Daniel   Galvalizi
Periodista

Homenajean en Madrid a los presos de la cárcel franquista de Segovia

El Ministerio de Memoria Democrática, colectivos memorialistas y académicos recordaron a los detenidos políticos, entre los que hubo centenares de vascos y vascas. La diputada de EH Bildu, Marije Fullaondo, estuvo presente y rindió tributo a Josu Ibargutxi.

Los intervinientes en este acto de homenaje en Madrid.
Los intervinientes en este acto de homenaje en Madrid. (Daniel Galvalizi)

Una boda informal de un miliciano con su novia, contrayendo matrimonio frente al jefe de las milicias antifascistas de Segovia y rodeado de camaradas. Es la imagen en blanco y negro que se ve en la pantalla gigante de la biblioteca del tercer piso del Ateneo de Madrid, en donde este miércoles tarde se ha homenajeado a los presos políticos de la cárcel franquista de Segovia, por la que pasaron muchos vascos y vascas.

Rodeados de miles de libros antiguos en estantes de vidrio, un ejemplo de lo emblemático de este edificio, símbolo del mundo de las ideas y la libertad de expresión de la capital española, estaban los ponentes, encabezados por Santiago Vega Sombria, autor del libro-catálogo ‘Memorial democrático de Segovia’, en una charla organizada por la cartera de Memoria Democrática -en el marco de la campaña ‘España en Libertad’ por los 50 años del fallecimiento del dictador Franco- y el Foro de Memoria de Segovia.

Estaban los diputados Marije Fullaondo (EH Bildu) y Nahuel González (Esquerra Unida del Pais Valencià), este último portavoz de memoria histórica en el grupo Sumar. También la doctora en Historia Angeles Egido y como moderadora Amelia Martínez-Lobo, de la Fundación Roxa Luxemburgo. Estaba invitado el secretario de Estado para Memoria Democrático, Fernando Martínez, pero horas antes avisó que no podía acudir.

«Hemos elegido a Sumar y EH Bildu porque procuramos que en nuestros actos haya respaldo institucional, por eso invitamos al secretario de Estado, y queremos enlazar con los que lucharon contra las dictaduras, y los responsables democráticos actuales son herederos de esos luchadores. Los comunistas y los vascos son las militancias mayoritarias de la cárcel de Segovia», explicó Vega.

La cárcel de Segovia tuvo sus dos fases de ámbito estatal: la prisión central de mujeres (1946 a 1956) y el centro penitenciario de cumplimiento para delincuentes por convicción (1969 a 1977). Vega señala que desde fines de la década del 60, la mayoría de los presos eran militantes del PCE y Comisiones Obreras y vascos (el primer miembro de ETA llega en 1969). Sin embargo, después de 1971 el ratio de vascos superaría con creces a los otros.

En respuesta a NAIZ sobre la cantidad exacta de presos vascos que pasaron por Segovia, dijo que sobre los últimos años se cuentan alrededor de 90: «Eso es en un período concreto sobre el final, pero en las tres décadas se puede hablar de centenares de vascos y vascas, claro. A diferencia de la de cárcel de Carabanchel, la de Segovia en su última fase era exclusivamente utilizada para presos políticos. Y es la única en todo el Estado español que tiene actualmente un museo de memoria construido en su viejo edificio».

Vega hace referencia así al Memorial Democrático de Segovia, una exhibición permanente montada en nueve celdas que está abierta al público, con cita previa, un proyecto bajo el paraguas del Ayuntamiento de esa ciudad. Allí estuvieron detenidas Tomasa Cuevas, María Salvo Borras y Manolita del Arco.

También fueron allí presos políticos Marcelino Camacho y Txomin Ziluaga Arrate (una foto juntos apareció en la pantalla mientras Vega explicaba) y varios militantes vascos reconocidos: Patxi Jaka Aranalde, Andoni Bedialauneta Laka, Josu Bilbao Cos, Sabino Arana Bilbao e Iñaki García Aranbarri, entre otros.

Ezkaba y la fuga de Segovia

En una de las celdas de la hoy cárcel-museo, el historiador comenta que se recuerda la fuga del fuerte de San Cristóbal en el monte Ezkaba, cerca de Iruñea, la fuga moderna más numerosa alguna vez sucedida en Europa. «En ese fuerte detenidos había 300 segovianos, 200 de ellos participaron de la fuga. Una de las crueldades del franquismo era alejar a los presos de sus familias», añade.

