Si los Premios Feroz, que concede la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), nacieron con voluntad de ser la antesala de los Goya al modo en que los Globo de Oro lo son de los Oscar, la decimotercera edición de estos galardones, que fueron entregados anoche en Pontevedra, lejos de arrojar luz de por dónde pueden ir los tiros el próximo 8 de febrero, generó más confusión que otra cosa.

El Premio a la Mejor Película Dramática para una joya independiente como ‘Salve María’ (dirigida por Mar Coll e inspirada en el libro ‘Amek ez dute’ de Katixa Agirre) no por merecido deja de resultar sorpresivo para un largometraje que ni siquiera está nominado al Goya.

Por su parte, los dos filmes que parten con más candidaturas para estos premios (las protocolarias ‘El 47’ y ‘La infiltrada’ avaladas por su éxito de taquilla) no figuraban entre las candidatas al Feroz, como tampoco lo estaba ‘Segundo Premio’, de Isaki Lacuesta, el largometraje que más unanimidad ha despertado entre los críticos (excepto para aquellos que forman parte de AICE).

Así las cosas, pocos podrán aventurarse en dar un favorito de cara a los Goya, más allá de Eduard Fernández cuya interpretación en ‘Marco’, a las órdenes de Jon Garaño y Aitor Arregi le hizo acreedor del Premio al Mejor Actor Protagonista de Cine apenas un mes después de conseguir el Forqué, lo que le allana el terreno para lograr su cuarto Goya. El actor catalán quiso dedicar su premio a los Moriarti: «Yo era muy fan de su trabajo porque tengo muy buen gusto, así que cuando me llamaron para este proyecto me lancé de cabeza. Ellos son la elegancia en persona y si, como suele decirse, para hacer una película hacen falta muchos ingredientes, ellos los tienen todos».

Katixa Agirre y los Moriarti no fueron los únicos nombres de la cultura vasca en hacerse presentes sobre el escenario del Palacio de Congresos de Pontevedra, también subió a recoger su Feroz Alberto Iglesias por la banda sonora de ‘La habitación de al lado’, su decimocuarta colaboración con Almodóvar (quien sería premiado, por su parte, con el Feroz como mejor director). El músico donostiarra dedicó su galardón a sus hijos y también al cineasta manchego de quien dijo «cada vez me lo pone más difícil, pero por eso mismo me lo paso mejor, porque de su mano he llegado a lugares que no conocía».

Del resto de premios consagrados a la producción cinematográfica, únicamente merece la pena destacar los tres que recibió la película catalana ‘Casa en flames’, que se convirtió en la triunfadora de facto de los Feroz con los galardones de Mejor Película de Comedia, Mejor Guion y el Mejor Actriz para la veterana Emma Vilarasau quien, de este modo, se impuso tanto a la Patricia López Arnáiz de ‘Los destellos’ como a la Najwa Nimri de ‘La virgen roja’.

Los cineastas vascos arrasan en televisión

Toda esa ausencia de consenso con la que fueron despachados los Feroz correspondientes a las categorías cinematográficas, se tornó casi unanimidad en lo referente a los galardones destinados a la producción televisiva donde la serie ‘Querer’, de Alauda Ruiz de Azúa, descolló con tres galardones, los correspondientes a Mejor Serie Dramática, Mejor Actriz Protagonista, para Nagore Aranburu, y Mejor Guion de una Serie (curioso y sintomático resulta que no haya un Feroz destinado a Mejor Dirección en televisión).

Estos tres galardones unidos a los tres Premios Forqué que ‘Querer’ recibió el mes pasado, ratifican esta obra de Alauda Ruiz de Azúa como la serie del año. Fue especialmente emotivo el momento en el que la realizadora bizkaina recogió el premio al Mejor Guion, acompañada de Eduard Sola y Júlia de Paz, los tres con lágrimas en los ojos. Un momento que la cineasta vasca aprovechó para comentar que «Querer es una serie que habla de la necesidad de contarse, porque aún son muchas las mujeres que no se sienten legitimadas para denunciar violencia sexual».

También fue emocionante escuchar a Nagore Aranburu agradecer su premio en euskara y dedicárselo a su padre: «Esta serie va también de la herencia que dejamos a nuestros hijos y yo a mi padre, que era actor amateur, tengo que agradecerle que me llevase a esos ensayos que hacía con el grupo de teatro que tenía en el pueblo».

La intérprete de Azpeitia también fue invocada por Alauda Ruiz de Azúa en el momento de recoger el Premio de Mejor Serie pues, según la directora, todo el proyecto fue cogiendo forma a partir de una primera conversación que ella tuvo con la actriz «donde acordamos hacer de Miren Torres un personaje complejo, imperfecto, una mujer a la que nosotras entendiéramos más allá de que el mundo luego no la entendiera a ella».

Sin embargo, la lluvia de galardones que está recibiendo la serie y su aceptación por parte de públicos diversos, demuestra la capacidad de empatía que suscita este personaje, víctima de abusos sexuales en el seno de su matrimonio.

El triunfo indiscutible de ‘Querer’ no fue el único momento feliz para los profesionales del audiovisual vasco en la ceremonia de los Premios Feroz. El irundarra Diego San José, ideólogo y showrunner de ‘Celeste’ logró imponerse en la categoría de Mejor Serie de Comedia mientras que el barakaldarra Javier Giner vio como su serie autobiográfica ‘Yo adicto’ (desarrollada por él mismo a partir de su propio libro) se hacía con los galardones de Mejor Actor en una Serie (Oriol Pla) y Mejor Actriz de Reparto en una Serie (Nora Navas). Se da la circunstancia, además, de que tanto ‘Querer’ como ‘Celeste’ y ‘Yo adicto’ fueron estrenadas con carácter exclusivo en el último Zinemaldia, lo que refuerza el papel de referencia que el Festival donostiarra ha adquirido también para los trabajos televisivos.

Poco más dio de sí la ceremonia de los Feroz que, como ya es tradicional, pretendiendo arrogarse un carácter irreverente y transgresor, terminó por resultar desastrosa. Pretender otorgar 21 galardones en algo menos de dos horas conduce, forzosamente, a una puesta en escena atropellada que arruina cualquier tentativa de dar brillo a un guion ya de por sí cuestionable y afectado de autocomplacencia. Súmese a esto una realización con fallos de continuidad y de racord a mansalva y una narración en off invasiva por parte de Bob Pop (tan invasiva que él seguía a lo suyo superponiendo su voz a la de los premiados, matizando discursos e interviniendo sobre los agradecimientos) y concluyamos que estamos ante unos premios otorgados por unos profesionales acomodaticios, encantados de conocerse y plegados a las corrientes de opinión dominantes. Si bien en años de disenso, como el presente, aún hay espacio para que, sin que sirva de precedente, saquen su lado más feroz.