
Un grupo de navarros, «preocupados por la imposición desde el poder de una sesgada y falsa visión de nuestra historia» se han agrupado bajo la denominación Navarros Todos y La Historia Completa para presentar una serie de iniciativas «en defensa del Monumento de Navarra a sus muertos en la cruzada de la reconciliación y la verdad histórica».
La presentación, un mes después del acuerdo anunciado por EH Bildu y PSN para la demolición parcial del monumento, se ha realizado este martes en el Hotel Tres Reyes de Iruñea, donde el presidente de la Comunión Tradicionalista Carlista, el televisivo Telmo Aldaz, ha guiado una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por Leandro Falco, representante de la Asociación por la Reconciliación y la Verdad Histórica, y el arquitecto Ismael de la Barba.
Las iniciativas anunciadas son tres: la puesta en marcha ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJN de un procedimiento para declarar Los Caídos como bien de interés cultural para otorgarle «la máxima protección»; la presentación de una Iniciativa Legislativa Popular para promulgar una ley foral que proteja el monumento como «patrimonio artístico-histórico de todos los navarros», para la que necesitan sumar 6.000 firmas; y la tercera y última, «la Controversia de Pamplona», una fórmula de debate basada en modelos del siglo XVI.
Aldaz, en este punto, ha reclamado un debate que aborde también «el homenaje que la sociedad de aquella época rindió a las decenas de miles de voluntarios requetés que, mayoritariamente de manera voluntaria y altruista, entregaron su vida y hacienda por defender la fe, sus antiguas leyes y sus antiguas tradiciones».
«Un retraso absoluto desde 2016»
Tras el alzamiento franquista, 10 tercios de requetés navarros participaron en una guerra que no tuvo frente en Nafarroa, pero sí miles de víctimas. Sus mandos se pusieron a las órdenes de Franco, manteniéndose leales a los generales Mola y Sanjurjo, ya desalojados en 2016 del monumento que se encuentra en la capital navarra.
«Os puedo asegurar que eran buena gente», ha dicho Telmo Aldaz sobre los requetés
El carlista ha asegurado que participa en esta iniciativa porque le llamaron y accedió inmediatamente. «Desde muy pequeño fui a ese monumento a oír misa, no a otra cosa, a honrar los antepasados que murieron por defender la fe, la religión y la tradición de sus mayores en contra de nadie. Fue un acto de amor, no de odio. Como homenaje a esa gente que dio lo mejor que tenía por un ideal». Aldaz ha criticado «un retraso absoluto desde 2016», año en el que se sacaron de la cripta los restos de Mola y Sanjurjo, porque «se está atacando» lo que hace 80 años «era un sentimiento mayoritario». «Os puedo asegurar que eran buena gente», ha añadido en referencia a los requetés.
Aldaz ha echado mano del Evangelio para defender que su fe «no es una religión de odio, es de amor». En sus palabras, cuando todavía hay miles de desaparecidos, aquellos requetés, si en algo destacaron «fue en el respeto al enemigo», que salieron en una «cruzada por Dios y por España y para ellos se hizo ese Monumento». Por fortuna, la cruzada presentada hoy se limita a defender la fe y el Monumento mediante procedimientos judiciales, una ILP y foros de debate.
Visión woke, nacionalsocialismo y George Orwell
Falco, por su parte, ha defendido «un patrimonio histórico sin ideologías» y «una verdad histórica sin censura». El vocal de la asociación ha definido el golpe del 36 como «una guerra fratricida entre hermanos, entre primos», una historia que, a su juicio, «se está queriendo reescribir a gusto de quien está al mando». En su defensa para «no tocar» Los Caídos ha argumentado que «es un monumento espectacular».
En la misma línea, el arquitecto De la Barba, ha presentado el informe de 160 páginas para defender el interés de bien cultural del monumento y ha criticado que el acuerdo alcanzado por EH Bildu y PSN está realizado «desde una visión woke» de las cosas, haciendo suyo uno de los términos más utilizados por la extrema derecha para criticar posturas progresistas, y ha asegurado que esa manera de proceder es «volver a la época nacionalsocialista». «Y lo digo en serio», ha remarcado. En su alocución también ha habido lugar para George Orwell. «Estamos en riesgo de caer en el discurso e interpretación único de la historia y además teledirigido al estilo ‘1984’».

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