
La Cámara de Comptos, organismo fiscalizador de Nafarroa, ha hecho público este viernes su informe sobre las aportaciones de Sodena a Sunsundegui entre 2009 y 2024, que suman 49 millones, de los que 35 corresponden a 2013. La empresa está hoy en vías de desaparición.
En sus conclusiones, el órgano fiscalizador toma ejemplo de este caso y recomienda que se exija compromiso financiero a los accionistas de las empresas que reciban ayudas públicas, pide que se limite en el tiempo las ayudas a empresas en crisis en función de su evolución, y recomienda comunicar a la Comisión Europea de manera previa la concesión de las ayudas que puedan considerarse de Estado.
En el caso de Sunsundegui, constata que las dos últimas aportaciones las realizó Sodena en 2023 y 2024, por un total de nueve millones. Son estas ayudas las que Comptos califica como de «elevado riesgo» y que técnicamente «no responden a criterios de buena gestión de fondos públicos», y apunta a que su concesión se justificó por criterios socioeconómicos, en un intento por reflotar la empresa y a sus 300 trabajadores.
Recorrido
Sunsundegui (hasta diciembre de 2018 Burnizko S.A.) se creó en 1966 y en sus comienzos fabricaba motores y locomotoras, especialmente para Renfe. A partir de 1983, cuando Renfe comenzó a ocuparse del mantenimiento de sus trenes, la empresa de Altsasu recondujo su actividad a la construcción de carrocerías de autobuses.
En junio de 2009 presentó un expediente de regulación y Sodena decidió apoyarle con cinco millones, a través de dos préstamos participativos. Además, la sociedad pública Nafinco aportó tres millones. También se firmó un contrato por el que los accionistas de Sunsundegui dieron a Nafinco una opción de compra de la empresa por un euro.
En 2011 se produce la compra por parte de Sodena, que había absorbido a Nafinco. Sunsundegui, por tanto, pasa a ser empresa pública. En aquella época recibe otros dos préstamos participativos por un total de cinco millones.
Para cancelar deuda y préstamos, 35 millones
En 2013 Sodena vendió la empresa a los directivos y trabajadores por un euro. Previamente aportó 35 millones para cancelar las deudas y capitalizar los préstamos concedidos hasta la fecha.
En el periodo 2015-2019, la empresa mejoró su situación financiera. De hecho, en 2019 alcanzó el récord de pedidos y en 2020, la cifra máxima de ventas. A finales de 2019, Sodena le dio una ayuda de 1,5 millones para adecuar sus instalaciones a la normativa vigente.
No obstante, Comptos constata que la pandemia afectó gravemente a Sunsundegui, que recibió de Sodena un préstamo de 3,4 millones para intentar superar sus consecuencias.
En 2023, Sunsundegui y Volvo firmaron dos acuerdos. Uno de ellos, de transferencia tecnológica y otro de producción. De esa manera, Sunsundegui pasaba a producir dos modelos de autobuses tras el cierre de la planta que Volvo tenía en Polonia.
El acuerdo implicaba inversiones y necesidades financieras, que Sodena apoyó con dos préstamos de tres y seis millones. Estos préstamos fueron autorizados por el Parlamento a través de dos leyes forales, de diciembre de 2023 y mayo de 2024.
Sin embargo, en julio de 2024 Sunsundegui y Volvo dejaron sin efecto el acuerdo, porque los problemas financieros y productivos de la factoría navarra le impedían cumplirlo.
A partir de entonces, Sunsundegui se vio abocada a su desaparición. En noviembre de 2024 fue declarada en concurso, tras lo que la administración concursal solicitó el despido colectivo de la plantilla. La empresa tenía una deuda de 50 millones y unos activos valorados en 27 millones.
Informes con cifras y previsiones no contrastadas
En su trabajo, Comptos señala que las aportaciones de Sodena a Sunsundegui están soportadas en informes, planes estratégicos o de viabilidad realizados por consultoras, con cifras y previsiones que aportó Sunsundegui, no auditadas ni contrastadas y que no se han cumplido.
Comptos señala tres ayudas de alto riesgo financiero, una primera del Gobierno de Barcina y las dos últimas del de Chivite
Los informes técnicos de Sodena sobre las ayudas más importantes (2013, 2023 y 2024) señalaban que implicaban un alto riesgo financiero, planteando la posibilidad de concederlas por «razones de naturaleza socioeconómica». La primera fue concedida por un gobierno de UPN (con Yolanda Barcina al frente) y las segundas por el tripartito que lidera el PSN (con María Chivite como lehendakari).
«En todo caso, dejaban claro que dichas aportaciones eran una solución temporal, subrayando la necesidad de buscar un socio que aportara estabilidad financiera y una gestión industrial adecuada. De hecho, su situación era muy delicada», recoge el órgano fiscalizador, que indica que para intentar salir adelante, se calcula que la empresa necesitaba en 2024 una financiación adicional mínima de diez millones.
Factores ponderados
El informe concluye destacando «el esfuerzo significativo» de Sodena para salvar la empresa. Subraya que, especialmente las ayudas de 2023 y 2024, «desde un punto de vista puramente técnico no respondían a criterios de buena gestión de los fondos públicos», debido a su elevado riesgo.
No obstante, el Gobierno de Nafarroa y el Parlamento valoraron otros criterios de naturaleza socioeconómica: mantenimiento del empleo, recaudación tributaria inducida y estabilidad en los pedidos de los proveedores navarros. También apunta que este apoyo, continuado en el tiempo, se ha realizado sin el compromiso financiero del accionariado.
Con todo ello, la Cámara de Comptos recomienda que se exija compromiso financiero a los accionistas de las empresas que reciban ayudas públicas. Pide también que se limite en el tiempo las ayudas a empresas en crisis en función de su evolución. Por último, recomienda comunicar a la Comisión Europea de manera previa la concesión de las ayudas que puedan considerarse de Estado.

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