
Israel ha llevado a cabo 17 bombardeos entre la noche de este viernes y la madrugada de este sábado, dirigidos contra objetivos militares del Ejército del depuesto presidente sirio Bashar Al-Assad. Entre los objetivos se encuentran una base aérea y almacenes de misiles ubicados en las afueras de Damasco.
Durante los últimos días, la aviación israelí ha realizado más de 420 ataques en todo el territorio sirio, devastando la flota, la aviación y los arsenales del país. Los bombardeos han tenido como objetivo bases militares, cuarteles, almacenes de armamento y municiones, incluidos misiles de largo alcance, así como aeropuertos y sistemas de defensa aérea.
Pero estos ataques van mucho más allá de una «maniobra en defensa propia», tal y como justifica el Ejército israelí en Tel Aviv una ocupación de entre 280 y 300 kilómetros cuadrados del territorio sirio, de acuerdo con la información que proporcionó este viernes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Si bien es cierto que Israel lleva atacando impunemente a Siria desde al menos enero de 2013, alegando que apuntaba a posiciones pertenecientes a Hezbolá, desde la caída de Assad a manos del nuevo régimen, liderado por el grupo yihadista Organización para la Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS), el Estado sionista ha traspasado la línea de alto el fuego de 1974 vulnerando el acuerdo de retirada alcanzado tras la Guerra de Yom Kipur.
Por esta razón, la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (UNDOF) denunció este viernes la violación del territorio por parte del Israel, y aseguró que el acuerdo sigue vigente a pesar de que el Gobierno israelí declaró que el pacto carecía ya de validez desde el derrocamiento, el pasado domingo, del Gobierno de Assad.
Israel argumenta que su presencia en la «zona de amortiguación» a lo largo de la frontera con los Altos del Golán, que el Estado sionista ya ocupa parcialmente de forma ilegal, se debe a la amenaza de grupos yihadistas en la región. El ministro de Defensa, Israel Katz, ha instruido al Ejército a prepararse para mantener posiciones en el monte Hermón, una de las primeras conquistas, durante el invierno.
Israel, un obstáculo para la «transición» siria
Tras las incursiones israelís, los ministros de Exteriores de la Liga Árabe han denunciado este sábado desde Jordania que Israel se ha convertido en un grave obstáculo para un proceso de transición nacional en Siria.
«Exigimos la retirada de las fuerzas israelíes y condenamos las incursiones israelíes en áreas e instalaciones en Siria», han indicado los ministros de Exteriores antes de enfatizar que «los Altos del Golán son tierras árabes sirias ocupadas cuya ocupación debe terminar».
Israel ocupó los Altos del Golán en 1967 y, en 1981, declaró su anexión de forma unilateral. Aunque la Administración Trump reconoció esta anexión en 2019, la mayoría de los países continúan sin aceptar la soberanía israelí sobre este territorio.
Asimismo, en un comunicado, han remarcado que «es necesario establecer una misión de la ONU para apoyar y patrocinar el proceso de transición en Siria y para ayudar a nuestro hermano pueblo sirio con vistas a un proceso político liderado por los sirios y de conformidad con la Resolución 2254 de Naciones Unidas».
La resolución 2254, de 2015, insta a un proceso político dirigido por el pueblo sirio y auspiciado por la ONU para salir de la crisis que ya entonces vivía el país árabe, así como a la formación de un gobierno creíble y legítimo, y un calendario y un proceso para redactar una nueva Constitución, además de la celebración elecciones «libres».
Reunión clave en Jordania
Los titulares de Exteriores de Catar, Emiratos Árabes Unidos y Baréin –jefe de turno del organismo panárabe–, además de los de Jordania, Arabia Saudí, Irak, el Líbano, Egipto y el secretario general de la Liga se han reunido en Aqaba para «coordinar posturas» antes del encuentro sobre Siria que tienen previsto mantener este sábado con sus homólogos de EEUU, Estado francés y Turquía, a la que asistirán también la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE) y el enviado de la ONU para el país árabe.
La conferencia, convocada por el rey Abdala II de Jordania, que se celebra en la ciudad meridional de Aqaba, tiene como principal objetivo brindar apoyo internacional a un proceso político de transición inclusivo en Siria.
En la reunión, participa el jefe de las diplomacia de EEUU, Antony Blinken, que, en una visita a Irak no anunciada –como suele ser habitual por los riesgos de seguridad– con el primer ministro iraquí, Mohammed Shia' Al Sudani, ha subrayado la importancia de que Siria transite hacia un Gobierno democrático que «proteja a todas las minorías» y que «no se convierta en ninguna plataforma para el terrorismo».
Además, Blinken ha confirmado este sábado el inicio de contactos con elHTS a pesar de que en 2018 agregó a su lista de «organizaciones terroristas extranjeras» al grupo yihadista por sus vínculos con Al Qaeda.
Por parte de la UE, acuden al conclave en Jordania la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas. En este aspecto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, también ha indicado que «la transición debe proteger a todas las minorías», después de que minorías mostraran su preocupación por el nuevo régimen yihadista.
Turquía e Israel, cómodos con el nuevo régimen
Por el momento, Abu Mohamed al-Jolani, el líder yihadista cuyos orígenes como militante están en el Frente Al-Nousra, la filial siria de Al-Qaeda, ha asegurado este sábado que no persigue el conflicto con Israel.
Mientras, Turquía se ha convertido en el primer país en reabrir su embajada en Siria tras caída de Asad, y espera ahora recoger los frutos de su apoyo a la oposición islamista.
El jefe de inteligencia turco, Ibrahim Kalin, estuvo en Damasco el jueves y se reunió con líderes como al Jolani o el primer ministro interino Ahmed al-Bashir. En un gesto simbólico de las estrechas relaciones entre Turquía y el nuevo gobierno, Al Jolani fue visto conduciendo un automóvil con Kalin como copiloto. Ambos visitaron juntos la Mezquita de los Omeyas en Damasco.
Ahora mismo existe en Siria, tras la caída de al Assad, un conflicto abierto entre la milicia del Ejército Nacional Sirio (ENS), respaldada por Turquía, y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la coalición milicias kurdas-arabes que tienen en las YPG a uno de sus elementos más destacados.
El ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, ha exigido a las milicias kurdas de Siria que expulsen de entre sus filas a los miembros de las Unidades de Protección Popular (YPG) que Ankara vincula con la organización armada del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

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