La gran oferta de petróleo está llenando las reservas estratégicas
La OPEP+ ha decidido volver a aumentar la extracción de crudo. El resto de países también exprime al máximo sus posibilidades. Este exceso de oferta está sirviendo para que algunos países llenen sus reservas estratégicas. La pregunta es qué pasará cuando los tanques de esas reservas estén completos

El 5 de octubre la OPEP+ acordó un aumento en la cuota de extracción de petróleo. Esta vez fue el mínimo en el rango que manejaban los analistas: 137.000 barriles diarios más. Es la octava subida desde abril y el cártel ya ha añadido 2,5 millones de barriles diarios, con lo que ya ha amortizado el primero de los dos recortes voluntarios que decidió en 2023. El primero fue de 2,2 millones de barriles diarios y afectó a Rusia y Arabia Saudí; el segundo, de 1,65 millones de barriles y se repartió entre los otros ocho miembros.
Al parecer, en esta ocasión Rusia se ha opuesto a un aumento mayor y Arabia Saudí ha preferido mantener el consenso y ha aceptado el menor recorte. Destaca, asimismo, que por primera vez un miembro del club, Argelia, ha manifestado públicamente que teme una desaceleración de la demanda de crudo. Y la oferta sigue al alza.
Todos los países están exprimiendo al máximo su capacidad, perforando y extrayendo petróleo para no perder cuota de mercado
No solamente los países de la OPEP+ están bombeando más. EEUU ha marcado un récord de extracción de crudo y se ha acercado a los 14,5 millones de barriles diarios. También Argentina está exprimiendo el yacimiento de Vaca Muerta y ha pasado de un excedente de 400.000 barriles diarios en 2023 a alrededor de 600.000 en 2025. Y Venezuela, a pesar de las sanciones, ha alcanzado el millón de barriles diarios. En general, todos los países están exprimiendo al máximo su capacidad, perforando y extrayendo petróleo para no perder cuota de mercado.
La brecha entre la oferta y la demanda
Esa fiebre extractiva está provocando que la oferta aumente a un ritmo mucho más rápido que la demanda. Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el último trimestre del año habrá un exceso de 3 millones de barriles y el primer trimestre de 2026 serán 4 millones. No todos los analistas está de acuerdo con las cifras de la AIE, algunos señalan que hay diferencias entre los aumentos teóricos –en el papel– y la extracción real, pero todos admiten que existe una brecha entre oferta y demanda.
Gran parte del exceso de petróleo de momento está en el mar. Según la empresa Vortexa, que se dedica a hacer seguimiento de los flujos globales de mercancías, hay alrededor de 1.198 millones de barriles viajando por el mundo. La cifra supera otros periodos de gran tráfico como el que se dio al inicio de la pandemia.
Los países y empresas están aprovechando los precios relativamente bajos para completar sus inventarios
A pesar de que las perspectivas indican que habrá un importante desfase entre oferta y demanda, de momento los precios se mantiene relativamente estables. El barril de Brent, por ejemplo, se mueve en torno a 66 dólares. Los analistas señalan que una de las principales razones es que los países y empresas están aprovechando los precios relativamente bajos –si se ajusta la inflación, el precio actual sería el mismo que el de hace 20 años– para completar sus inventarios.
Reservas estratégicas
Algunos países están aprovechando esta situación de petróleo barato y abundante para llenar sus reservas estratégicas. En la primera mitad del año, las estadounidenses aumentaron en unos 10 millones hasta superar los 400 millones de barriles almacenados. No obstante, EEUU todavía tiene bastante margen, ya que cuenta con una capacidad total estimada en unos 700 millones de barriles.
Pero sin duda, el mayor consumidor de petróleo del mundo, China, es quien está aprovechando para llenar sus reservas estratégicas. De hecho, la AIE calcula que Pekín es responsable de nada menos que del 90% del acopio mundial. Las estimaciones señalan que en lo que va de año China ha comprado unos 150 millones de barriles por encima de su consumo real.
