Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

Un Ding Liren con más vidas que un gato salva un «match ball» y empata el Mundial de Ajedrez

Un error garrafal del chino le costó la undécima partida, jugada el domingo. Solo 24 horas después, el vigente campeón mundial ha barrido del tablero a Gukesh fruto de una partida casi redonda, tras la cual hasta ha recuperado la sonrisa.

Ding Liren sonriente, después de su magistral duodécima partida.
Ding Liren sonriente, después de su magistral duodécima partida. (@FIDE_CHESS)

El ajedrez no es como la vida. El Ajedrez es La Vida.

(Bobby Fischer)

¿Qué significa tener carácter? ¿Qué significa tener fuerza mental? ¿Qué significa saber sobrellevar los golpes? Ding Liren llegaba a Singapur como víctima propiciatoria del adolescente Dommaraju Gukesh en vísperas de arrancar el Mundial de Ajedrez a ritmo clásico, pero después de 12 partidas, ese bien fundamentado favoritismo del prodigio de Chennai se enfrenta con un empate a seis puntos, 6-6, a falta de dos partidas y con la victoria al alcance del primero que llegue a los 7,5 puntos.

Se las prometía muy felices Gukesh esta jornada de lunes, luego de que un morrocotudo error por culpa de los apuros de tiempo condenara a Ding Liren a una de las derrotas más dolorosas de su carrera en la élite. Los originales planteamientos del ajedrecista indio obligaron al chino en primer lugar a reflexiones que le gastaron la mitad de las dos horas de tiempo para ejecutar los 40 primeros movimientos –la partida del domingo se acabó en 28 movimientos, restándole menos de 30 segundos a Ding por movida para efectuar esos 12 movimientos restantes– y luego, «colgarse» una pieza entera para deleite de un Gukesh y sus muchos incondicionales que remató la partida con un sacrificio de dama.

La FIDE tuvo la deferencia de darle un pequeño respiro a Ding en la sala de prensa; esto es, el chino hizo su análisis de la partida y respondió a las preguntas de los periodistas en primer lugar, evitando tener que permanecer de cara a al público más tiempo del debido en el «salteado» de preguntas dirigidas a uno u otro contendiente indistintamente, para así poder rumiar su derrota con calma y preparar el duelo de este lunes, con Ding con piezas blancas, con su equipo encabezado por el nacionalizado rumano Richard Rapport.

Hace año y medio Ian Nepomniachtchi también ganaba por 6-5 a Ding Liren en la duodécima partida, pero al ruso lo traicionaron los nervios cuando disponía de una posición ganadora y el chino igualó la contienda y luego pudo coronarse como sucesor de Magnus Carlsen en el desempate de partidas rápidas. El chino se acordaba de esa circunstancia el domingo y se retiró a sus aposentos con esa frase premonitoria. «El año pasado también perdía por 6-5 y gané para empatar el Mundial. Volveré a intentar hacer lo mismo», dijo.

Y a fe que lo ha hecho. Esta vez no ha contado con la «ayuda» de su rival, porque si algo demuestra Gukesh es que, pese a que comete errores por una cierta inmadurez en su juego producto de sus 18 años, es sólido como una roca. Pero el Ding Liren de esta lunes se ha asemejado mucho más a aquel que tanto temía el mismísimo Magnus Carlsen antes de la pandemia por la covid-19 que al campeón que durante año y medio ha languidecido.

Más allá de las habituales novedades teóricas que ha introducido Gukesh en la Apertura Inglesa planteada por el chino, Ding ha ido ganando en espacio y en actividad, evitando todo cambio de piezas y acorralando al joven de Chennai, que se ha visto sobrepasado por un huracán a pesar de que Ding al principio haya gastado más tiempo de reloj.

