
El presidente chino, Xi Jinping, es el invitado de más peso de la treintena de invitados con motivo del 80 aniversario de la victoria militar de la URSS contra la Alemania nazi, bautizada como la «Gran Guerra Patriótica» por el entonces líder soviético, Iosif Stalin.
El presidente ruso, Vladimir Putin, quien desde su ideología panrusa y ortodoxa y muy crítica con la Revolución de Octubre ha hecho suyo el concepto acuñado por su admirado Stalin, ha planeado este aniversario como una reivindicación de la posición de Rusia, y de su figura en el mundo -sobre él pesa una orden de busca y captura del Tribunal Penal Internacional por un affaire cogido por los pelos en torno al secuestro de menores en el marco de la invasión ucraniana-.
Putin recibió ayer al secretario general del PC de China, un país que no ha dudado en abrazar el libre «mercado de características chinas» para lograr la hegemonía mundial que reivindica por población y por 4.000 años de historia milenaria, y como desquite por un siglo, el XIX, de constantes menosprecios de las potencias coloniales occidentales.
Xi denunció en el Kremlin la «tendencia» occidental al «unilateralismo» y al «acoso hegemónico», en medio de la guerra comercial lanzada por el presidente estadounidense Donald Trump, con China en el punto de mira.
Tras elogiar la «confianza política mutua» y la «cooperación pragmática» entre Rusia y China, el líder chino destacó que estos vínculos «inyectan una estabilidad preciosa y energía positiva en un mundo fracturado».
«China trabajará con Rusia para asumir las responsabilidades especiales de las principales potencias mundiales», concluyó Xi.
Rusia y China han fortalecido significativamente sus vínculos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en 2022, hasta el punto de que Occidente acusa a Pekín de ser un elemento clave del esfuerzo militar ruso, en particular al ayudar a Moscú a eludir las sanciones.
El presidente ruso insistió en que Rusia y China están desarrollando sus relaciones «en interés de los pueblos de ambos países y no en contra de nadie (...) Nuestras relaciones se basan en la igualdad y son mutuamente beneficiosas», añadió.
Putin, quien, pese a su revisionismo sobre la era soviética y su conservadurismo político, reivindica la victoria rusa sobre el nazismo -el debate sobre si su apoyo a fuerzas ultras europeas es táctico, estratégico o ideológico sigue abierto-, aseguró que Rusia y China tienen la intención de defender conjuntamente la «verdad histórica» sobre la Segunda Guerra Mundial frente a «distorsiones» de las que acusa a Occidente. «Junto con nuestros amigos chinos, defendemos firmemente la verdad histórica, protegemos la memo- ria de los acontecimientos de los años de guerra y luchamos contra las manifestaciones modernas del neonazismo y el militarismo», afirmó, en referencia a Ucrania y a Japón, respectivamente.
ASIA-PACÍFICO
Moscú y Pekín condenaron en una declaración conjunta la política de «doble contención» de EEUU y la expansión de bloques militares, en particular, de la OTAN en la región de Asia-Pacífico.
La declaración considera que los planes de creación de infraestructura militar estadounidense y británica en Australia únicamente provocarán una carrera armamentista en la región. Putin y Xi, conocidos aliados de Teherán, también llaman a solucionar por medios políticos el problema nuclear iraní sobre la base del Tratado de No Proliferación, pero también del uso pacífico de la energía atómica.
La declaración subraya, en línea con la postura del Kremlin en Ucrania, que la seguridad de un país no debe reforzarse a costa la seguridad de otro. Esa seguridad indivisible es el argumento que siempre ha esgrimido Rusia, que denunció los planes de Kiev de ingresar en la OTAN, para defender su invasión de Ucrania.
Además, alertan sobre la política antagonista de algunos países y bloques, y les llaman a cesar la injerencia en los asuntos internos de otros Estados, minar la arquitectura de seguridad internacional y crear líneas artificiales entre países. En cuanto a la congelación de activos, del que es ahora víctima Rusia, defienden el derecho a tomar medidas de respuesta en virtud del derecho internacional
Xi, que llegó a Moscú la víspera, fue recibido calurosamente por Putin y una delegación que incluía a funciona- rios del Gobierno y grandes líderes empresariales, entre ellos el director de la agencia rusa de energía atómica Rosatom, el jefe del gigante de los hidrocarburos Rosneft, el jefe del Banco Central de Rusia y el oligarca Oleg Deripaska.
