Recibido en Matignon en el último intento del todavía primer ministro francés para superar la moción de confianza  del lunes, el Partido Socialista (PS) se situó en el centro de las discusiones sobre la era post-Bayrou, alentado por las garantías del derechista Laurent Wauquiez de que no censuraría de inmediato a un Gobierno socialdemócrata.

El PS renovó su oferta de «debatir» las propuestas en torno al presupuesto de los partidos de izquierda comunista y verde, pero sin contar con La France Insoumise (LFI), con «todas las fuerzas del Frente Republicano» Tras ser recibido por François Bayrou, el primer secretario del PS, Olivier Faure, reiteró que el próximo primer ministro debería gobernar «sobre la base que hemos definido».

Y es que, antes de entrar al Palacio de Matignon, Faure subrayó que la decisión del PS de votar contra la moción de confianza «es irrevocable».

El PS ha propuesto un esfuerzo presupuestario que equivale a la mitad de los 44 000 millones de euros de Bayrou y asegura que permite «reducir la deuda y relanzar la actividad», frente al plan «depresivo» de Bayrou.

Una de sus propuestas sería aplicar el llamado «impuesto Zucman», que supondría un gravamen del 2% a los patrimonios superiores a los 100 millones de euros.

Aval de Macron

El martes, el presidente y jefe de Estado, Emmanuel Macron, instó a los líderes de la actual coalición gubernamental –Renaissance, Horizons, Les Républicains (LR) y Modem, que lidera Bayrou– a «colaborar con los socialistas» en previsión de su sucesión.

Faure matizó que su propuesta es poner en pie «un Gobierno de izquierdas» que negocie cada texto «con todas las fuerzas políticas que están en el Parlamento».

El líder del grupo parlamentario de Les Républicains, Laurent Wauquiez, aseguró que su grupo no censura- rá «ni un gobierno del PS, salvo si incluye ministros del LFI, ni un gobierno del RN» para evitar una «inestabilidad catastrófica».

El dirigente del PS le tranquilizó ayer mismo al afirmar que el líder de los insumisos, Jean-Luc Mélenchon, ha tratado a los socialistas de «traidores» y ha anticipado que «censuraría a cualquier gobierno que no fuera el suyo». Faure añadió que no ha hablado con Mélenchon desde hace dos años, lo que prueba la ruptura de sus relaciones.

Preguntado sobre si él será el candidato a primer ministro, en caso de caída de Bayrou, respondió que «la izquierda es candidata a gobernar, no es una cuestión de persona».

Y preguntado sobre un posible adelanto electoral, que es otra de las opciones que tiene el presidente francés en caso de que Bayrou y su Ejecutivo tengan que dimitir, el primer secretario del PS respondió que no cree «que eso cambiara mucho las cosas».