«Noventa minuti en el Bernabéu son molto longos». La frase del malogrado Juanito a un jugador del Inter en las semifinales de la Copa de la Uefa de la temporada 1985-86 ha hecho fortuna con el paso de los años, porque el Real Madrid se ha encargado de demostrarlo una vez tras otra.

Sobre todo en la recta final de los choques, cuando los de blanco han sido como ese malo de las películas que se niega a morir a pesar de tener el pecho relleno de plomo. Por eso nadie se atreve a decir que el Arsenal ha tumbado al vigente campeón, pese a la exhibición de los ‘gunners’ en la segunda mitad y el 3-0 de la ida de los cuartos de final de la Champions.

Un conjunto, el londinense, con sello de autor vasco, el de un Mikel Arteta cuya carrera se ha desarrollado casi de forma íntegra en Inglaterra. El donostiarra es uno de los tres técnicos de Euskal Herria que actualmente dirige un equipo de la Premier, junto a Unai Emery (Aston Villa) –que también está entre los ocho mejores de la Copa de Europa– y Andoni Iraola, al frente del más modesto Bournemouth.

Nacido en 1982, Arteta se formó en el Antiguoko antes de ser fichado muy joven, con solo 16 años, por el Barcelona. Centrocampista con buen pie, no llegó a debutar con el primer equipo y dos años más tarde se marchó cedido al PSG, donde estuvo dos temporadas a las órdenes de Luis Fernández, que venía de entrenar al Athletic. 

No logró ser profeta en su tierra

Dos buenos años en el Glasgow Rangers le abrieron las puertas del equipo de su ciudad, la Real, coincidiendo con la marcha de Xabi Alonso al Liverpool. Pero no logró ser profeta en su tierra, y en el mercado invernal se fue cedido al Everton. Con los ‘toffees’ encontró la estabilidad, y estuvo otras seis temporadas. En el verano de 2011 fue fichado por el Arsenal, donde jugó cinco años.

Comenzó su carrera como técnico en el Manchester City bajo la protección de uno de los mejores, Pep Guardiola, que le nombró su asistente, hasta que en 2019 le surgió la oportunidad de tomar las riendas de su Arsenal en sustitución de un mito, Arsene Wenger. La sombra del francés era alargada, pero ganar la Copa en su primer año llenó su cuenta de crédito. Además, ha ganado dos veces la Comunity Shield, trofeo análogo a la Supercopa.

En los dos últimos años ha sido subcampeón de la Premier, por detrás del City de su amigo Guardiola, y este curso lleva camino de repetir, pero en este caso siendo superado por el Liverpool, que tiene una ventaja de once puntos a falta de siete jornadas. El pasado verano, Arteta se llevó a la capital inglesa a su tocayo Merino, que estaba en la Real, previo paso por caja.

Reconvertido provisionalmente en delantero

El navarro también salió joven de casa. Fue uno de los pilares del ascenso de Osasuna en 2016, y ese verano, con 20 años, se marchó al Borussia Dortmund, que ya lo había fichado unos meses antes. No tuvo suerte en tierras germanas y de ahí voló al Newcastle, donde le fue algo mejor. La Real apostó por él en 2018 con un contrato para cinco años. Fue en Donostia donde eclosionó, con seis temporadas, cerca de 250 partidos y un título de Copa. También centrocampista, destaca por su despliegue físico y su poderío aéreo, como en el gol que anotó a Alemania en la pasada Eurocopa.

Su arranque en el Arsenal no fue el soñado, debido a una lesión de clavícula al poco de aterrizar. Pero ya se ha convertido en una de las piezas básicas de los cañoneros, y en los últimos meses, debido a las bajas, Arteta ha optado por ubicarlo como delantero centro. Y el experimento ha salido de cine, con cuatro dianas –dos en Premier y dos en Champions– en marzo y lo que va de abril. 

«Está con la flechita para arriba», decía su padre, el exfutbolista Miguel Merino, entrevistado por Relevo. Y lo demostró ante el Real Madrid. Tuvo primero una doble ocasión que sacaron bajo palos Alaba y Courtois, pero ocho minutos después recibió un balón al borde del área y sin pensárselo enganchó un zurdazo pegado al palo que ponía el 3-0 en el marcador del Emirates Stadium.

Arteta y Merino, Mikel & Mikel, munición con label vasco para la artillería de los ‘gunners’. Si confirman su pase a semifinales se verán las caras con el ganador de la eliminatoria entre PSG y Aston Villa. Un posible derbi guipuzcoano en los banquillos asoma por el horizonte.