
‘A Missing Part’ nos presenta la historia de Jay, un taxista que lleva trece años viviendo en Japón. Todas las noches conduce su taxi por Tokio.
Jay tuvo una hija, Lily, con una mujer japonesa, pero hace casi diez años que no la ve. Como a miles de padres separados en Japón, se le negó la custodia compartida. Tras años de búsqueda y de perder la esperanza de encontrarla, está a punto de volver al Estado francés para empezar de nuevo, cuando, finalmente, un día, Lily se sube a su taxi.
Como en su anterior ‘Nuestras pequeñas batallas’ (2018), el cineasta Guillaume Senez logra una soberbia interpretación de Romain Duris, de nuevo con las responsabilidades afectivas como telón de fondo, y consolida un estilo (humanista, poético) que lo emparenta con el de sus paisanos Dardenne y Lafosse.
Este drama sutil y reflexivo sobre las segundas oportunidades va más allá de cuestionar la legislación japonesa, mostrando una visión de Japón libre del exotismo, el fetichismo y la glamourización típicos de la mirada occidental.
Guillaume Senez
El cineasta francés Guillaume Senez comenzó su carrera en el cine con ‘9 meses (Keeper)’ en 2015, un debut que fue presentado en el Festival de Toronto y que le valió ocho nominaciones a los Premios Magritte (principalmente para reconocer las producciones del cine belga-franco), llevándose tres, entre ellos el de Mejor primer largometraje.
Su siguiente trabajo, ‘Nuestras pequeñas batallas’ (2018), consolidó su reputación tras su aclamada presentación en la Semana de la Crítica de Cannes, y arrasó en los Premios Magritte con cinco premios, incluyendo Mejor Película y Mejor Directo. ‘A Missing Part’ es su tercer largometraje.

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