Aunque a ningún futbolista le gusta aprovecharse de la desgracia de un compañero, lo cierto es que la lesión de Sivera implica una magnífica oportunidad para Jesús Owono, la más importante a buen seguro de su reciente trayectoria profesional.
Frente al Girona –sábado, 14.00, Movistar– dispondrá de otra ocasión para mostrar sus cualidades, después de que en Mestalla los nervios y la falta de tensión competitiva dejase algunas dudas en ciertos lances del partido.
Con tan solo ocho años, hizo las maletas desde su Bata natal (Guinea Ecuatorial) para aterrizar en Donostia y reencontrarse con su madre que, muy joven, se había trasladado a la capital guipuzcoana.
Alumno de Ibai Ikastola, comenzó a dar sus primeras patadas a un balón en la Plaza de Ibaeta y, como a cualquier niño de su edad, lo que le gustaba era correr la banda y meter goles, para nada ponerse bajo los tres palos.
Sin embargo, cosas del azar y de su talante afable, durante un partido con sus compañeros lesionó sin querer a quien ejercía de guardameta. Con cierto cargo de conciencia pese a ser un lance fortuito, se calzó los guantes y comprobó que no se le daba tan mal eso de detener balones.
No solo se lo pareció a él, también a los técnicos del Antiguoko, que vieron en su agilidad innata un portero en potencia con proyección al más alto nivel, consideración en la que también coincidieron los responsables de la cantera de la Real, que rápidamente lo acogieron bajo su paraguas, donde coincidió con Ander Barrenetxea.
Hasta que en el verano de 2017, Txus, como es conocido en su círculo más cercano, decidió hacer las maletas buscando otro club donde progresar en su madurez deportiva, aunque la decisión fue «dura», como él mismo ha reconocido.
Llegada al Alavés
Así recaló en el Alavés, donde ha ido creciendo, siempre a la sombra de grandes cancerberos –Pacheco y Sivera– que le han cerrado el paso, pero de los que también ha aprendido mucho en la convivencia diaria de los entrenamientos.
Casualidades de la vida, su debut con la escuadra babazorra se produjo frente al conjunto txuri urdin el 2 de enero de 2022. Inmersos en plena pandemia de covid, Pacheco y Sivera fueron baja fulminante por contagio y el entonces técnico albiazul, José Luis Mendilibar, decidió dar la alternativa al joven arquero.
«Estaba emocionado y, si se me permite, cachondo. ¿Cómo iba a estar nervioso con la acogida que me brindó la afición? Estoy súper agradecido a Mendilibar por la oportunidad que me ha dado de poder jugar, y además contra mi exequipo», declaró en aquel momento con el desparpajo que le caracteriza.
Lo cierto es que después de dicho estreno Owono apenas ha gozado de continuidad, más allá de la recompensa por su trabajo y profesionalidad con que le premió Luis García Plaza en el final de la pasada campaña, titular en las cuatro últimas jornadas ligueras.
Donde sí que ha sido indiscutible es con su selección, superando la treintena de partidos oficiales desde que a los 18 años se hiciese con la portería de la "Nzalang". Por edad y si las lesiones le respetan, podría incluso alcanzar números de récord con el combinado centroafricano.
Poder digerir semejante ambivalencia no está al alcance de todo el mundo. Situaciones como esta requieren de una importante fuerza mental, que el portero lleva trabajando desde muy joven. «Empecé a estructurar mi mente desde muy pequeño, cuando hasta encajar goles me hacía salir llorando del campo», ha admitido.
También para superar otras que poco tienen que ver con lo deportivo, como algunos improperios racistas que ha recibido por los campos en los que ha jugado. «Esta fortaleza es la que me ha permitido, además, aislar los insultos y no dar poder al hate», a la par que defiende la educación entre las jóvenes generaciones como el mejor antídoto contra la xenofobia.
«Total confianza»
«Muchas ganas y total confianza». De este modo afronta el duelo de este sábado contra el Girona, en el que volverá a ser titular, disponiendo de una nueva oportunidad que, tal y como ha admitido, «llega como ha llegado».
Owono ha agradecido la seguridad que se le ha transmitido desde el club, los responsables técnicos y sus compañeros, algo que él quiere devolver con un buen rendimiento sobre el césped.
Mantener la portería a cero será un magnífico punto de partida para un Alavés que necesita los tres puntos para no meterse en serios problemas clasificatorios. «Es cuestión de acertar, el fútbol ahora mismo nos está quitando más que darnos y creo que va a llegar el momento en que esto cambie», ha dicho esperanzado.
Asimismo, para nada ha subestimado la marcha irregular de un Girona «que lleva mucha carga de partidos, que está jugando la máxima competición europea y que tiene jugadores de muchísimo nivel».
El duelo frente al cuadro catalán podría ser la primera victoria de la etapa Coudet después de tres empates consecutivos en otros tantos envites anteriores. Para sumar este triunfo, el técnico argentino lleva deshojando la margarita sobre si utilizará una defensa de cuatro o cinco futbolistas.
En principio, la única baja segura es la de Mouriño, lo que le obligará a variar dicha zaga con algún nuevo componente, a la espera de que la última incorporación albiazul, Facundo Garcés, llegue al punto de forma idóneo.