
El PNV ha sumado un nuevo borrón a su gestión en el Ayuntamiento de Getxo después de que el pasado jueves la empresa concesionaria Abra Getxo Port comunicara oficialmente su intención de dejar la dirección del puerto deportivo de la localidad. Nueve meses después de que arrancase este contrato fallido, surgen múltiples interrogantes, acrecentados a partir de la firme apuesta de los jeltzales por edificar un hotel, con discrepancias en el Gobierno municipal.
Getxo mira al mar y no lo hace precisamente por sus atractivos, sino por la crisis surgida en torno a la gestión del puerto deportivo. Nadie la cuestiona. La propia sociedad pública El Abra Getxoko Kirol Portua –con una participación del Ayuntamiento del 67% y de Lakua con un 33%– manifestó en una nota un día después que la noticia les había causado «sorpresa y malestar, porque el futuro de este servicio público no puede quedar en manos de una decisión unilateral de una empresa privada».
La alcaldesa y presidenta de la entidad, la jeltzale Amaia Agirre, lanzó a continuación un mensaje de «tranquilidad», aunque prima la incertidumbre alrededor de una infraestructura que languidece y cuyo futuro se liga por parte del PNV a la construcción de un hotel asociado al tráfico de cruceros de la cercana terminal bautizada como Olatua, proyecto que ha provocado tensión con el PSE en el Gobierno municipal.
«Ya se está trabajando en las soluciones necesarias para que el puerto deportivo siga funcionando con normalidad. El servicio está garantizado y el futuro de esta infraestructura, clave para Getxo y para Bizkaia, se seguirá gestionando con seriedad, transparencia y firmeza institucional», aseguró Agirre.
La única pista relacionada con problemas en la administración por parte de Abra Getxo Port tenían que ver con ciertas dificultades por parte de la concesionaria para hacer frente a algún pago del canon, aunque era un asunto que al parecer estaba en vías de solución.
A expensas de las decisiones que se puedan adoptar en un próximo consejo de administración, todo apunta a que el abandono efectivo de Abra Getxo Port se producirá el 31 de diciembre y con el nuevo año la gerencia pasará de nuevo a manos de la sociedad pública El Abra Getxoko Kirol Portua. Queda por resolver el contrato.
Detrás de la concesionaria cesante está la UTE formada por las constructoras Abra Moyua y Bycam, que se hizo en 2023 con el concurso público, con el compromiso de invertir 21 millones de euros hasta 2040 para renovar una infraestructura de la que han huido buena parte de los amarristas y los negocios, y está por aclarar hasta cuándo permanecerán abiertos, por ejemplo, los cines y otros comercios.
Lo cierto es que Abra Getxo Port no recibió la infraestructura libre de cargas, con varios amarristas con cuotas de alquiler pendientes de pagar y con los terrenos que ocupaban los talleres de reparación de embarcaciones pendientes de descontaminar. Además, un buen número de amarristas habían mostrado su oposición a la nueva gestión y lo habían judicializado.
En principio, a simple vista, no parece que el proyecto de hotel tenga nada que ver con la renuncia. La concesión actual no lo contempló en su proyecto, al contrario que los otros tres licitantes en el concurso. Resulta evidente que el hotel puede ser un factor que mejore la rentabilidad del contrato, pero en el actual no es posible su construcción.
Fuentes municipales apuntan que para construir un hotel, primero hay que conseguir que Puertos del Estado acepte la modificación propuesta por la Autoridad Portuaria (APB), y después avanzar en los trámites de gestión urbanística y es posible que la APB tenga que rescatar parte de la concesión para habilitar el terreno para el hotel. Eso supondría un cambio sustancial del contrato de concesión, que puede que ahora se proponga.
El propio puerto deportivo ha tenido sus detractores, al sostener que estaba alejado de los núcleos urbanos de referencia, no cuenta con transporte público y dispone de una única carretera de acceso. Del «éxito» inicial en 1997, con numerosos restaurantes, bares, salas de cine, tiendas o salón de juegos, a los que se sumaría un acuario marino en 2004, pasó a un deterioro silencioso por falta de gestión por parte de la concesionaria de entonces.
Tampoco hubo un traspaso ordenado, lo que, según fuentes consultadas, ha podido influir en la actual situación. Se añade que los dueños de los negocios ante la incertidumbre han apostado por no invertir o directamente irse.
«Proyecto fallido»
Para EH Bildu, el puerto deportivo es un «proyecto fallido», que no han compartido desde su inicio. Achacan la responsabilidad de su situación «única y exclusivamente del PNV».
«Reflotar el puerto deportivo exige unas inversiones muy importantes y entendemos que en Getxo existen otras inversiones mucho más prioritarias y fundamentales. Por ese motivo, apoyamos una gestión por parte de empresas privadas, siempre que sean estas las que asuman las inversiones que hay que realizar», exponen.
