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Una procesión con presencia de la Muerte pide en Argantzon «una transición energética justa»

Para denunciar que los macroproyectos fotovoltaicos y eólicos suponen una «amenaza de muerte» para varios pueblos de Araba, y exigir «una transición energética justa», se ha celebrado este sábado en Argantzon una particular procesión con presencia de la Muerte.

Procesión celebrada en Argantzon.
Procesión celebrada en Argantzon. (HORRELA EZ)

Una particular procesión en la que ha participado hasta la Muerte, además de un gran mosaico, ha sido la ingeniosa manera con la que se ha denunciado en Argantzon que los macroproyectos fotovoltaicos y eólicos suponen una «amenaza de muerte» para varios pueblos de Araba, y exigir «una transición energética justa».

La movilización había sido convocada por plataformas como Gorbeialdea Defendatu y Horrela Ez, asociaciones vecinales y Juntas Administrativas que, en tiempo récord, han presentado alegaciones legales, informes técnicos y propuestas alternativas.

En la protesta, cada pueblo estaba representado con una cruz con su nombre escrito y se ha llegado a formar un mosaico humano en forma de cruz gigante en las campas del río. Además, se han desplegado pancartas con lemas como ‘Nuestros pueblos viven’, ‘Solaria kanpora’ y ‘Trantsizio energetiko iraunkor parte-hartzailearen alde’.

Asimismo, varios tractores han encabezado y cerrado la peculiar marcha portando cruces, a los que acompañaba la figura de la Muerte, con el nombre ‘Solaria’ escrito en el atuendo.

No así

Al final del recorrido se ha procedido a dar lectura a un manifiesto en el que se ha recordado que la movilización de este sábado era «para decir alto y claro: renovables sí, pero no así. La transición energética es necesaria, pero debe hacerse de forma ordenada, participativa y respetuosa con el territorio y las personas que lo habitan».

Los convocantes han puesto de relieve que «rechazamos los macroproyectos fotovoltaicos como los de Solaria en Álava y el Enclave de Treviño, porque se están tramitando sin transparencia, sin participación ciudadana y con un enorme impacto sobre nuestro entorno rural, el sector agroganadero y los ecosistemas locales».

Y han denunciado que «estos proyectos incumplen principios básicos de la Estrategia Energética de Euskadi 2030, y vulneran derechos fundamentales recogidos en la Ley 1/2024 de Transición Energética y Cambio Climático».

Por todo ello, se ha exigido «la suspensión inmediata de estos macroproyectos hasta que se asegure su adecuación a criterios de sostenibilidad y justicia social».

Además, se ha pedido «la aplicación del Artículo 11 de la Ley de Transición Energética, que garantiza la creación de un Pacto Social con participación real de la ciudadanía», junto a «la priorización de suelos ya antropizados como tejados, polígonos y espacios degradados frente a la ocupación de tierras agrícolas, montes públicos o zonas de alto valor ecológico».

Y se ha demandado «transparencia total sobre el estado de tramitación de los proyectos y la publicación de todos los estudios de impacto».

Los convocantes han insistido en que «hemos marchado no solo para detener un modelo injusto, sino para defender otro posible: una transición energética que respete la biodiversidad, las comunidades rurales y el derecho a decidir sobre el territorio. No aceptamos ser zonas de sacrificio para que otros acumulen beneficios».

Han hecho un llamamiento «a los grupos políticos: escuchen a la ciudadanía. La transición energética debe ser con nosotras y nosotros, no contra nosotras y nosotros».