Cabe recordar que la cárcel de Segovia también fue escenario de una de las mayores evasiones de la historia del Estado español: en 1976, 29 presos se dieron a la fuga, de los cuales 24 pertenecían a ETA, gracias a unas galerías subterráneas realizadas desde el interior del penal.

La diputada Fullaondo agradeció en su intervención el trabajo de los memorialistas y afirmó que «un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro, y si bien es un topicazo, no se puede dejar de decir». Dijo que quería hacer «un pequeño homenaje a los luchadores antifranquistas» trayendo a la mesa a Josu Ibargutxi San Pedro (al nombrarlo irrumpieron en un aplauso varios de los presentes).

Fullaondo recordó cómo fue detenido en 1968, participó de la fuga de la cárcel de Segovia y luego fue puesto en libertad en 1977, recibiendo luego una acogida popular multitudinaria en su pueblo. La diputada leyó un testimonio del expreso político que recordaba sus días en aquella prisión.

«A todos los prisioneros políticos no nos liberó ninguna ley democrática, sino la lucha popular», remarcó un mensaje de Josu Ibargutxi leído por Marije Fullaondo

 

«A todos los prisioneros políticos no nos liberó ninguna ley democrática, sino la lucha popular que obligó al gobierno de Suárez a decretar la amnistía», leía en nombre de Ibargutxi, quien citaba la «camaradería y convicción» y la «creación de una nueva familia» que vivió en esos años de detención. «Hablé con Josu y pidió que traslade el agradecimiento por hacerle este hueco para que los presos de Segovia tengan su homenaje».

Por su parte, el exteniente de alcalde de Gandia y actual diputado Nahuel González lamentó que en València «ha entrado la extrema derecha y ha impulsado una ley de falsa concordia» y llamó a «refutar esa resignificación de la historia». Además dijo que hay que «defender la ley de Memoria Democrática» y desplegar su ejecución plena para que «no fallezcan más personas sin saber dónde está su madre o padre».

«Pocas semanas antes que ganara la derecha, encontramos la fosa de mi ciudad, Gandia, en donde estaba lo mejor de ella, los sindicalistas, los militantes, los trabajadores. Nuestra historia es trágica, tiene mucho dolor y silencio pero lo es porque previamente hubo muchas alegrías. Vino precedida de muchas victorias sociales que hay que reivindicar. Hay que ir a la batalla cultural, no hay que esconderse, y poner en valor todo aquello que se consiguió en la Segunda República. Lo mejor de nuestra sociedad y de nuestra historia se hizo en períodos democráticos», recalcó.

Ángeles Egido, historiadora: «Los jóvenes no conocen lo que pasó en la dictadura y hay un relato que justifica lo injustificable»

 

Por su lado, la historiadora Ángeles Egido, en su turno, opinó que en el Estado español «existe un problema serio, que es que los jóvenes no conocen lo que pasó en la dictadura, no está en los libros de texto», y alertó de la existencia de un «relato que justifica lo injustificable, hay una historia que ha sido tergiversada».

Entre el auditorio había un exdetenido de esa cárcel que conoció en persona a Ibargutxi, pidió enviarle sus saludos y recordó con emoción el día que se conoció la noticia que se conmutaban «siete penas de muerte» de detenidos allí: «El estallido de alegría y llanto cuando se escuchó que las sentencias habían sido anuladas fue algo increíble, sin igual».

Segoviako kartzelan espetxeratutakoak gogoan hartu dituzte Madrilen

Franco hil zeneko 50. urteurrenaren ekitaldien barruan Segoviako kartzela gogoan izan dute, asteazken honetan Madrilen eginiko mahai-inguru batean. Diktaduraren aurka ari ziren dozenaka euskal herritar pasa zen hortik, eta horietako batek, Josu Ibargutxik, mezua helarazi du. EH Bilduko Marije Fullaondok eta Nahuel Gonzalez Sumarrekoak parte hartu dute. Bertan esandakoak bildu ditu Daniel Galvalizik.