Ordizia, mercado, plaza y arquitectura
Hoy 11 de junio, hace cien años, se inauguró en 1925 el edificio del mercado de Ordizia. Esta celebración monumental es asimismo la conmemoración de una histórica y trascendental actividad en cualquier población, pero que adquiere una especial importancia mercantil en esta villa guipuzcoana.

En Euskal Herria una singularidad en la tipología de sus plazas, además de las neoclásicas o Plazas Berria, las Plazas Frontón y las Plazas del Agua, son las Plazas Mercado, concepto urbanístico, a diferenciar de los mercados como construcción exclusiva para el comercio como generalizado y mayoritario modelo arquitectónico en el siglo XIX.
Se trata de definir con dicho nombre aquellos céntricos recintos urbanos en los que se ha insertado una arquitectura para uso de mercado, regular pero efímero, que finalizada su jornada cotidiana, sea en la actualidad o en el pasado, permanece como una construcción exenta, abierta de libre utilización que proporciona refugio y cumple otra importante función social como espacio público.
Tolosa
Como referencias precedentes similares surge el Tinglado o Zerkausia en Tolosa, mercado que sustituye a otro anterior de 1875, en el mismo lugar, fuera del centro histórico pero muy próximo en el borde del río Oria. Un pabellón alargado de notable ligereza y calidad desarrollado en dos plantas construido entre 1898 y 1900, proyecto del arquitecto Juan Alejandro Mugica, que configura el ameno paisaje fluvial de la villa.
Su planta baja fuera de las horas de mercado permanece como un espacio abierto y cubierto. Con posteriores reformas en 1927 y, especialmente, en 1996 con ascensores externos.
También en Tolosa, la Plaza de la Verdura / Berdura Plaza en el centro histórico es un lugar alargado y estrecho construido como plaza en 1843 entre dos frentes de edificios no simétricos. Uno tiene 12 pórticos y el otro 13. En su espacio intermedio se insertó en 1899 una esbelta, elegante y peculiar estructura metálica con 28 postes de fundición que soportaban un lugar cubierto de vidrio a dos aguas, proyecto del mismo arquitecto señalado.
En la actualidad, además de su función de mercado constituye un entrañable intervalo de paso y estancia cubierto, perpendicular a su estructura longitudinal urbana entre Kale Nagusia y Korreo Kalea.
Ordizia
En la anteiglesia de Ordizia alrededor de la ermita de San Bartolomé el rey castellano Alfonso X ‘el Sabio’ fundó la villa en 1256 mediante Privilegio dado en Sevilla el 30 de junio de 1268: «Puebla, en aquel lugar que dicen Ordicia, que nos ponemos nombre Villafranca».
Muy posteriormente, como concesión la reina de Castilla Juana I, conocida como la Loca, otorgó el 15 de mayo de 1512 «la real facultad para que pudiera celebrar mercado franco semanal todos los miércoles del año», y favorecer el desarrollo de la villa a raíz del incendio del 18 de marzo de dicho año que destruyó su núcleo urbano. Se configuró una villa rodeada de muralla con un trazado elíptico o de almendra con cuatro portales en las orientaciones cardinales
La tradición de venta de variados productos hortofrutícolas, quesos, huevos, setas etc. se compaginaba con la habitual feria de ganado que se celebraba en la plaza Garagartza y que actualmente queda reducida a Artzain Eguna y Euskal Jaiak de setiembre.
Proyecto de plaza cubierta
Sobre el solar del antiguo edificio concejil destruido por incendio en 1794 se edificó la actual casa consistorial inaugurada en 1831, según proyecto del notable arquitecto neoclásico Pedro Manuel de Ugartemendía. De tres alturas y tres vanos en la planta baja introdujo el concepto de vestíbulo columnado con amplios soportales y estructura tetrástila, es decir, cuatro pilares en el centro, ya que en espacio exterior se celebraba mercado pero la progresiva importancia de esta histórica actividad desde 1512 exigía una edificación adecuada.
Para ello se contrató al arquitecto Francisco Gurruchaga, que realizó el «Proyecto de plaza cubierta de Villafranca». Probablemente tomó como referencia conocida la tipología de la Loggia que tiene su conocida expresión en el Mercato Nuovo o Mercato del Porcellino construido ente 1547 y 1551 en Firenze/Florencia, obra del arquitecto y escultor Giovanni Battista del Tasso (c1500-1555).
Muy condicionado por el entorno preexistente en el cuadrangular perímetro arquitectónico de Plaza Nagusia presidida por el Ayuntamiento, con edificios de gran calidad, Sujetoenea y Abaria Jauregia exigía un equilibrio de cierta distancia a las viviendas, armonía con altura adecuada, 12 metros, estética en la forma y material de su estructura de soporte, mantener una transparencia en la percepción del conjunto, la peculiar visión desde Garagarza Atea, además de su desnivel, las necesidades de propias de un mercado ventilación, concurrencia de gente y otras obligaron a un complejo proyecto.
Se resolvió con una planta trapezoidal achaflanada con dos machones de mampostería en sus cuatro esquinas y doce pilares de hormigón armado con capitel de orden corintio repartidos en dos por cada lado y cuatro en el centro para sostener las vigas centrales del forjado de la cubierta plana aterrazada y aportar mayor diafanidad. Quizá reminiscencia del soportal del Ayuntamiento, rematada con jarrones sobre un paramento perimetral en la vertical de cada esquina y pilar.
Según dispone el Decreto 400/1999, del 9 de noviembre, por el que se califica como Bien Cultural, con la categoría de Conjunto Monumental, el Casco Histórico de Ordizia y se fija su Régimen de Protección, el Mercado está catalogado en el máximo nivel, protección especial.
En definitiva, Ordiziako Azoka es una arquitectura original, magistral, que acoge uno de los acontecimientos mercantiles más legendarios y prestigiosos de Euskal Herria.

El Patronato del Guggenheim abandona finalmente el proyecto de Urdaibai

«Espainolisten oldarraldiaren aurrean» independentziaren alde agertu dira ehunka gazte Bilbon

«Tienen más poder algunos mandos de la Ertzaintza que el propio Departamento»

La autopsia confirma el crimen machista en Barakaldo; detenido un hombre de 27 años
