Agustin Goikoetxea
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

Alarma vecinal al conocer que Sader incrementará su producción tratando residuos de Zubieta

Preocupación vecinal tras sendas solicitudes de Sader para incrementar su producción tratando lixiviados de la incineradora de Zubieta, que el Gobierno navarro rechazó. Los afectados denuncian el «trato de favor» de Lakua y el Consistorio bilbaino hacia esta industria ubicada en Zorrotza.

Protesta vecinal exigiendo el traslado de Sader y Profersa fuera del casco urbano de Bilbo.
Protesta vecinal exigiendo el traslado de Sader y Profersa fuera del casco urbano de Bilbo. (Monika Del Valle | FOKU)

Dos solicitudes de Sader, registradas en julio y noviembre ante el Ejecutivo de Lakua, para incrementar el tratamiento de residuos en su planta de Bilbo mantienen en vilo a la población del entorno. Se pretende, denuncian desde la asociación vecinal El Canal de San Inazio, recibir como «residuos no peligrosos» los lixiviados líquidos que la incineradora de Zubieta enviaba con una codificación de sólidos a la empresa Ecofert de Artaxoa y que, tras el rechazo del Gobierno navarro, son gestionados en Zorrotza.

El colectivo vecinal se opone a que el Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad permita a Sader aumentar la cantidad de residuos gestionados «porque el aire es irrespirable muchos días». «No comprendemos como incrementando la producción en torno al 40%, se dice que no va a haber un aumento de las emisiones. No tiene sentido», apuntan.

Critican lo que entienden como «trato de favor» del Consistorio bilbaino y Gobierno autonómico hacia Sader y Profersa, dos empresas que debieran haber abandonado el casco urbano hace años. El pasado 22 de noviembre, en el Parlamento de Gasteiz, el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, negó que esas emisiones sean peligrosas y prometió el traslado de ambas industrias a la «mayor brevedad posible».

Los afectados califican de «maniobra» que, en escasos cinco meses, Sader haya solicitado sendas modificaciones no sustanciales. En julio, según las estimaciones que realizan, se iban a tratar 33.460 toneladas más de residuos peligrosos y no peligrosos, y en noviembre, en cambio, se propone aumentar en 17.100 toneladas de «residuos no peligrosos». Lo que más les preocupa es de dónde vienen los «residuos no peligrosos», de la incineradora de Zubieta.

En julio, según las explicaciones dadas por el consejero Mikel Jauregi en una reciente respuesta parlamentaria, Sader presentó una comunicación de una primera modificación no sustancial de su actividad para incrementar su capacidad de gestión de residuos peligrosos en 29.360 toneladas anuales. Esa solicitud, tal como indica Jauregi, se aprobó por silencio administrativo.

Se perseguía poder aumentar en un 28% el tratamiento de emulsiones y aguas aceitosas, neutralización de baños ácidos y fabricación de cloruro férrico, así como la gestión de lodos, que pasarían de 121.140 toneladas a 154.600. Los residuos peligrosos pasarían de las 79.140 toneladas permitidas a las 108.500, mientras los tipificados como no peligrosos de 42.000 toneladas a las 46.00.

«Mayor carga de trabajo»

«Este incremento no conlleva modificación alguna de la instalación y simplemente supone una mayor carga de trabajo que se traduce en horas de funcionamiento de la misma instalación», expone el consejero para justificar que se haya considerado el carácter «no sustancial» de la modificación.

Esa información, por cierto, es diferente a la facilitada por el director de Calidad Ambiental y Economía Circular, Javier Agirre Orcajo, a una solicitud impulsada por una vecina afectada, quien asegura que «las está estudiando y aún no se ha pronunciado al respecto».

El pasado 12 de noviembre, Sader solicitó una segunda modificación no sustancial, en la que se pide aumentar el límite para el tratamiento de «residuos no peligrosos», cuyo periodo de respuesta formal concluye este jueves. Con ese nuevo permiso se podrían tratar los residuos de la incineradora de Zubieta. Se trata de los lixiviados que viajaron a la planta de Artaxoa como no peligrosos y que el Gobierno navarro considera que debieron ser clasificados como peligrosos.

Según se recoge en esa solicitud, se pasarían de tratar 42.000 toneladas de «residuos no peligrosos» a 59.100, lo que supondría un 40,7% más de producción en las instalaciones de Zorrotza.

La propia Agaleus, sociedad propietaria de Sader, indica que pide esa modificación por el «aumento de las toneladas recibidas del productor GHK, cuyos residuos de lodos no peligrosos no pueden ser tratados en el gestor que inicialmente los trataba». Además, recibirá residuos líquidos de otros productores para su eliminación.