en términos de publicidad, existe el riesgo de que aspirantes de un mismo partido concurran en el mismo distrito electoral y dividan el voto de la formación, de manera que no solo no aumente el número de diputados electos, sino que incluso éste disminuya con el mismo número de apoyos.

Pero es una decisión que los partidos deben tomar en base a sus previsiones de intención de voto y arriesgarse a perder representación ya sea por presentar un número insuficiente o demasiados candidatos.

En este contexto parece que Sinn Fein ha decidido,  metafóricamente hablando, tirar la casa por la ventana y ha pasado de los 42 candidatos presentados en 2020, cuando los resultados fueron mucho mejores de los previstos, a los 72 de esta cita con las urnas, en un momento en el que las encuestas le auguran un porcentaje menor de voto.

Detrás de esta decisión puede estar el hecho de que durante los últimos cuatro años Sinn Féin se ha presentado como alternativa de gobierno y para que ese rol fuera creíble en campaña le hacía falta presentar el número suficiente de candidatos que le permitiera ser el principal grupo en el Parlamento que salga de las elecciones que se celebran hoy.

Hace un año esta estrategia no hubiera sorprendido a nadie ya que Sinn Féin disfrutaba de una intención de voto cercana, en algunos momentos, al 30%, si bien ahora las previsiones están en torno al 20%, lo que hace que la apuesta sea mucho más arriesgada.

La situación poscovid se ha visto complicada con el aumento de la inmigracion, la guerra de Ucrania, el empeoramiento del acceso a la vivienda y el resurgimiento de partidos de extrema derecha que amenazan con acceder al Parlamento por primera vez desde hace 100 años. Esto provoca que estas elecciones sean especiales y que por primera vez desde la creación de la República de Irlanda el partido mayoritario pueda no ser ninguno de los dos que surgieron de la guerra civil (Fianna Fáil y Fine Gael).

Todo depende del resultado que obtenga Sinn Féin, que ha puesto todo su potencial tras su propuesta para solucionar la cuestión de la vivienda, aunque determinadas posiciones en relación a las personas transgenero o algunas declaraciones de ciertos dirigentes en materia de inmigracion parecen empujar a la formación a dar un paso adelante y dos hacia atrás en su carrera hacia el Gobierno.

Mañana se disiparán las dudas, aunque los resultados definitivos es más que probable que no se conozcan hasta bien entrada la primera semana de diciembre.