Las estimaciones señalan que en lo que va de año China ha comprado unos 150 millones de barriles por encima de su consumo real
Sobre la capacidad de sus reservas estratégicas no hay muchos datos. Reuters ha desvelado que China tiene previsto abrir once nuevos depósitos de petróleo entre este año y el año que viene, con una capacidad combinada de unos 169 millones de barriles, el equivalente a dos semanas de importaciones de crudo de China. Si se comparan con los entre 180 y 190 millones de barriles de capacidad de almacenamiento que añadió entre 2020 y 2024, según estimaciones de las firmas de análisis de datos Vortexa y Kpler, en dos años va a construir la misma capacidad que en los cuatro años anteriores.
La mayoría de los nuevos sitios de almacenamiento están clasificados por el gobierno y las empresas como «reservas comerciales». La razón es que a principios de año entraron en vigor algunos cambios en la ley energética que, por primera vez, establece el requisito de que las empresas estatales y privadas deben tener sus propias reservas estratégicas. Y muy posiblemente este nuevo requisito legal haya impulsado las compras chinas de petróleo. Y también sea el que la OPEP+ contabiliza a la hora de hacer sus estimaciones.
Otras razones a considerar
El analista de Bloomberg, Javier Blas, apunta otras dos razones que justifican esas elevadas compras. Define la primera como «compras oportunistas» y señala que los funcionarios chinos han demostrado ser comerciantes astutos con una visión a muy largo plazo y están aprovechando que el petróleo está relativamente barato. Además, en segundo lugar, China cuenta ahora con capacidad de almacenamiento. Parte es nueva, gracias a los cambios legislativos, y parte se debe al volumen vacío. Estiman que aproximadamente la mitad de sus tanques y nichos de almacenamiento están disponibles.
Al margen de las razones estrictamente económicas, existen también algunas razones de tipo político. China compra aproximadamente el 20% de su petróleo a Rusia, Irán y Venezuela, esto es, a países sancionados por EEUU. No tiene garantías de que ese flujo no sea entorpecido en el futuro, por lo que la prudencia aconsejaría aumentar las reservas.
Otra de las razones que se baraja es que este acopio está relacionado Taiwán. Las compras adicionales tendrían sentido si Pekín se estuviera preparando para un conflicto militar en Taiwán. Al margen de que pueda o no tener un conflicto en sus fronteras, el mundo actual es cada vez más inestable y la seguridad energética adquiere una mayor importancia estratégica.
Pekín tiene buenas razones para almacenar petróleo
Por último, hay quien apunta que el petróleo podría ser una alternativa a los bonos del Tesoro norteamericano. En favor de esta hipótesis se puede aducir que Pekín ya está diversificando sus activos con la compra de oro y con inversiones en activos no denominados en dólares. De hecho, el último balance de la Reserva Federal correspondiente a julio muestra que China ya es el tercer tenedor de bonos, por detrás de Japón y Gran Bretaña. Mantiene unos 730.000 millones, aproximadamente la mitad de los que tenía en 2013, cuando contabilizó 1,3 billones. En cualquier caso, los 10.000 millones invertidos en petróleo este año, no representan una cantidad sustancial en sus reservas. En resumidas cuentas, Pekín tiene buenas razones para almacenar petróleo.
¿Y cuando se llenen?
Cuando las reservas estratégicas estén completas, es posible que el sector privado aproveche la abundancia de petróleo y también se anime a hacer acopio. Pero para eso tiene que ser un negocio rentable, lo que significa que los beneficios futuros tienen que compensar el coste de almacenamiento. Y ese coste viene determinado por la cantidad de petróleo a almacenar, el precio del crudo y los tipos de interés.
El precio actual tendría que bajar mucho con respecto al precio futuro para que el almacenamiento resulte rentable
Los actuales tipos de interés son altos y a medio plazo no bajarán, lo que hace la operación bastante costosa. Para que sea posible, el precio del petróleo es la clave; o más bien la diferencia entre los precios actuales y futuros. Y en este momento nada indica que el precio del petróleo vaya a ser mucho más alto en el futuro.
El precio actual tendría que bajar mucho con respecto al precio futuro para que el almacenamiento resulte rentable. De momento, nada indica que esa caída del precio se vaya a producir, pero si la oferta sigue superando a la demanda, el precio del petróleo terminará cayendo.

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