
El Alavés quiere darle prolongación a la buena imagen que dejó frente al Getafe –mereció más que un empate– y espera que las prisas que tiene el Mallorca por salir del pozo clasificatoria sean el mejor caldo de cultivo para alargar la buena racha foránea.
Los ya ocho puntos que acumula El Glorioso en su zurrón hacen que este comienzo liguero pueda calificarse de notable para las huestes de un Eduardo Coudet que, si por algo ha destacado en estas seis jornadas dispuestas, es por haber sabido sacar partido a prácticamente toda su plantilla.
De hecho, que no solo no se resintiese sino que rindiese a buen nivel tras el revolucionario once que aplicó en su último duelo es un inmejorable síntoma del juego coral del equipo y de que tiene enchufado a todo el vestuario, expectante ante la posibilidad de ser titular de inmediato.
Esas rotaciones también hacen que adivinar el equipo titular que saltará a Son Moix sea una ardua empresa, aunque sí que parece que en inicio estará Carlos Vicente, sobre todo por la duda del brasileño Calebe, que se retiró al descanso frente a los azulones tras recibir un golpe en la primera parte.
Entre las incógnitas, quedaría por despejar si Guridi encadenará una nueva suplencia, si Tenaglia, bien como central, bien como lateral derecho, regresa al césped con el pitido inicial, y qué futbolistas elige el preparador argentino para ocupar la banda izquierda.
A lo que hay que sumar la enorme competitividad existente en la sala de máquinas albiazul. Antonio Blanco es uno de los favoritos de Coudet, pero Pablo Ibáñez, Denis Suárez o Guevara –autor de la última diana babazorra– pugnan fuerte por hacerse un hueco en dicha posición.
Cuenta a su favor el Alavés con el enorme poderío que ha mostrado a balón parado y en jugadas posteriores, por lo que contar en el once con lanzadores y rematadores eficaces es otra de las variantes que el míster bonaerense tendrá muy en cuenta a la hora de confeccionar su once inicial.
«Traicionado» a sí mismo
El Mallorca, por su parte, todavía no conoce el triunfo y solo ha empatado contra Celta y Atlético. Arrasate ha puesto de manifiesto que el duelo contra el Alavés debe ser un «punto de inflexión» tras reconocer que su equipo «tocó fondo» en Anoeta.
También ha admitido haberse «traicionado» a sí mismo, en referencia a la línea de cinco atrás, una idea que «queda enterrada», por lo que el cuadro bermellón regresará a una disposición táctica con cuatro jugadores en la zaga.
Dada la importancia del choque, el bloque balear no se guardará nada en el banquillo. Raíllo y Valjent ocuparán el eje de la defensa, Sergi Darder recuperará su titularidad en la manija del equipo y, salvo posibles molestias físicas, Muriqi encabezará la punta de ataque.

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