
Egipto acogerá esta semana una nueva ronda de negociaciones indirectas entre Israel y Hamas en un nuevo intento de alcanzar una tregua en Gaza, según informó ayer a la agencia Efe una fuente de seguridad egipcia, que destacó que el diálogo será posible gracias a «las garantías de EEUU a Israel para que el acuerdo incluya como punto de partida la liberación de al menos la mitad de los rehenes» y que «las negociaciones sean exhaustivas para poner fin a la guerra y no sólo una fase parcial».
Según esa misma fuente, Egipto, Catar y EEUU, cuyo secretario de Estado, Marco Rubio, se reunirá hoy con el ministro de exteriores israelí, presionan a Benjamin Netanyahu para avanzar en las negociaciones de un alto el fuego, en las que se evaluarán «propuestas para el futuro del enclave», como crear una fuerza de seguridad conjunta palestino-egipcia que prepare el regreso gradual de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
EEUU, Arabia Saudí y Jordania apuestan en cambio por una «fuerza multinacional» que supervise también la ayuda. Hamas no ha confirmado su aceptación, pero estudia entregar parte de su armamento a Egipto y mantener presencia en las futuras fuerzas de seguridad, algo que Israel rechaza.
Los mediadores ofrecieron la semana pasada una nueva propuesta para un acuerdo de alto el fuego en Gaza que fue aceptada por Hamas y que era casi idéntica, según Catar, a la presentada por el enviado especial estadounidense, Steve Witkoff. Ese nuevo plan, que no fue aceptado por Israel, estipulaba una pausa de 60 días durante la que la milicia palestina liberaría a diez rehenes vivos y 18 cadáveres de israelíes a cambio de un número de presos palestinos.
Durante ese tiempo, Hamas congelaría sus actividades militares e Israel replegaría sus tropas en Gaza para permitir el ingreso y la distribución de ayuda a los civiles, mientras iban a proseguir las negociaciones para un acuerdo global.
No obstante, las tropas israelíes continuan avanzando hacia el interior de la capital gazatí, donde se ha extendido la hambruna debido al bloqueo de suministros. El sábado, ocho palestinos, entre ellos una niña, murieron por falta de agua, desnutrición y hambre, informó ayer el Ministerio de Sanidad del enclave, que había documentado la muerte el viernes de otras ocho personas; entre ellas dos bebés.
Las tropas israelíes avanzan lentamente hacia el interior de la capital desde tres puntos: desde el barrio de Al Sabra, desde la zona de Nazla, situada en la cercana localidad de Jabalia y desde el barrio de Saftawi. Todas estas zonas sufren desde hace más de diez días constantes ataques aéreos que ayer dejaron otros 34 muertos, en el contexto previo a su plan de ocupar la ciudad de Gaza y expulsar a su población al sur.
En la arena interna, el Foro de las Familias de los Cautivos y Desaparecidos ha convocado para mañana una nueva jornada de huelga general, mientras grupos de manifestantes israelíes se concentraron ayer ante las residencias de algunos ministros del Gobierno de Netanyahu, como Israel Katz, el titular de Defens que amenazó con arrasar a Ciudad de Gaza, para presionar por un acuerdo en el enclave.
Netanyahu, el gran escollo
Hamas denunció ayer que la antigua Administración de Joe Biden obstaculizó deliberadamente las negociaciones de paz, y que ahora es Netanyahu quien está saboteando el proceso. La milicia palestina se basó en una entrevista en Canal 13 israelí donde el ex portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, aseguró que Netanyahu estaba bloqueando las negociaciones por su «intransigencia». Sin embargo, la Casa Blanca decidió no hacer públicas estas tensiones para no beneficiar a Hamas.

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