
El Cogat, el organismo militar israelí que gestiona asuntos civiles en los territorios ocupados palestinos, ha afirmado este martes que el grupo islamista Hamás trata de «amplificar la narrativa de la hambruna en Gaza» incluyendo entre los fallecidos por desnutrición «pacientes con enfermedades graves».
«A pesar de la supuesta alta tasa de muertes en julio, el Ministerio de Sanidad de Hamás no publicó las identidades de los fallecidos como ha hecho en el pasado», recoge el comunicado del Cogat. «Esta discrepancia entre las informaciones numéricas y las publicaciones (de nombres) individuales levanta dudas sobre su credibilidad», dice.
Esta ofensiva para intentar presentar como un bulo las muertes por hambre fue lanzada el sábado por Benjamin Netanyahu en la rueda de prensa en que presentó su plan para ocupar Ciudad de Gaza. Insistió a los medios internacionales en que «no hay hambre en Gaza». Obviamente sin resultado, puesto que las imágenes hablan a diario por sí solas y resultan desoladoras.
También los datos ofrecidos no solo por Hamas sino también por otras instancias. La Sanidad gazatí detalla 230 muertos por hambre (de ellos 103 menores). Cinco de ellos (dos niños), este mismo lunes.
Casos concretos
Esta ofensiva muestra que Israel tiene un problema creciente de imagen derivado de sus propias atrocidades.
En este intento de negar lo innegable, el Ejército israelí hasta ha bajado a un caso concreto tremendo: Abdullah Hani Muhammad Abu Zarqa, un niño de unos cuatro años del que ha trascendido imágenes. El comunicado castrense difunde un presunto documento del hospital Nasser de Jan Yunis (sur de Gaza) en el que se apunta que el menor padece raquitismo hipocalcémico resistente a la vitamina D, «una enfermedad genética que causa deficiencias de vitaminas y minerales, osteoporosis y adelgazamiento óseo».
En las últimas semanas, Israel ha asegurado que otros menores presentados como casos extremos de desnutrición como Mohamed Motawaq (portada de ‘The New York Times’) u Osama al Raqab (cuya fotografía abrió ‘Il Fatto Quotidiano’), entre otros, padecían enfermedades previas.
El debate que intenta abril con ello Israel es tan falaz como absurdo. Desde el Hospital Amigos del Paciente de la ciudad de Gaza, a cargo de todos los casos de desnutrición en el norte del enclave, su director, Said Salah, ha reiterado a EFE en numerosas ocasiones que la carencia de alimentos, suplementos nutricionales y medicinas en Gaza agrava la situación de estos menores incluso si padecen condiciones previas.
Esta carencia se debe al bloqueo que Israel mantiene al acceso de estos bienes en Gaza, que fue total entre el 2 de marzo y el 19 de mayo y es ahora parcial, con un acceso muy limitado.
El Cogat aseguró que una media de unos 270 camiones diarios habían entrado a Gaza a lo largo de la semana pasada, a pesar de que las agencias de la ONU inciden en que son necesarios entre 500 y 600 al día para abastecer a la población.
OMS: «Situación catastrófica»
En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho este martes que no se está viendo un incremento significativo de la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, como anunciaron las autoridades de Israel, que dijeron incluso que habría pausas en los combates con este fin, al tiempo que denunció que el sistema sanitario está en «una situación catastrófica».
El jefe de la oficina de la OMS para los territorios palestinos ocupados, Rik Peeperkorn, dijo por teleconferencia que la ayuda «no está entrando en absoluto en los niveles que se requieren».
Esto se debe en parte a procedimientos que son muy lentos y engorrosos, pero además Israel sigue bloqueando la entrada de ciertos suministros, incluidos de tipo médico.
Recordó que durante el alto el fuego que rigió algunas semanas, entre mediados de enero y marzo, de 400 y 600 camiones entraban diariamente a Gaza, lo que además de aliviar la situación de hambre entre la población provocó un descenso del precio de los alimentos y una diversificación de la oferta alimentaria, que permitió luchar contra la malnutrición.
En el plano sanitario, ese periodo hizo posible que la OMS renovara las reservas de los hospitales.
Nada de esto está ocurriendo ahora, según Peeperkorn, quien dijo que su organización desea reabastecer a los centros hospitalarios, en particular ante la nueva ofensiva lanzada por el Ejército israelí en consonancia con la voluntad del gobierno de ocupar enteramente la Franja de Gaza.
Actualmente, la mitad de los hospitales y una tercera parte de los centros de atención primaria están funcionando parcialmente o de forma mínima, y en todos los casos la ocupación de pacientes excede de dos a tres veces su capacidad.
«Tenemos también una carencia grave de medicamentos e insumos. El 52 % de los fármacos y el 68 % de los suministros están a cero», detalla.

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