En la partida del domingo el «paseo» del caballo entre el rincón de a1 –una casilla rarísima salvo para la torre del flanco de dama– hasta c5 confundió a Ding Liren, quien se ha resarcido este lunes con un Dama d2 para maniatar al indio en los flancos y atacarlo por el centro, hasta que, después de la jugada 38 y con un mate inevitable en pocas jugadas –ni siquiera sacrificando su dama–, Gukesh ha inclinado el rey en señal de rendición.

Ha sorprendido positivamente el vigor de Ding Liren en esta duodécima partida, jugada con tino y fuerza pese a la presión en su contra. El ajedrecista de Wenzhou, sonriente por fin después de varias partidas con el talante apagado y mustio, ha atribuido ese vigor a la «taza de café» que se ha tomado antes de arrancar la partida y a los «snacks» que ha podido tener a su disposición en su cuarto privado –siempre vigilado bajo filmación, con el juez antitrampas ojo avizor ubicado a la espalda de los contendientes en la sala de juego–, donde en varias ocasiones se ha podido «esconder» Ding mientras Gukesh pensaba sus jugadas. No es tan raro eso de disponer de algún tipo de comida energética, dicho sea de paso, puesto que es conocido cómo alguien como Gari Kasparov gustaba de disponer de onzas de chocolate en su camerino, sobre todo en sus míticos duelos por Anatoli Karpov.

¿Y ahora, qué?

Precisamente, el juego exhibido por Ding Liren este lunes ha recordado poderosamente al estilo de Karpov, con una compresión de la posición de juego profunda como pocos. De hecho, en las partidas anteriores al tropezón del domingo, Ding Liren, después de librarse por los pelos de la derrotas en la sexta y la séptima partida, decidió echarle el freno de mano al Mundial y provocó tres partidas sólidas, duras y secas, indigestas para el ojo del espectador poco versado.

Esa estrategia, aparte de aplacar los ímpetus de un Gukesh enfadado consigo mismo por no haber aprovechado ventajas bien amplias por imprecisiones derivadas de su bisoñez, denotaba a su vez la confianza que tiene el ajedrecista chino en caso de tener que acudir a los desempates. Si en el ritmo clásico el joven de Chennai tiene un ELO superior a Ding –2.783 contra 2.728 en el momento de arrancar el Mundial–, a ritmos más acelerados es el chino quien supera a Gukesh con una diferencia colosal a estos niveles: 2.776 contra 2.654 a ritmo rápido y una ventaja todavía mayor en lo que se refiere al ajedrez «blitz» o a ritmo relámpago: 2.785 para Ding frente al 2.615 de Gukesh.

Ello implica que en las dos partidas que restan para completar las 14 partidas Gukesh se verá empujado a arriesgar todavía más de lo que viene haciéndolo, al tiempo que Ding Liren podrá optar a, por un lado, valerse de las posibles imprecisiones de su oponente para contragolpear o, en su defecto, buscar «secar» las partidas para jugársela en un posible desempate en modalidades en las que el chino supera con la ya citada claridad.

«El empate a seis creo que es el resultado justo, aunque es una decepción para mí haber perdido esta partida», ha declarado a este respecto Gukesh, que pese a todo ha preferido poner buena cara. «Siento que los dos estamos jugando mejor en la segunda mitad de esta Mundial, de forma que no hay que perder la calma. No estoy perdiendo sino que seguimos empatados a falta de dos partidas».

Después del parón del martes, Gukesh asumirá la iniciativa de las blancas el miércoles. El polaco Grzegorz Gajewski es el principal preparador del indio para este Mundial, así como lo fue para el Torneo de Candidatos. El polaco, hombre parco en palabras y de carácter más bien retraído, es un afamado especialista en las aperturas. De su mente y sus análisis han venido muchas de las novedades que ha planteado el prodigio de Chennai, y algo deberá buscar el miércoles,. Ahora bien, ante un Ding Liren al alza que tiene más vidas que un gato y comprende las posiciones como pocos, muy buena deberá su preparación.