Beñat Zaldua
Edukien erredakzio burua / jefe de redacción de contenidos

¿Qué dice Aritz Otxandiano sobre las renovables? Principio de realidad y debate abierto

Tras el ataque contra su vivienda en el contexto del debate sobre las renovables, resulta pertinente acercarse a las ideas de Aritz Otxandiano que, al parecer, han motivado la agresión.

Imagen de un parque eólico en la sierra navarra de Alaiz.
Imagen de un parque eólico en la sierra navarra de Alaiz. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Aritz Otxandiano, responsable de sostenibilidad de Fagor e integrante del consejo de EKHE, empresa editora de GARA, denunció el miércoles un ataque con bengalas contra su vivienda. Otxandiano se ha significado en los últimos años por su postura en el debate sobre la transición ecosocial y el despliegue de las energías renovables, marco en el cual se explica el ataque contra su casa.

Parece oportuno, por lo tanto, recordar qué es lo que defiende Otxandiano.

Tanto sus intervenciones en mesas redondas como muchos de sus artículos empiezan subrayando un primer principio de realidad: más del 90% de la energía que se consume en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia es fósil y viene del exterior. «En plena emergencia climática, esta es una foto nefasta que nos debería hacer reflexionar», escribió en un artículo publicado en NAIZ en septiembre del año pasado.

Un segundo principio de realidad suele emerger entonces en el posicionamiento de Otxandiano: si estamos de acuerdo en que lo urgente para contener la crisis climática es retirar de la ecuación la mayor parte posible de los combustibles fósiles, se impone un regreso de la captación de energía al territorio. Es decir, Euskal Herria necesita generar una porción mucho mayor de la energía que consume.

Un tercer principio de realidad se impone finalmente a modo de evidencia. Cubrir todos los tejados de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa con placas fotovoltaicas daría para cubrir el 10% de la energía consumida en la actualidad.

¿Significa esto una defensa cerrada de todo macroproyecto renovable? Ni mucho menos. Otxandiano ha criticado reiteradamente tanto la falta de un Plan Territorial Sectorial (PTS) que ordene el despliegue de las renovables como «el sinsentido de algunos proyectos» y «la inadmisible forma de actuar de la mayoría de las empresas energéticas».

A partir de los datos reales sobre la alarmante situación energética vasca –en especial la relativa a la CAV–, Otxandiano ha solido proponer una triple aproximación a la encrucijada: un menor consumo energético –no le hace ascos a la palabra decrecimiento– que permita, sin embargo, la supervivencia del sector industrial; la importación de energía pero en menor medida que la actual, y sí, el despliegue ordenado, racional y justo de instalaciones eólicas y fotovoltaicas, más allá de las placas en los tejados.

Esta postura le ha granjeado numerosas críticas, algunas pintadas y varias amenazas por parte de sectores reacios a cualquier tipo de instalación renovable de escala media y grande, en el contexto de una fuerte contestación a este tipo de proyectos en el territorio.

Implicación de la comunidad

Pero lejos de ser un defensor de las renovables a cualquier precio, Otxandiano siempre ha subrayado la importancia de implicar a la comunidad y dar debates abiertos que, a partir de los datos reales sobre consumos y necesidades, hagan a la gente corresponsable de la energía que requiere su modo de vida. Sin hacer el juego a gigantes como Solaria, sin apego ni vinculación al territorio, el responsable de sostenibilidad de Fagor insiste en la necesidad de vincular la captación de energía a la realidad y los consumos de cada lugar: «La transición energética solo es posible si aprovechamos las energías renovables de forma local y distribuida, lo más cerca posible de los puntos de consumo».

Y sobre todo, en su predica en el desierto subraya: no hacer nada no es una opción. La transición ecosocial, o la hacemos, o nos la hacen.