Zedarriak profundiza en una visión utilitarista de la migración
El Foro Zedarriak reflexiona sobre un nuevo contrato social. En su análisis de los asuntos «estratégicos» para la transformación económica y social contempla la migración, aunque desde una visión utilitarista, con prejuicios sobre las personas y asociada a los problemas que puede generar.

Tres componentes del Foro Zedarriak –Guillermo Dorronsoro, Javier Ormazabal y Maite de Aranzabal– han participado este jueves en Bilbo en un desayuno-coloquio organizado por la Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi (Adype) para dar a conocer cómo trabajan en su objetivo de impulsar «un nuevo contrato social para el futuro» de la CAV. Además, en sus reflexiones, han abordado el asunto de la migración desde una visión utilitarista, muy en sintonía con manifestaciones hechas tiempo atrás por el lehendakari Imanol Pradales o el portavoz del PNV en la Cámara de Gasteiz.
Ha sido Dorronsoro el encargado de llevar la voz cantante en esta exposición, en la que ha ido apuntado hitos en la actividad de un foro que huye del concepto de lobby, aunque su eje es la empresa con un barniz de índole social que le lleva a analizar cuestiones que consideran estratégicas.
La propia presentación pública de Zedarriak en 2022 no pasó desapercibida. En su primer informe sostuvo que la CAV no ocupaba ya posiciones de liderazgo, lo que provocó tensiones con el Ejecutivo de Iñigo Urkullu que luego se recondujeron.
Aquel episodio ha estado muy presente en el acto, ya que como han indicado los invitados se abrió una reflexión en el seno del foro tras lo que sucedió. «Nuestro objetivo no es dar caña», han aclarado. «Somos autocríticos», ha dicho Dorronsoro, quien ha añadido que «tenemos que explicarnos mejor».
Para De Aranzabal –pediatra vinculada a ONG pero también consejera del grupo La Rioja Alta–, «el mundo dirigente no está en contacto con un sector de la sociedad, y hace falta esa visión» para obtener un diagnóstico más objetivo. «La empresa es un agente importante en la sociedad civil», han defendido.
El objetivo de ese nuevo contrato social, ha explicado el profesor de Deusto Business School, pasa por «impulsar el progreso económico, fomentar nuestro atractivo empresarial, promover la creación de valor de forma sostenible, así como la generación y atracción de talento y la colaboración interinstitucional».
Zedarriak trabaja también en la elaboración de un observatorio para evaluar todos los proyectos de transformación que se consideran estratégicos para el futuro en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y valorar dónde se está avanzando y en qué aérea habría que mejorar.
Los que llegan
Un tema que preocupa, así ha quedado de manifiesto por las opiniones que se han escuchado, es el de la migración, en el que todos han coincidido en que es necesaria para contar con mano de obra, aunque Ormazabal ha apostillado que «no de cualquier forma». El Foro viene defendiendo la importancia que tiene la colaboración entre empresas, organizaciones de la sociedad civil y administraciones para gestionar la migración de una manera «ética y sostenible».
En esas reflexiones se ha señalado el destino de las personas migrantes en aquellos empleos que las y los vascos no quieren o en el de los cuidados, y por tanto con cierto sesgo. Más tarde, Ormazabal ha reconocido ciertos perjuicios sociales hacia aquellos que vienen a trabajar, apuntando a que no todos los perfiles son de gente sin formación.
Para Dorronsoro, hay que aprender de las experiencias que se están viviendo en ciudades como Barcelona o París respecto a la integración y los problemas sociales que existen. En su opinión, «es el momento» de abordar esta cuestión de cara a 10-15 años. Ormazabal ha admitido la «complejidad» y la necesidad de «educar» a la sociedad para evitar conflictos.
Han evitado pronunciarse sobre el «absentismo laboral» o de la estrategia sindical que se denuncia desde otras organizaciones empresariales de las que también forman parte algunas de las quince personas que conforman Zedarriak. Ormazabal, presidente de Velatia, ha dicho a modo de apunte, sin querer ahondar en el asunto, que el debate está en otros foros y que preocupan los índices que se detectan en la juventud, aunque las razones son diversas.
Dorronsoro ha citado al enumerar los informes publicados, el dedicado a la juventud en el que criticó los contratos temporales y parciales que las empresas de la CAV ofertan a la juventud y que, en algunos casos, «ni siquiera cubren las necesidades básicas». También el referido a la necesidad de transformar empresas, sus profesionales y el ámbito educativo para poder gestionar el impacto de las nuevas tecnologías en el empleo mediante la formación y el reciclaje en las nuevas ocupaciones.
En el ámbito educativo, por ejemplo, han comentado que «igual vamos un poco tarde» respecto a la relación entre nuevos tecnologías y educación entre las generaciones más jóvenes.
No ha habido mención en el coloquio, en una coyuntura marcada por el conflicto provocado por el ataque de Israel a Irán, a la apuesta del propio Dorronsoro en la presentación del último informe de Zedarriak, en enero, por la industria militar como «una fantástica oportunidad», al que luego personas del mundo académico han respondido con un manifiesto contra la reindustrialización armamentística.

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