
Paula, Raúl y Dani podrían ser una familia más. Podrían serlo, de no ser porque Dani no es hijo de Paula, y ésta se enfrenta con el reto diario de encajar en una familia reconstituida. Este conflicto, unido a una crisis de pareja, hace que Paula pueda dejar de ver para siempre a Dani. Una historia que nos habla de afectos, poniendo los derechos del menor en el centro del debate y una gran pregunta: ¿qué es más importante, los sentimientos o el ADN?
‘Tras el verano’ nos sumerge en la historia de una mujer que ha ejercido la maternidad con todo lo que eso implica, pero que ahora se enfrenta al abismo de perder al niño que considera su hijo. La separación de la pareja amenaza con romper no solo una relación sentimental, sino también una familiar, y lo que está en juego no es solo el rol de Paula, sino el bienestar emocional de Dani.
Un drama familiar protagonizado por Alexandra Jiménez y Juan Diego Botto que se estrenó en el Festival de Málaga y que analiza los desafíos de las familias reconstruida y los diferentes roles en la convivencia con los hijos de la pareja, así como los nuevos vínculos que estos modelos de familia crean en la actualidad.
Sentimenduak edo DNA?
Amatasuna bizi ostean semetzat duen hori galtzeko puntuan dagoen Paularen larruan sartuko gaitu ‘Tras el verano’ filmak. Bikote banaketa baten erdian dago eta horrek, harreman sentimental baten amaiera ekartzeaz batera, familia baten desegitea ere eragingo du kasu honetan. Paularen rola kolokan geratzen da eta semetzat duen Daniren ongizate emozionalean eragin nabarmena izan dezake horrek.
Alexandra Jimenez eta Juan Diego Botto protagonista dituen familia drama da.

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