Ekologistak Martxan ha vuelto a presentar alegaciones al proyecto urbanístico para edificar 550 viviendas en terrenos parcialmente inundables y contaminados en El Calero, en el barrio barakaldarra de Burtzeña. Los ecologistas insisten en que la operación inmobiliaria, por una inversión de 18 millones de euros más IVA, se «olvida» de que esa margen izquierda del Kadagua es un área de riesgo por crecidas del río.

El Ayuntamiento de Barakaldo sigue adelante con su plan de regeneración del barrio de Burtzeña, que se centra en la construcción de alrededor de 550 viviendas en el área degradada de El Calero, una zona al borde del Kadagua que informes oficiales la clasifican como inundable. Se trata de un entorno degradado compuesto mayormente por pabellones abandonados.

Para tratar de paliar este riesgo potencial se contempla que la zona residencial se eleve más de 8 metros respecto al cauce fluvial, una altura –apuntan desde el Consistorio– mayor a la de otras actuaciones como las de Urban-Galindo y Zorrotzaurre. Gracias a esas futuras intervenciones, la Agencia Vasca del Agua-URA ha validado la propuesta.

En el polo opuesto se encuentra Ekologistak Martxan, que mantiene un recurso en la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) contra el acuerdo del Ayuntamiento de Barakaldo del 24 de febrero de 2022 por el que se modificaron las normas urbanísticas para favorecer esta operación.

Ahora, el colectivo ecologista ha formulado alegaciones contra el Programa de Actuación Urbanizadora respaldada por el Gobierno municipal PNV-PSE. Además de viviendas, la operación impulsada por la iniciativa privada contempla habilitar más de 21.000 metros cuadrados de zonas verdes y 7.700 de equipamientos con pistas deportivas al aire libre, cubriéndose las vías del tren. «Es un proyecto ambicioso que va a servir de palanca para la transformación de Burtzeña», sostienen desde el Consistorio.

Desde Ekologistak Martxan insisten en el riesgo potencial. «La devastación provocada recientemente en Valencia por la DANA y sus trágicas consecuencias ponen en evidencia determinados modelos de planificación urbana y obligan a reflexionar a los responsables de las diferentes Administraciones sobre las causas que las han provocado y las medidas a implementar para evitarlas», apuntan.

Inciden en que los riesgos de inundación irán en aumento por el cambio climático y, en este caso, no se atienden. «Hay que tener en cuenta que la consolidación de los rellenos existentes, junto a la realización de nuevos rellenos y las defensas para alcanzar una cota que supere los niveles de inundación supone un mayor impacto sobre el antiguo cauce de avenida y una disminución de la capacidad de desagüe del río Kadagua en la zona», argumentan.

El precedente de Megapark

Desde Ekologistak Martxan llaman la atención también sobre una posible repetición del mismo caso que se produjo con la implantación del Megapark, ya que una parte del ámbito era zona de marisma rellenada artificialmente, lo que constituye Dominio Público Marítimo-Terrestre.

«No se puede jugar a conveniencia, retorciendo la interpretación de las normativas, como se hizo para desecar las marismas de Zuloko–Ibarreta e implantar la construcción del Megapark y que a posteriori una sentencia del Tribunal Supremo declare que la construcción incumplía la legislación de costas, pero devenga inaplicable ante los hechos consumados», manifiestan.

Desde la asociación plantean que debería abrirse un proceso de reflexión y debate sobre el futuro urbanístico de esa área, basado en la recuperación de los espacios artificialmente ocupados al río y su renaturalización con la posibilidad de retorno a su situación original de marisma intermareal y llanura de inundación y vega de contención de avenidas.

«No podemos continuar transitando el mismo camino, como si nada hubiera ocurrido y nada supiéramos, para lamentar años después las mismas desgracias», avisan desde Ekologistak Martxan.