NAIZ

Trump toma el poder y proclama que «el declive de Estados Unidos ha terminado»

Donald Trump ha reivindicado que «el declive» de Estados Unidos «ha terminado» en el momento de su toma de posesión como 47º presidente del país en una ceremonia de investidura que se ha celebrado en el interior del Capitolio por el frío.

Trump estrecha la mano del presidente del Tribunal Supremo de EEUU, el juez John Roberts, tras jurar el cargo.
Trump estrecha la mano del presidente del Tribunal Supremo de EEUU, el juez John Roberts, tras jurar el cargo. (Chip SOMODEVILLA | AFP)

Trump ha prestado juramento con la mano derecha en alto y la izquierda sobre las mismas dos biblias que utilizó en su primera toma de posesión en 2017: su Biblia personal y la del expresidente Abraham Lincoln.

Los ejemplares han sido sostenidos por la primera dama, Melania Trump, mientras que el presidente del Tribunal Supremo, el juez John Roberts, le ha tomado juramento.

«Yo, Donald John Trump, juro solemnemente que desempeñaré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y que, en la medida de mis habilidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos», ha declarado el magnate.

Una vez que ha terminado de pronunciar esas palabras, una salva de cañones ha resonado en el Capitolio, seguida por el sonido de ‘Hail to the Chief’, el himno personal del presidente de los Estados Unidos.

Con 78 años, siete meses y seis días, Trump se ha convertido en el presidente de mayor edad en la historia del país al tomar posesión. Su predecesor, Joe Biden, asumió el cargo con 78 años y 61 días.

El nuevo mandatario ha prestado juramento ante las 750 personas presentes en las sillas dispuestas en la rotonda del Capitolio, ubicada justo debajo de la cúpula del edificio y que es un espacio de gran valor simbólico por unir el Senado y la Cámara de Representantes.

La cifra de asistentes es menor en comparación con las 1.600 personas que suelen congregarse en las escalinatas del Capitolio, el escenario tradicional de las investiduras, donde cientos de miles de ciudadanos pueden presenciar el acto y el discurso inaugural en la explanada del National Mall.

Esta vez, sus seguidores siguen la ceremonia de investidura a través de pantallas gigantes en el estadio Capital One Arena, con capacidad para 20.000 personas.

Tras prestar juramento, Trump ha comenzado a pronunciar su discurso inaugural, en el que delineará su visión para los próximos cuatro años. Sus palabras serán comparadas con su controvertido mensaje de 2017, cuando presentó una visión sombría del país y prometió acabar con la «carnicería estadounidense».

«El declive ha terminado»

«A partir de este momento, el declive de Estados Unidos ha terminado», ha proclamado en sus primeras palabras.

Estados Unidos «va a volver a ser respetado en todo el mundo», ha anunciado Trump en su discurso, en el que ha repetido gran parte de las consignas que le han llevado de vuelta a la Casa Blanca cuatro años después.

Quiere «poner a Estados Unidos en primer lugar», lograr un país «más grande, más fuerte y mucho más excepcional». De hecho, ha recalcado que este 20 de enero puede considerarse «el día de la liberación» y ha llamado a pasar página del «‘stablishment’ corrupto» que durante «muchos años» ha marcado el devenir del país.

Trump, que ha recordado el ataque sufrido el verano pasado, ha señalado que si sigue vivo es porque Dios le ha permitido «volver a hacer de Estados Unidos un país grande de nuevo», con una «vuelta política histórica» que llega con una batería de medidas bajo el brazo.

El magnate neoyorquino ha prometido resolver la «crisis de confianza» ciudadana y que el Departamento de Justicia no será un «arma» al servicio de intereses político, cuestionando de nuevo de manera velada los múltiples procesos que tiene abiertos en su contra y que le han llevado a ser el primer presidente condenado en la historia del país.

Frontera con México

«Como comandante en jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones», ha subrayado. Así, ha criticado que un Gobierno que ha dado financiación «ilimitada» a otros países para defender sus fronteras no haya sido capaz de proteger las suyas.

Decretará la emergencia nacional en la frontera sur, de tal manera que las autoridades estadounidenses frenarán cualquier «entrada ilegal» y deportarán a «millones de extranjeros delincuentes». «Vamos a instaurar la política de ‘quédate en México’», ha recalcado.

Dentro de las futuras órdenes ejecutivas se incluye la designación como organizaciones «terroristas» extranjeras de los cárteles de la droga, al tiempo que recuperará la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para perseguir a las bandas y redes de delincuencia que alimentan la inseguridad de las ciudades.

También ha prometido prometió que impondrá aranceles a terceros países para ayudar a «enriquecer» a los ciudadanos estadounidenses. «Voy a comenzar inmediatamente a reformar nuestro sistema de comercio para proteger a los trabajadores estadounidenses y sus familias», ha afirmado Trump.

«En lugar de poner impuestos a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países –ha dicho–, pondré aranceles e impuestos a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos».

«Solo habrá dos géneros»

En términos sociales, ha anunciado que el género y la raza dejarán de ser «armas de ingeniería social», lo que implica, por ejemplo, que, por ley, «sólo habrá dos géneros: hombre y mujer». «Vamos a forjar una sociedad que sea ciega ante el color y que se base en los méritos», ha añadido. Asimismo, ha anunciado que readmitirá a los militares expulsados de las Fuerzas Armadas por no vacunarse contra el covid-19.

Por otro lado, el nuevo mandatario quiere combatir la inflación y mejorar el nivel de vida, para lo cual ha reiterado su compromiso de imponer aranceles a las importaciones y una nueva estrategia industrial y energética a nivel interno. Estados Unidos impondrá una «emergencia nacional energética».

«Vamos a perforar», ha asegurado Trump, que busca aumentar la extracción de gas y petróleo para reducir los precios, «llenar» las reservas estratégicas y aumentar las exportaciones de combustibles fósiles a otros países.

«Recuperar» el canal

El discurso de Trump ha incluido contadas alusiones a temas de política exterior, pero el magnate sí ha resumido su doctrina diplomática en que quiere que Estados Unidos «recupere su lugar como el país más poderoso y respetado de la tierra», con medidas simbólicas como el cambio de nombre del golfo de México, que pasará a llamarse golfo de América.

También ha aludido de nuevo al canal de Panamá, para insistir en que su objetivo es «recuperarlo». Considera que las autoridades panameñas han incumplido las promesas y han permitido que sea China quien tenga el control de facto de esta estratégica infraestructura.

Busca ser un presidente «pacificador» y ha resaltado que un día antes de que jurase el cargo este lunes Hamas accedió a entregar a un primer grupo de rehenes en virtud del alto el fuego suscrito con Israel.

El nuevo Gobierno de Donald Trump también ha anunciado su intención de retirar a Estados Unidos, por segunda vez, del acuerdo climático de París, lo que supone un rechazo a los esfuerzos globales para combatir el calentamiento planetario mientras se intensifican los fenómenos meteorológicos catastróficos en todo el mundo.

«El presidente Trump se retirará del Acuerdo Climático de París», ha informado la Casa Blanca en un comunicado poco después de que el republicano haya jurado su cargo.

Por primera vez, la ceremonia de investidura cuenta con la presencia de líderes extranjeros, entre ellos varios referentes de la derecha latinoamericana como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; el de Ecuador, Daniel Noboa; y el de Argentina, Javier Milei.

También asiste el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, a quien Estados Unidos reconoce como presidente de Venezuela.

Entre los invitados también destacan varios magnates tecnológicos, como Elon Musk, quien se ha convertido en un estrecho aliado de Trump.