Desde el estreno del mediometraje ‘La bouche de Jean-Pierre’ en Un Certain Regard de Cannes, en 1996, Lucile Hadžihalilović ha sido la cineasta del secreto, de la sombra, de aquello que sólo advierte nuestro estómago. Su obra, escasa pero memorable, parece emerger desde los bordes de la conciencia, como un sueño extraño.

El advenimiento de la directora francesa (el apellido, bosnio) coincide con la paulatina retirada de David Lynch, a principios de siglo. En 2004 recibió el premio a Mejor Ópera Prima en Zinemaldia por ‘Innocence’, un vistazo aterrorizado a los recovecos oscuros de un internado para niñas donde gobierna la Ley Marcial. La sola arquitectura del edificio ilustra las dinámicas mentales de su cine: rodeado de un muro sin puertas, pero conectado por un entramado de túneles a los sótanos de cinco casas que se esparcen entre el follaje oscuro del bosque.

Nunca ha sido Hadžihalilović tan popular como su pareja, Gaspar Noé, de quien ha producido las últimas películas. Su relación parte del contraste: al exceso de Noé, la inquietud callada de ella. El pase de ‘Evolution’ en Sitges, que acompañó en 2015 para recibir el Premio Méliès a la trayectoria, aún se recuerda como uno de los más tensos y silentes de la historia del festival.

En nuestras salas la hemos aplaudido especialmente en su papel como directora. Fue ‘Evolution’ la que la hizo adquirir una primera notoriedad, haciéndose en Donostia con el Premio Especial del Jurado y a la Mejor Fotografía, doble reconocimiento para el mundo de aguas estancadas e instrumentos quirúrgicos afilados que sólo poblaban mujeres y niños. En Francia, tardó una década en financiarla.

En Donostia, volvió para recoger el Premio Especial del Jurado por ‘Earwig’ en 2021, que esta vez produjo en Reino Unido y que representa a día de hoy su mayor fracaso comercial, aunque ningún espectador haya logrado despegarse de la imagen del aparato dental recoge-saliva que colgaba de la boca de la niña protagonista. Qué brillantísimo giro al arquetipo de Pinocho.

Con ‘La tour de glace’, una versión de ‘La reina de la nieve’ con Marion Cotillard y a Competición en el pasado Festival de Berlín, dice haber dirigido su “película de Hollywood”... A mayor presupuesto, sin embargo, otra fábula que habla al volumen de la nieve que cae.