El anfitrión ruso anunció un nuevo acuerdo de fomento e inversiones, valoradas en más de 200.000 millones de dólares. Putin resaltó que solo en el puerto de Vladivostok, capital del Lejano Oriente ruso, las compañías chinas participan en 63 proyectos conjuntos y aseguró que el actual intercambio comercial, que ascendió el pasado año a casi 245.000 millones de dólares, «no es ni de lejos» el techo.
Además, el líder ruso saludó el traslado a territorio nacional de las fábricas de automoción del gigante asiático. «Rusia se ha convertido en el primer importador mundial de coches chinos», señaló.
Con todo, reconoció que la energía es «la locomotora de las relaciones, no en vano «el pasado año Rusia no solo lideraba las exportaciones de petróleo a China, sino que también ocupa el primer puesto en los suministros de gas».
Y adelantó el lanzamiento en 2027 del gasoducto en el Lejano Oriente ruso que abastecerá al consumidor chino con hasta 10.000 millones de metros cúbicos.
Xi asistirá hoy al gran desfile militar en la plaza Roja de Moscú para conmemorar la victoria de 1945. Participarán soldados chinos, junto a militares de de una decena de ejércitos de otros países.
ALTO EL FUEGO UNILATERAL
El ministro ucraniano de Exteriores, Andrí Sibiga, denunció que desde la medianoche del miércoles, Rusia habría violado en 734 ocasiones el alto el fuego unilateral de tres días declarado por el Kremlin.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que sus tropas cumplen la orden de alto el fuego, a la vez que responden «simétricamente» a los ataques de Ucrania, que no se ha sumado a la tregua declarada por Moscú.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció que 80 años después de la derrota de la Alemania nazi en la II Guerra Mundial es Rusia quien está «repitiendo las atrocidades» que cometió en su día el régimen de Adolf Hitler, por lo que el acto organizado para hoy en Moscú no será más que «un desfile de cinismo».
Steinmeier, armen alde eta Errusiaren kontra, nazien aurkako garaipenaren urteurrenean
Mendebaldeko potentziek, nazien aurkako garaipenaren urteurrena ospatzean, Errusia kanpoan utzi zuten eta hari kritikak egin zizkioten Berlingo ekitaldietan. Frank Walter Steinmeier Alemaniako presidenteak esan zuen demokrazia defendatu behar dela Bigarren Mundu Gerraren ondoren ikasitakoekin, bereziki -adierazi zuen- Errusiak nazioarteko ordena hautsi duenean eta AEBk bizkarra eman dionean. «Badakigu nora daramaten isolazionismoak, nazionalismo oldarkorrak eta erakunde demokratikoekiko mespretxuak. Horrela galdu genuen demokrazia Alemanian», ohartarazi zuen Bundestagen aurrean, nazien kapitulazioaren 80. urteurrenean. Steinmeierrek adierazi zuen alemaniarrek eraman zutela Europa osoa gerrara eta Holokaustoa egin zutela, eta «esker ona» adierazi zien soldadu aliatuei eta erresistentzia mugimenduei, erregimen nazionalsozialista boteretik kendu baitzuten.
Armada Gorriaren ekarpena ere gogoratu zuen, baina Kremlinen aurka agertu zen, eta «gezur historikotzat» jo zuen Ukrainaren inbasioa faxismoaren aurkako gurutzadaren jarraipena dela esatea. «Ukraina babesten dugu bere askatasunaren, demokraziaren eta subiranotasunaren aldeko borrokan. Ukraina babesik gabe utziko bagenu, maiatzaren 8ko lezioak bertan behera utziko genituzke», azaldu zuen.
Armamentismoaren alde egiteko ere aprobetxatu zuen. Horrela, demokraziek ez dute «babes gabeko biktima» izan behar, eta militarki indartzea «beharrezkoa izan daiteke, ez gerra egiteko, baizik eta disuasioaren bidez galarazteko». XXI. mendean, Bigarren Mundu Gerrako ikasgaiak narrasten ari dira, eta «Auschwitzen askatzaileak erasotzaile berri bihurtu dira», gaitzetsi zuen; eta AEBk, berriz, bizkarra eman dio arauetan oinarritutako nazioarteko ordenari. «Beldurrez ikusten dugu munduko demokraziarik zaharrena ere arriskuan egon daitekeela, justiziari muzin egiten bazaio, botereen banaketa ahultzen bada, askatasun zientifikoari erasotzen bazaio», esan zuen.

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