El pilier fijiano Luke Tagi trata de abrirse paso ante un defensor de Clermont.
El pilier fijiano Luke Tagi trata de abrirse paso ante un defensor de Clermont. (Gaizka IROZ | AFP)
Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

Aviron se convierte en la tormenta para doblegar a Clermont y meterse en semifinales

El equipo de Baiona ha dominado a su rival de principio a fin, aunque le ha costado convertir su superioridad en puntos. El 20-3 del final le da el billete a semifinales tras 42 años de espera. Su rival será el vigente campeón, Stade Toulousain, el próximo viernes.

«No estás preparado para soportar la tormenta», dijo el destino. «Yo soy la tormenta», respondió el guerrero. Y así, en una noche de perros con agua, viento, rayos y truenos, Aviron Bayonnais ha sellado una temporada perfecta como local y ha doblegado a Clermont en la primera eliminatoria (barrages) por el título del Top 14, lo que le clasifica para semifinales.

Allí espera el vigente campeón, Stade Toulousain, en un choque que se disputará en terreno neutral (Lyon) el próximo viernes a las 21.05. Un reto de máxima dificultad, pero esa será otra historia.    

Si ya habitualmente el Stade Jean Dauger es una caldera, qué decir de una noche en la que sonaba por vez primera la ‘Peña Baiona’ en un partido de este calibre, ya que era la primera vez que Aviron jugaba por el título desde que se puso en marcha el Top 14. Un mosaico albiazul en tres lados, una ikurriña en el otro y una pancarta con el lema ‘Jo ta ke irabazi arte’ daban la bienvenida a los dos equipos.

Bajo el aguacero, la premisa de ambos contendientes era jugar en campo rival para evitar los errores en terreno propio. Prueba de ello, una mala recepción de Joris Segonds en una patada alta daba la primera opción a Urdapilleta, pero el veterano apertura argentino de apellido vasco se topaba afortunadamente con uno de los postes.

Al otro lado del campo tampoco aprovechaba el Aviron su primera oportunidad, tras buscar la ‘penal touche’ a cinco metros en vez de asegurar un golpe a palos. Grégory Patat ha tomado buena nota y ha orddenado chutar tras una pérdida de Clermont en un saque de lateral. Segonds ha sido el encargado de estrenar el marcador (3-0, m.19).

Balón y territorio

El dominio, tanto territorial (69% al descanso) como del balón (74%), era para los labortanos, y el apertura local lo convertía en puntos con un drop y un golpe de castigo. Los de Auvernia aguantaban el tipo con un acierto de Urdapilleta en su segundo intento, antes de que volviera a marrar otro disparo asequible. La cara de su técnico, el vehemente y poco diplomático Christophe Urios, era un poema. El 9-3 del descanso dejaba todo abierto.

Segonds no ha querido ser menos que su homólogo y marraba también un golpe en teoría sencillo en el arranque de la segunda mitad. La verdad es que la tormenta no ayudaba a ser preciso. El choque mantenía la misma dinámica que durante los 40 primeros minutos, con un Aviron dominante que no lograba abrir hueco.

Pero el campo ya estaba totalmente inclinado a su favor, y de tanto vivir en la 22 rival, al final Camille Lopez –que acababa de saltar al verde–, ha cruzado una patada para el ala Tom Spring. Este ha esquivado a su defensor –muy blando el zaguero Newsome en esa jugada– para zambullirse en la zona de marca, posar el primer ensayo y poner en el electrónico una distancia de seguridad (14-3, m.55).

Tiberghien se hace un lío

El Jean Dauger, que sufría con el aliento contenido, se soltaba la garganta para seguir impulsando a los suyos. Un golpe anotado por el zuberotarra Lopez ponía en 17-3, antes de que Tiberghien, el zaguero local, se hiciera un lío con el balón como si lo hubieran untado en aceite. Por suerte, el videoarbitraje detectaba el ‘avant’ de un jugador de Clermont que anulaba lo que a primera vista parecía un ensayo. A los ‘Jaune et Bleu’ la tostada les caía del lado de la mantequilla.

Restaban diez minutos pero el pescado parecía vendido. Lopez ponía clavo en el ataúd de sus rivales llevando la ventaja a más de dos ensayos convertidos (20-3, m.72). El público, en pie, lo celebraba cantando a capella su himno. El equipo de Baiona volverá a jugar unas semifinales después de 42 años de espera. La final de París es un sueño pero, ¿por qué no?