Una solución, proponen, es «buscar una solución, que no le cueste dinero al Ayuntamiento, que garantice la permanencia del pabellón de remo y de piragüismo y en menor medida la situación de los amarristas». Barajan la posibilidad de implantar nuevas actividades y rechazan que la solución sea «hipotecar el puerto a los cruceros, un modelo turístico nada sostenible, nada enriquecedor».
«Nadie nos ha sabido decir qué aportan los cruceros a Getxo o a Euskadi. Nos dicen que han venido 150.000 personas, muy bien, pero ¿qué riqueza han dejado en Getxo, y en Euskadi? ¿Cuál ha sido su consumo energético? ¿Cuánto han contaminado sus cruceros, sus desplazamientos fugaces? ¿Cómo inciden estas personas en el día a día de los y las getxoztarras?», preguntan.
La apuesta jeltzale por el hotel
Antes de que saltase la noticia de la renuncia, toda la atención se centraba en el proyecto para edificar un hotel con 190 habitaciones en ocho plantas de altura. Fue el edil de EH Bildu Ibon Rodríguez quien primero denunció la falta de transparencia por parte del PNV, a la que se sumó la pasada semana el PSE.
«En octubre de 2024, en el marco del nuevo reglamento de policía del puerto, pregunté por el hotel y el director de la sociedad pública El Abra Getxoko Kirol Portua me contestó que no se había recibido ninguna solicitud para construir un hotel. Hoy sé que esa afirmación era falsa, para esa fecha ya se tenía conocimiento de las propuestas presentadas por las empresas que licitaron a la gestión del puerto deportivo y por lo menos tres habían solicitado un hotel. No me parece de recibo que el director de una sociedad, ante la pregunta de un miembro del consejo de administración no responda la verdad», señala Rodíguez.
En marzo pasado, el concejal soberanista de izquierda volvió a preguntar y el secretario del consejo de la sociedad pública le dijo que «en ese momento no existía solicitud», algo que Rodríguez admite que es verdad, pero muestra la voluntad de ocultar la realidad y no informar sobre el hotel.
En el boletín municipal ‘GetxoBerri’ de la semana pasada se informó que la Autoridad Portuaria de Bilbo se puso en contacto con la sociedad pública del puerto deportivo hace dos años, dato que la oposición al menos desconocía.
Es más, incide el representante de EH Bildu, «el plan ambiental publicada en el Boletín Oficial de Bizkaia del 29 de enero de 2025 dice que se ha consultado con el Ayuntamiento de Getxo, pero nadie del Ayuntamiento informó de eso».
Aporta el dato de que el documento presentado por la APB indica que se ha consensuado la necesidad del hotel «singularmente» con la sociedad pública El Abra Getxoko Kirol Portua, y de eso, en ningún caso, asegura Rodríguez se ha informado al consejo de administración.
Para el edil «sí que parece sospechoso como se interrelaciona la Autoridad Portuaria de Bilbao, cuyo presidente es del PNV, la consultora PWC cuyas conexiones son claras, la Diputación y el Ayuntamiento, y no ha habido ninguna voluntad de informar al respecto».
«No sabemos quién, dónde, ni con qué datos y objetivos, ha decidido que Getxo sea un puerto de entrada de cruceros, y tampoco un ‘home port’ como pretende el PNV. La APB está empeñada en promocionar el turismo de cruceros, sin embargo, tal y como recordó la portavoz del PSE, el turismo de cruceros no encaja en la estrategia de turismo sostenible que pretende desarrollar el Gobierno Vasco y cuya gestión está en manos del PSE», destaca el corporativo de EH Bildu.
El revuelo en torno a la modificación del Plan Especial del Puerto ha llevado al Gobierno municipal a presentar alegaciones para limitar el «impacto visual excesivo» del futuro hotel y garantizar su integración en el entorno. La propuesta defiende que la nueva edificación no supere la altura de la Casa de Náufragos de Arriluze y que el volumen deberá dividirse en al menos dos bloques, «evitando grandes fachadas continuas que puedan generar un efecto de pantalla sobre el puerto o la playa de Ereaga».
La alcaldesa declaró la semana pasada que «no se trata solo de regular alturas o volúmenes, se trata de cuidar un espacio que es patrimonio común de las y los getxotarras». «Nuestra prioridad –argumentó Amaia Agirre– es que el Puerto Deportivo siga siendo un lugar de encuentro, disfrute y actividad económica, en equilibrio con el entorno y con la vida de nuestro municipio. Esta es una mirada humanista: el desarrollo urbanístico debe estar siempre al servicio de la ciudadanía».

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