
El lunes que viene, el 20 de enero, se abre el plazo para la presentación de candidaturas a presidir el EBB y para el resto de sus integrantes. Aunque la teoría establece que «en este partido no te presentas, sino que te presentan», todo el mundo sabe que eso no es cierto. De hecho, fue el propio Andoni Ortuzar quien anunció públicamente que para el Día de San Sebastián anunciaría. públicamente si opta a un cuarto mandato o no.
El pasado 3 de octubre este diario publicó que, con la información de la que disponía en ese momento, Andoni Ortuzar tenía previsto presentarse para un último mandato, mientras al mismo tiempo se preparaba el relevo de casi todas las direcciones territoriales, un movimiento coordinado tras el Alderdi Eguna desde la dirección de Sabin Etxea.
En las últimas semanas, la idea de la continuidad de Andoni Ortuzar se ha ido afianzando. Dirige personalmente las conversaciones con otros partidos sobre el futuro del autogobierno. Al mismo tiempo, desde su entorno se insiste en su capacidad y en lo inconveniente que sería consumar a la vez el cambio de todas las cabezas del partido: lehendakari, portavoz del Parlamento, presidentes territoriales y el conjunto del EBB. Se incide en la necesidad de mantener un ancla con la última trayectoria. Él mismo dijo que tenía tomada la decisión, pero la ha ido matizando apuntando que dependerá en un 50% de los mensajes que reciba.
En contra de esta percepción de continuidad está el hecho de que el EBB justificara con la necesidad de un relevo generacional la «jubilación» de Iñigo Urkullu cuando tenía 62 años, que son los mismos que ahora tiene el propio Andoni Ortuzar y también Aitor Esteban, que suena como sucesor si el actual presidente del EBB da un paso a un lado.
Afiliados con larga trayectoria en el PNV tienen la convicción de que Andoni Ortuzar pretende seguir en la presidencia argumentando que así se lo han pedido. «Si hubiera decidido dejarlo lo habría dicho ya y no hubiera montado este teatro», afirman.
En caso de que Ortuzar no continúe, en diversos medios se ha apuntado a Aitor Esteban como candidato. Pero es difícil presentarlo como alternativa de renovación, cuando forma parte desde hace tanto tiempo del aparato de Sabin Etxea.
Y eso sin entrar en las malicias de determinados sectores, que aseguran que su posición actual se debe a ser el marido de la expresidenta del BBB Itxaso Atutxa. Argumentan además que ser un buen portavoz parlamentario no garantiza un buen liderazgo del partido. Sostienen que carece de la capacidad para sumar en la organización y de la empatía necesaria. «No suma, no integra, es lo más negado para eso», aseguran sin ocultar sus posiciones.
«No hay democracia» En este contexto, siga o no Andoni Ortuzar o le busquen el relevo de Aitor Esteban o algún otro nombre, la cuestión es si puede surgir un candidato alternativo al margen del actual aparato.
Fuentes con décadas de militancia en el PNV y nada sospechosas de beligerancia contra la siglas, sostienen que «hay banquillo más que de sobra» para que surjan nuevos candidatos preparados, «lo que pasa es que el sistema está diseñado para que no haya alternativa». «No tenemos una organización democrática», aseguran tajantes.
Recuerdan la actuación mantenida durante la elección del presidente de BBB por parte de la «Comisión de Garantías y Control, que es fundamentalmente de control, con la hermana de Itxaso Atutxa, Amaia, como presidenta».
Añaden que «no hay debate» posible entre los candidatos que se pudieran presentar. Aseguran que «es una organización para que no haya candidatos libres, para que todo funcione a dedo». Y concluyen con determinación que «hay candidatos pero no garantías de que pueda salir y prosperar».
Organización territorial
Otro aspecto decisivo a tener en cuenta es que antes de la elección del nuevo EBB e incluso de la votación de las ponencias que marcarán las líneas política y organizativa del partido, se procedió ya al relevo coordinado de todas las direcciones territoriales del PNV, salvo la de Nafarroa donde su actividad está muy diluida en la coalición Geroa Bai. También se procedió al nombramiento de todos los miembros de la nueva Asamblea Nacional que deberá votar las principales decisiones futuras.
Voces críticas se quejan de que Sabin Etxea no ha hecho públicas las actas de las votaciones en los batzokis, asegurando además que en Bizkaia la participación fue de apenas el 15%, lo que de ser cierto supondría que el 85% de la afiliación jeltzale no participó en el proceso. La no publicación de las actas la comparan con lo hecho por Nicolás Maduro.
En este entorno, cualquier candidato alternativo que optara a la presidencia del EBB, incluso si pudiera ganar, se encontraría con una organización territorial controlada por el aparato con el que se habría enfrentado. Y señalan que no es un escenario ilusionante para nadie.

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