Película dirigida por Michael Gracey (‘El gran showman’); en esta ocasión, el cineasta decide ahondar en la vida, ascenso y éxito del cantante pop Robbie Williams. Para ello, acude a la visión del artista, quien se ve a sí mismo como un ser involucionado, como un primate. Ya sea por cómo le trata la gente (como a un mono de feria dada su exposición) o porque nunca ha creído estar a la altura, el intérprete acude a esta realidad para contar su historia. Es decir, cuenta la historia de su vida, pero con Williams retratado como un chimpancé animado por CGI porque, como él mismo dice, siempre se sintió «menos evolucionado que otras personas».

Williams se interpretó a sí mismo con Jonno Davies interpretando la versión más joven. Describió el proceso de filmación como «súper extraño» porque se encontraba «sentado con maquillaje y la señora que interpretaba a tu abuela estaba sentada a tu lado, y las personas que interpretaban a tus padres». Jonno Davies interpreta a Williams como un chimpancé CGI, utilizando tecnología de captura de movimiento.

Desde niño Williams intentó cumplir con las altas expectativas de su padre, un ferviente admirador de los músicos clásicos y su estilo de canto. A pesar de no sobresalir en la escuela y de no tener claro su futuro, el artista logró firmar un contrato que lo llevaría a formar una de las boybands más influyentes de la historia, Take That. Este proyecto le permitió alcanzar la fama y el éxito, pero también sumió su vida en nuevas y mayores turbulencias.

Sin embargo, tras la disolución del grupo Williams toma las riendas de su carrera y comienza a trabajar en solitario, juntando a miles de personas en estadios para cantar al unísono sus canciones más famosas. Él mismo protagoniza su versión humana y su contraparte primate.

La canción ‘Forbidden Road’ de la película ha sido nominada a Mejor Canción Original en los 82º Premios Globo de Oro.