
Las exequias por el papa Francisco han reunido este sábado a miles de personas en la plaza de San Pedro del Vaticano durante funeral, al que han asistido líderes mundiales, y al que ha seguido la ceremonia de entierro, en la intimidad, en la basílica de Santa María la Mayor.
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, ha asegurado que Francisco ha sido «un papa en medio de la gente, con el corazón abierto a todos». Ha destacado que alzó la voz contra las guerras y a favor de los migrantes y de las personas marginadas, que promovió una Iglesia con «las puertas siempre abiertas» y le ha pedido que «bendiga al mundo entero». 250.000 personas han seguido la misa funeral, según las estimaciones del Vaticano.
Durante la homilía, Re, de 91 años, ha destacado que Francisco «conservó su temperamento y su forma de liderazgo pastoral y enseguida dio la impronta de su fuerte personalidad en el gobierno de la Iglesia, estableciendo un contacto directo con las personas y las poblaciones, deseoso de estar cerca de todos, con una marcada atención a las personas en dificultad, gastándose sin medida, especialmente por los últimos de la tierra, los marginados».
Tampoco han faltado alusiones en la homilía a la preocupación de Francisco por los migrantes y su primer viaje a Lampedusa, así como la petición de que se derriben muros. «Es significativo que el primer viaje del papa Francisco fuera a Lampedusa, isla símbolo del drama de la emigración con miles de personas ahogadas en el mar. En la misma línea fue también el viaje a Lesbos, junto con el Patriarca Ecuménico y el Arzobispo de Atenas, así como la celebración de una misa en la frontera entre México y Estados Unidos, con ocasión de su viaje a México», ha destacado el cardenal decano.
«Frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones, el papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles, porque la guerra –decía– no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas», ha dicho Re.
Las campanas de la basílica de San Pedro del Vaticano han repicado a muerto instantes antes del inicio del funeral, sobre las 10.00, cuando un cortejo fúnebre ha trasladado, a pie, el ataúd de Francisco que estaba en el interior de la Basílica hacia la plaza de San Pedro, donde se ha celebrado la santa misa exequial.
Tras el ataúd caminaban diáconos y cardenales, todos ellos vestidos de rojo, el color del luto papal. Había 980 concelebrantes, entre cardenales, obispos y sacerdotes, además de 200 ministros de la Comunión y más de 4.000 sacerdotes en el lado derecho del atrio, donde se encuentra la estatua de San Pedro. Se han preparado 225 copones para los fieles, mientras que para los sacerdotes se han preparado 80 cálices y el mismo número de copones. Frente al altar, a la derecha, se situaba el icono de la Salus Populi Romani.
Una vez depositado el féretro en el atrio –sobre el que se ha colocado un Evangelio abierto– han sonado cánticos gregorianos, entonados por el Cantore della Cappella Sistina, el coro personal del Papa. Estos cánticos han precedido a la primera lectura, sobre las 10.20, realizada en inglés, de la carta del apóstol de San Pablo. Posteriormente, han vuelto a sonar cánticos gregorianos en latín y se ha producido otra lectura, esta vez en español, la lengua materna del papa Francisco.
Julian Assange, entre los asistentes
Entre los miles de asistentes, se encontraba Julian Assange con su familia, que ha querido agradecer la labor de intermediación que desarrolló Francisco mientras estuvo encarcelado en la prisión de Belmarsh.
"Now Julian is free, we have all come to Rome to express our family’s gratitude for the Pope’s support during Julian’s persecution. Our children and I had the honor of meeting Pope Francis in June 2023 to discuss how to free Julian from Belmarsh prison. Francis wrote to Julian in… pic.twitter.com/1B4iNp31Is
— WikiLeaks (@wikileaks) April 26, 2025
Al funeral han asistido el presidente de Argentina (país natal del papa Francisco), Javier Milei; y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni –ubicados en primer lugar–, seguidos por los monarcas y el resto de mandatarios según el orden alfabético francés. Entre otros, se encontraban el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump; el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y su homólogo francés, Emmanuel Macron.
Han participado, además, el brasileño Luiz Ignácio Lula da Silva, el ecuatoriano Daniel Novoa, el dominicano Luis Abinader y la hondureña Xiomara Castro, además de
También han acudido nueve delegaciones de organizaciones internacionales, como la ONU, el Consejo de Europa, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) o la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En la Plaza de San Pedro han estado asimismo presentes representantes de las iglesias ortodoxas, evangélicas, anglicana, así como representantes del judaísmo, del islam, del budismo, del hinduismo, del sijismo, del zoroastrismo o del jainismo.
Comitiva a Santa María la Mayor
Tras finalizar el funeral, el cuerpo de Francisco ha sido trasladado en un coche desde el Vaticano hasta la basílica de Santa María la Mayor, a unos seis kilómetros de distancia, donde ha recibido sepultura. El último papa que fue enterrado fuera del Vaticano fue León XIII en 1903 y en la basílica de San Juan de Letrán.
Miles de personas apostadas en las aceras a lo largo del recorrido han aplaudido al paso del vehículo que transportaba el féretro. A su llegada a Santa María la Mayor, el cuerpo ha sido recibido por un grupo de unas 40 personas, formado por personas sin techo, presos, transexuales y migrantes, que han portado una rosa blanca en la mano.
A su entrada en la Basílica, se ha colocado la cabeza de Francisco en dirección a la imagen de la Virgen como señal de respeto. Además, unos niños han llevado al altar cestas con flores blancas.
El entierro ha estado presidido por el camarlengo, Kevin Farrell, y a la inhumación solo han asistido familiares y su círculo más cercano, además del grupo elegido por el pontífice.
Francisco es el primer pontífice en 120 años que no descansa en el Vaticano, que se encuentra a seis kilómetros. La Basílica Papal de Santa María la Mayor, que domina la ciudad de Roma desde hace 16 siglos, situada en la cima del monte Esquilino, es una de las cuatro basílicas papales de Roma.
Nueve días de luto antes del cónclave
Sobre el féretro del Papa Francisco se han impreso los sellos del Cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, Kevin Joseph Farrell, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Romano Pontífice y del Capítulo Liberiano. A continuación, se ha colocado el féretro en el sepulcro y se ha rociado con agua bendita, en una ceremonia privada.
El Vaticano ha decretado nueve días consecutivos de luto a partir de este sábado, periodo durante el cual se celebrarán misas solemnes en la Basílica de San Pedro hasta el 4 de mayo.
Tras este periodo, se pondrá convocar el cónclave de cardenales para elegir al sucesor de Francisco, en un plazo que no podrá superar los 20 días desde su muerte.
El encuentro Trump-Zelenski
Más allá de los actos protocolarios, la crónica del día ha estado marcada también por el encuentro que antes de asistir al funeral han mantenido los presidentes de Ucrania y EEUU, Volodimir Zelenski y Donald Trump, «una reunión muy productiva» según la Casa Blanca.

Trump y Zelenski se han reunido en privado durante unos diez minutos antes del inicio del funeral del papa Francisco.
Estaba previsto que Zelenski se reuniera con Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, tras el funeral de Francisco.

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