Osasuna deja escapar una gran oportunidad de ganar en el Villamarín (1-1)

En un gran arreón final, los rojillos han logrado empatar un partido que se ha puesto cuesta arriba en la segunda parte y a punto han estado de remontar en el descuento.

Los jugadores celebran el gol de Budimir.
Los jugadores celebran el gol de Budimir. (AGENCIA LOF)

Osasuna ha logrado un meritorio empate en el campo del Betis, pero la sensación final ha sido de que se podía haber conseguido algo más. Un gol de Budimir ha servido para igualar un encuentro que se estaba complicando, y en los minutos finales los rojillos han tenido ocasiones como para poder lograr los tres puntos.

Con la novedad de Catena y Bryan Zaragoza en el once inicial, y aunque el regreso del central madrileño podía hacer pensar en seguir con una defensa de cinco, Vicente Moreno ha optado por una zaga de cuatro hombres. La disposición táctica, con el resto de líneas muy adelantadas en la presión, ha permitido atar bastante bien al conjunto bético durante muchos minutos de la primera parte.

También es cierto que el Betis ha salido bastante tímido en esos primeros minutos. Con la resaca de su clasificación a la final de la Conference el jueves, prórroga incluida, la ciudad celebrando su afamada Feria, y dos jugones como Isco y Antony de risas en el banquillo, el equipo verdiblanco tampoco apretaba demasiado.

Todo ello ha propiciado un primer acto casi sin ocasiones de gol. Los rojillos iban alternando acercamientos por la banda derecha con un Areso bastante animado y por la izquierda con Bryan, verso libre, que unas veces mareaba a Ruibal y otras se mareaba él solito. La poca participación de Aimar Oroz, bastante desconectado, no permitía a Osasuna enlazar ninguna jugada trenzada.

El juego se ha animado un poco al filo del descanso. Primero porque Ruibal se ha picado y ha decidido irse adelante a incordiar a Juan Cruz con la ayuda del joven Jesús Rodríguez. Y después porque, a poco que Aimar ha tocado un par de balones, han llegado las mejores jugadas visitantes.

La más peligrosa de esa primera mitad la ha tenido Bryan cuando, tras un saque de esquina ensayado, ha engañado a toda la defensa y se ha internado en el área para soltar un buen zurdazo que Adrián ha podido despejar in extremis.

Y a pocos minutos de la reanudación, el propio Bryan ha tenido otra ocasión clarísima para adelantar a los rojillos en una rápida contra que el malagueño no ha sabido resolver en el mano a mano con Adrián.

Ha sido una pena, porque el partido para entonces parecía estar cambiando. Isco había salido en el descanso y poco después saltaban Antony y Fornals, dando otro brillo al juego del Betis. De hecho, no han tardado las estrellas béticas en dejar patente su calidad.

Primero ha sido Pablo Fornals el que a punto ha estado de marcar con un chutazo desde lejos. Y a continuación, en el minuto 64, ha llegado el gol bético: Isco ha puesto un centro de maestro a la cabeza del Cucho Hernández, que ha rematado con potencia adelantándose a la defensa.

Parecía que todo se ponía en contra para Osasuna, con un Betis mucho más reconocible y un Villamarín ya encendido. Pero cosas del fútbol, en el minuto 75 Budimir montaba una buena jugada abriendo a banda para Areso, centro del de Cascante desde la derecha, y gol del ariete croata tras un afortunado toque de espalda de Aimar.

El gol ha sido un jarro de agua fría para el Betis, que no se esperaba la reacción rojilla, y los navarros se han venido arriba, con otro remate de Budimir y paradón de un Adrián al que se le multiplicaba el trabajo.

En una decisión bastante extraña, Vicente Moreno ha quitado a Budimir para dar entrada a Raúl García, pero la verdad es que el recién ingresado ha tenido una ocasión buenísima nada más saltar al césped, con un gran cabezazo a centro de Rubén Peña que han parado entre Adrián y la escuadra.

Incluso ha tenido una más el delantero andaluz en el 92, con otro buen cabezazo, pero no ha tenido el acierto necesario en un tramo final que ha acrecentado la sensación de haber dejado escapar una gran oportunidad de ganar en un campo siempre difícil como el Benito Villamarín.