Cae el precio de los cereales, pero no el de los productos derivados
Los agricultores están denunciando la caída del precio de los cereales. Las importaciones sin control de Ucrania y los aranceles a los fertilizantes rusos están destrozando su cuenta de resultados. Esos menores precios, sin embargo, no se han traducido en un abaratamiento del pan o la carne.

El mes de junio ha comenzado con movilizaciones de agricultores cerealistas de todo el Estado. El principal motivo es la caída de los precios en un año en el que esperan una buena cosecha, gracias a que el tiempo y, sobre todo, el régimen de lluvias ha sido favorable. Técnicos del sindicato COAG de Castilla-León esperan una cosecha de 4,7 a 5 toneladas por hectárea, lo que significa un aumento del 22% con respecto a 2024 y casi dos veces y media más que hace dos años.
Sin embargo, los precios están en mínimos. En las lonjas de Castilla y León se está pagando entre 180 y 190 euros la tonelada de cebada y entre 195 y 210 euros, la de trigo, aunque fuera de la región los precios son algo más altos. Según los datos de Ministerio de Agricultura, en mayo el precio del trigo blando había caído un 12% con respecto a mayo de 2024 y el de la cebada un 17%.
El precio que garantiza la rentabilidad del cultivo se sitúa alrededor de los 300 euros, de ahí que califiquen los actuales como «precios de derribo»
En cualquier caso, COAG señala que en los meses de verano es previsible que bajen otro 10%. A juicio de este sindicato, el precio que garantiza la rentabilidad del cultivo se sitúa alrededor de los 300 euros, de ahí que califiquen los actuales como «precios de derribo». Números similares ofreció el presidente de Asaja, Pero Barato, que señaló que con precios por debajo de 200 euros por tonelada y costes que superan los 800 euros por hectárea, el sector sigue «trabajando a pérdidas».
La exención de aranceles a Ucrania
Los agricultores coinciden en señalar dos factores que están arruinando al sector cerealista. Por un lado, está la importación masiva de cereales desde Ucrania, en virtud de las Medidas Comerciales Autónomas (ATM, por sus siglas en inglés) que rigen en los intercambios entre la Unión Europea y Ucrania desde 2022. Las ATM eliminaron todos los aranceles y contingentes sobre las exportaciones agrícolas ucranianas a la UE. Esta medida fue prorrogada en 2024 y acaba de expirar definitivamente el 5 de junio, con lo que en teoría vuelven los aranceles y los límites a la importación previos.
Las ATM eliminaron todos los aranceles y contingentes sobre las exportaciones agrícolas ucranianas a la UE
La decisión ha enfadado a Ucrania, donde la diputada Yevheniia Kravchuk advirtió que ese cambio puede costarle una caída del PIB del 1%, de ahí que la Comisión Europea haya preparado medidas transitorias que se aplicarán a partir de junio para suavizar el fin de las ATM. Según Euronews, estas disposiciones fueron aprobadas discretamente a finales de mayo por los embajadores de la UE y todavía no se han publicado los detalles. El control efectivo que reclaman los cerealistas tendrá que esperar.
Las sanciones a Rusia
Si los bajos precios arruinan los ingresos, las sanciones a Rusia disparan los gastos de los cerealistas. La semana pasada el Consejo de la Unión Europea adoptó nuevos aranceles a los productos agrícolas y sobre todo a los fertilizantes rusos y bielorrusos que entrarán en vigor el 1 de julio. De entrada, este año se aplicará un 13,5% adicional al 6,5% que se aplica en la actualidad, de modo que este apartado de la factura continuará subiendo.
El 12 de junio el Consejo de la Unión Europea adoptó nuevos aranceles a los fertilizantes rusos y bielorrusos que entrarán en vigor el 1 de julio
En este contexto, los cerealistas piden al Gobierno ayudas directas para paliar el sobrecoste de los fertilizantes que, en algunos casos, han duplicado su coste. Asimismo, demandan la supresión inmediata de los aranceles.
Los precios de los alimentos no bajan
Aunque el precio del trigo duro que se utiliza para la elaboración de pan y pasta ha caído desde los 550 euros por tonelada, que alcanzó en 2022, a menos de 300, según los últimos datos del Ministerio, el precio del pan y otros alimentos apenas han notado el descenso. Otro tanto ocurre con los precios de la carne, a pesar de los bajos precios de los cereales, ha subido en un año entre un 22 y un 33%, según los últimos datos del Ministerio.

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